Los medios privados a diario nos apuntan para forzarnos a hacer lo que les conviene |
Los medios de comunicación privados televisivos son herramientas que cambian de color dependiendo del propósito que tenga el autor intelectual o cabeza directiva que marca la línea editorial. “El fin justifica a los medios”, por ende, para alcanzar la meta comunicacional “x” es necesario que el medio, sus técnicos, periodistas, equipo humano, etc. se adapten a la directriz, ideología y perspectiva del dueño. La comunicación en sí misma no es el fin del canal, su objetivo final son las consecuencias que genera lo transmitido porque de ello depende su subsistencia cuando de pauta publicitaria se trata. Por la plata baila el mono, y los canales de tv.
Al hecho de funcionar día a día con, para y por el dinero se le añade el elemento del poder. Los medios están en el medio de las relaciones que en la sociedad se tejen entre todas las esferas de poder ejerciéndo presión según el propósito ulterior del mandamás televisivo. Por consiguiente, vemos canales transformados en partidos políticos cuya misión es convertirse en el anclaje ideológico de sus televidentes. Se valen de todas las herramientas audiovisuales posibles para que los receptores piensen como ellos. La ética sobra en la ecuación del capitalista mediático. Su propósito es hacer billete y manejar el poder a su antojo, sea económico, político, social, etc.
Así como los diputados tienen inmunidad parlamentaria, pareciera que los canales tienen inmunidad televisiva. Ellos afectan a toda la sociedad, generando consecuencias con cada segundo de transmisión pero nada ni nadie los puede cuestionar, revisar o sancionar porque aluden se viola el derecho a la “libertad de expresión” que más bien debería ser el derecho a delinquir audiovisualmente. Dañan mentes, tuercen conciencias y enferman a la sociedad con su virus audiovidual sin arrepentirse jamás por los “errores” intencionalmente cometidos.
Allí tenemos a los dueños de Venevisión, Televen, Globovisión y RCTV, capitalistas arrogantes carentes de reflexión y arrepentimiento. Ninguna sanción por el Golpe de Abril de 2002 y allí siguen, apuntando cada uno a Venezuela con su cañón de vidrio.
Extraordinario. A propósito del Abril del 2002 debo decir que ya el venezolano promedio está más claro con respecto a la manipulación de los medios, ya no son los mismos que podían engañar a su antojo. Es por ello que los líderes de oposición(si pudieran llamarse líderes) desearían en este momento, cuando su candidato no levanta ni un suspiro,eliminar del calendario a los meses Febrero y Abril.
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