Los medios privados en Venezuela van por el "Rey" |
Muchos
vimos con asombro el resultado electoral del pasado 14 de abril en
unos comicios donde la oposición incrementó su caudal de votos en
poco más de 500 mil voluntades a su favor, si comparamos los totales
con la pasada elección del 7 de octubre de 2012. También fue
inesperado que el chavismo, habiendo obtenido 8.2 millones de votos
el año pasado en una elección de similar tenor, redujera su
votación hasta totalizar un poco más de 7.5 millones de electores
cónsonos con su propuesta socialista. La brecha entre ambos bloques
se redujo considerablemente y allí nos preguntamos ¿por qué?
Debemos
entender que los electores, ciudadanos y habitantes de un país
actúan y se desenvuelven en la sociedad en función de sus
creencias, valores, estereotipos, principios y demás razgos
característicos de la personalidad individual. Cada individuo va
esculpiendo día a día un criterio específico respecto a lo que lo
rodea, cada persona se forma una opinión sobre su entorno y las
experiencias cotidianas que vive. Este parecer está altamente
influenciado por la diversidad de mensajes a los que se es expuesto
durante las 24 horas del día, por ello es que la sicología de masas
le otorga a los medios de comunicación un carácter clave en el
comportamiento de los individuos en sociedad como lo es el “control
social”.
La
conducta de cada votante y su postura ante la sociedad puede ser
encausada por los medios de comunicación a través de sus mensajes.
Venezuela hoy en día vive un bombardeo sistemático de mensajes que
a través de los medios de comunicación cristalizan lo que se
denomina operaciones sicológicas. Flujo comunicacional cuyo objetivo
primordial es distorsionar en cada ser la percepción que se tiene de
la realidad inmediata. Si el individuo no maneja parámetros
cognitivos sólidos que sirvan de patrón para identificar y
describir con certeza lo que experimenta y vive, puede confundirse y
ser manipulado. Las operaciones sicológicas buscan que el enemigo,
inicialmente, dude respecto a sus creencias para más adelante
revertir sus apreciaciones y posturas políticas.
Esta
distorsión la hemos visto infinidad de veces en muchos opositores
que gozan de vivienda, comen tres veces al día, poseen carro,
trabajan o estudian y dicen con plena convicción y certeza “estoy
pasando por una crisis insostenible y esto es culpa del Gobierno”.
La percepción que ellos tienen de la realidad y su postura ante
ella, no encaja en los parámetros lógicos. Los medios privados
trabajan arduamente para reconfigurar la conducta de los individuos
en función de sus intereses y para ello utilizan mensajes
comunicacionales elaborados exclusivamente para tal fin.
Ahora bien, en el grueso del chavismo la pérdida física del líder de la revolución ocasionó el debilitamiento de uno de sus flancos dada la cohesión indudable y espíritu de cuerpo que daba el liderazgo carismático del Pdte. Chávez. Con emociones encontradas en el chavismo, la oposición intentó arrebatar la identificación que sus seguidores sienten por el líder ausente. Mensajes mediáticos confusos socavaron esa unidad, esa convicción revolucionaria. Hicieron dudar, hicieron cambiar de parecer con ofertas electorales engañosas y mermaron el capital de votos de las fuerzas socialistas.
Ahora bien, en el grueso del chavismo la pérdida física del líder de la revolución ocasionó el debilitamiento de uno de sus flancos dada la cohesión indudable y espíritu de cuerpo que daba el liderazgo carismático del Pdte. Chávez. Con emociones encontradas en el chavismo, la oposición intentó arrebatar la identificación que sus seguidores sienten por el líder ausente. Mensajes mediáticos confusos socavaron esa unidad, esa convicción revolucionaria. Hicieron dudar, hicieron cambiar de parecer con ofertas electorales engañosas y mermaron el capital de votos de las fuerzas socialistas.
El
resultado electoral del 14 de abril quizá es producto no de la
traición, más sí de la confusión. Los medios de derecha aplican
tácticas avanzadas, utilizan los últimos descubrimientos en manejo
de masas y operaciones sicológicas mientras los medios del Estado
siguen aplicándo dogmas comunicacionales ineficaces y obsoletos.
Vivimos en una Guerra de IV generación en donde la respuesta del
Gobierno Bolivariano se reduce a la tradicional difusión informativa
junto al tan cacareado “desmontaje mediático” o “desmontaje de
matrices”, argumento táctico pleno de falsedad porque es inviable
desmontar lo que fue transmitido a una audiencia de “X” cantidad
de individuos por un medio que sólo llega, en el mejor de los casos,
al 20% de la totalidad de mentes influenciadas por el poder
hegemónico de los medios privados. El alcance real de ese desmontaje
se reduce a la pequeña porción que se engancha con esta táctica.
Es como combatir el poder de fuego de una ametralladora con el poder
de fuego de un revólver calibre 38.
La
reingeniería mediática se hace necesaria en la Revolución
Bolivariana. Los mensajes a difundir deben ser diseñados en función
de revertir e invertir las operaciones sicológicas a nuestro favor.
La estrategia ineficaz de comunicar de forma tradicional lo relativo
a los logros y desgastarse día a día en contrainformar será
perjudicial para la revolución a corto y mediano plazo.
Las
ideas al ser expuestas de una forma atractiva y seductora pueden
convencer a las grandes masas, inclusive sin el uso de una sóla
bala. ¿Habrá un cambio en el enfoque comunicacional que nos permita
salir del jaque mediático que experimentamos actualmente?