Enfocarse sólo en desacreditar, no genera conciencia. |
“En estos días estuve viendo televisión todo un día, evaluando lo que informaban ... a veces la cobertura televisiva de la diatriba política diaria impide que se muestren los avances de la Revolución”.
Hugo Chávez Frías
Cada día la vorágine comunicacional se traga a los medios del Estado. El Sistema Nacional de Medios Públicos, como ya lo he reiterado en anteriores oportunidades, está a merced de la comunicación intempestiva y carente de reflexión. El objetivo se centra en descalificar al adversario ridiculizándolo, mostrando sus contradicciones y haciendo mofa de lo que dice y lo alejado que se encuentra del Pueblo, cosa que no digo sea mentira pero invertir tantas horas de tantos medios, tanta creatividad y tanto recurso humano exclusivamente en reaccionar a la pauta que dicta la oposición y los medios de oposición es infructuoso en revolución. La pregunta lógica sería ¿para qué invertir tanto en desacreditar al otro? Y la respuesta obvia es: porque no quiero que crean en el contrario.
Centrarse en la diatriba política, tal como lo señala el Comandante Presidente Chávez, es enfocar la artillería mediática en un sólo punto de ataque: la Contrainformación que no es otra cosa que dar respuesta opuesta a la matriz informativa de quien me ataca. Por supuesto, la oposición mediática siempre lanzará el anzuelo de los rumores, de las medias verdades, de noticias no oficiales, etc. con el propósito de distraer y confundir. Más aún, cuando la prensa, radio y televisión de la derecha difunden mensajes lo hacen para estimular la decepción ante la revolución, la incredulidad y apatía ante la política junto con el firme propósito de combinar, mezclar, licuar y fundir las ideologías de modo que el referente conductual del espectador o audiencia se limite a consumir lo que se publicita en cada transmisión. No estamos en tiempos ni de izquierda ni de derecha, dicen repetidamente.
No es necesario machacar tanto lo malo que los otros son. No es correcto que sólo se muestre las razones para no creer en el adversario. Se deben mostrar las razones por las cuales debo creer en la revolución. Muestra los logros de la Revolución. Muestra cómo, poco a poco, nuestras comunidades han venido cambiando. Enseña las discusiones del día a día en los Consejos Comunales, en los sindicatos, entre los promotores del Gran Polo Patriótico, etc. Enseña el cambio conductual de aquellos hombres y mujeres que en sus comunidades quieren materializar al “hombre nuevo”. Motiva a querer ser diferente y a cambiar para mejor en esta sociedad consumista donde lo más importante es la apariencia y la cultura de la ostentación. Forma, instruye, brinda las herramientas para cambiar individualmente, generando conciencia en cada usuario, para luego irradiarla a su entorno.
Son tres frentes de batalla 1) la Contrainformación; 2) Difusión de la Gestión de Gobierno y 3) Educación y Socialización. La diatriba política, torbellino de hechos cotidianos, dimes y diretes de la política venezolana hacen que la mayoría de los esfuerzos sean para contrainformar. El mostrar lo que significa la Revolución Bolivariana en hechos palpables se ve opacado, eso sin contar con la escaza o nula educación, socialización y formación socialista de los receptores de mensajes a través del SNMP. Aún falta por revolucionar en comunicación. Aún falta por generar conciencia creadora a través de mensajes. Se ha avanzado, pero falta ajustar los objetivos y atacar los flancos descuidados.
¿Será que a alguien se le ocurrirá un proyecto como “Ideología TV”?
Comentario de última hora: iniciativas audiovisuales como la serie "Ver para Creer" de Vive TV y SAIME TV marcan el rumbo en formación audiovisual para la conciencia social de las masas. Excelente trabajo.
El sistema nacional de medios públicos debería pasar programas especiales sobre las plantas en Venezuela por ejemplo la planta de maíz en Caicara de Maturin 'Juana la Avanzadora' o sobre los pacientes que reciben gratuitamente tratamientos de alto costo...algo que muestre los logros y avances de la revolución.
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