Inverosímil: en esta esquina (izq.) SNMP, en la otra (Der.) Comando Capriles |
Se ha
criticado hasta la saciedad el rol beligerante que los medios de
comunicación privados han asumido en Venezuela, es más, se ha
señalado a periodistas y comunicadores como responsables de esa
perversión al ostentar cualidades y funciones que le corresponden a
los partidos políticos. La oposición en Venezuela es mediática y
eso es una distorsión del sistema porque los medios de comunicación
deberían ser grupos de presión más no actores y decisores del
rumbo político que lleva nuestro país. A la final, los
comunicadores que salen en pantalla no han sido electos por votos
para pararse allí.
Pero
ante esta torcida realidad, la mejor respuesta que tiene el Sistema
Nacional de Medios Públicos (SNMP) es, imitando a su contraparte
mediática, atribuirle a sus periodistas un carácter netamente
político de confrontación contra la Derecha. Se pasa del periodismo
al activismo político cuando la figura del comunicador enfrenta y
reta a otros políticos en pantalla. Se viola la ética periodística
cuando el comunicador ostenta un poder y autoridad que nadie le ha
concedido para hablarle golpeao a otros políticos y llamarlos, como
si de una pelea callejera se tratara, a que se atrevan a meterse con
ellos. Un comunicador amenazante y burlista en pantalla que se iguala
y confronta a los políticos de la otra acera no es sincero, sino un
buscapleitos que quiere elevar su rating a costa del amarillismo
mediático.
Condeno
110% las agresiones infligidas a trabajadores del SNMP por parte del
comando de Capriles, pero no sé de dónde salió la idea de “llamar
a un debate” entre los comunicadores del Gobierno y ese comando.
Alguien comentó que fue una propuesta de Briquet, y zas! salió el
ingenuo grupo de periodistas a tomarle la palabra al Jefe de Campaña
opositor, pisaron otro peine más a mi parecer. Poner al mismo nivel
una instancia política con una instancia de profesionales de la
comunicación le da una clara victoria al primero y una evidente
derrota al segundo.
Los
periodistas y trabajadores del SNMP agredidos no tienen que estar
debatiendo con ningún comando al igual que una mujer víctima de
violación no llama a “debatir” a su victimario. El único debate
plausible es el que debiera existir entre el referido grupo de
profesionales y la Fiscalía General de la República, para dilucidar
la ausencia de sanciones y la permanente impunidad. La justicia
otorga más protección a los periodistas que lo que puede hacer un
casco o un chaleco antibalas y eso debería ser un hecho en la
Revolución Bolivariana
La única respuesta “lógica” al por qué de éstas acciones de representantes del SNMP es que se ha querido promover mediática y propagandísticamente lo violento del sector opositor, cosa que no pongo en duda, pero arriesgar de esa manera a los trabajadores y colocarlos al mismo nivel de los políticos de la Derecha es una mala táctica para intentar “quitarle” puntos a un contendor que ya está por el suelo.
El
terror no se combate con más terror. El amarillismo no se combate
con más amarillismo. La antiética mediática y violencia política
no se combate con el uso conveniente de agresiones recibidas como
propaganda política. Los políticos que peleen entre sí y hagan
política, que los comunicadores echen el cuento y comuniquen. ¿A
quién se le ocurre poner a Periodistas Vs. Políticos?