jueves, 27 de junio de 2013

Revocar a Capriles

Capriles podría ser el primer gobernante revocado de la historia de Venezuela

En el escenario político nacional a madiano plazo se vislumbra la continuidad de los esfuerzos de la oposición por detener cuanto antes el avance de la revolución bolivariana. El 14 de abril de 2013 fue el momento cumbre para que la oposición ganara el Poder por la vía electoral, llegaron a su zenith de respaldo gracias a la convulsionada Venezuela en la cual desplegaron su artillería mediática de manera inclemente haciendo uso de las operaciones sicológicas. Varios elementos confluyen para explicar que sacaran más de 7 millones de votos, pero el hecho es que aún con el escenario tan “favorable” a sus intensiones no pudieron superar el capital electoral del chavismo. La brecha fue de aproximadamente 300 mil votos.

Capriles no ha reconocido ni reconocerá la derrota. Capriles no ha reconocido ni reconocerá al Presidente Nicolás Maduro. Capriles y su estrategia opositora apunta a generar simbólicamente un “presidente paralelo”, es por ello que no cesa en sus giras alrededor de todo el país para mantener viva la frustración, la rabia, la cohesión e indignación entre sus seguidores que se sienten “robados” por el CNE. Capriles y la MUD siguen al acecho de forma sistemática y disciplinada, ellos no van a ceder. Su discurso se construye sobre la “ilegitimidad” del Gobierno actual, el carácter “parcializado” del CNE junto al degradé de fallas y errores que mediáticamente se le achacan a la revolución.

De verdad pienso es bastante improbable que la salida que ellos busquen sea violenta. No, lo dictado por EE.UU. en su manual de Guerra No Convencional apunta a socavar el apoyo popular porque sin este, sin la mayoría del lado de la revolución, el gobierno se cae. Es más legítimo derrotar al chavismo en elecciones y políticamente genera mayor rentabilidad. Ya Capriles anunció en mayo la idea de convocar a un referendo revocatorio para Maduro; de acá a esa posible fecha la escalada del amedrentamiento sicológico a través de los medios para incidir en la población será inclemente. Salir del chavismo revocando a su Presidente es el golpe político que ellos buscan y en función de ello trabajarán sin descanso.

Pero no hay mejor defensa que el ataque y es por eso que las fuerzas patriotas del GPP deben considerar el pasar a la ofensiva política trabajando en función de revocar a Capriles como Gobernador de Miranda. Las elecciones del próximo 8 de diciembre pudiesen fungir como comicios ratificatorios al proceso revolucionario y al liderazgo de Maduro como Presidente de la República. Este evento debe visualizarse como un objetivo táctico en función de las acciones que desencadenarían posteriormente. Conquistar la mayoría de las alcaldías de Miranda puede verse como la antesala a revocar con contundencia al Gobernador ausente que carece de gestión y presencia que respalde su actuación. Ese es el flanco a atacar.

La oposición hoy está dominada por intereses corporativos y esos intereses quieren colocar a Capriles como Presidente. Su estrategia es a mediano y largo plazo sin titubear. Hay que desaparecer a Capriles del escenario político y nada mejor que siendo el primer gobernante revocado por mandato popular en la historia de Venezuela. Eso le daría un larguísimo aliento a la Revolución Bolivariana para continuar con mayor contundencia de victoria en victoria, así como lo ha venido haciendo en los últimos 14 años.

Protesta,pero en horario de oficina

¿Será esta la razón por lo que estudiantes no protestan los fines de semana?

Siempre me han parecido risibles las argumentaciones por las que la oposición en nuestro país sale a protestar a las calles. Todos los ciudadanos del país, sean de la tendencia política que sean, podrán coincidir conmigo en el hecho de que en Venezuela no se reprime la protesta. Acá cada quien arma una manifestación por su “derecho” a algo, a la vez que trasgrede el derecho de los demás a vivir en paz, a tener libre tránsito, a continuar los estudios, etc. El show mediático se resume a exigir de manera fatua el derecho a la “libertad”, a la “educación”, a la “salud”, a la “libertad de expresión”, a la “autonomía”, etc, la cosa es que nadie menciona los deberes que como ciudadanos tenemos con el país, con nuestro prójimo y nuestra comunidad.

Ahora bien, independientemente del leitmotiv coyuntural de la protesta hay algo que vemos como patrón conductual en ellas, sobre todo cuando son del sector opositor. Las protestas son de lunes a viernes y en horario de oficina. La protesta y su esencia como elemento que alienta al cambio político-social ha adquirido un matiz banal a raíz de la mediatización de la política. El quid del asunto es molestar a los demás, generar tensión, incomodar al prójimo y que esta molestia sea proyectada a muchos, que sea sentida por muchos para que de manera inconsciente la apoyen. La lógica mediática intenta chantajear al gobierno cada vez que da cobertura al grupito reducido de “manifestantes libertarios” que “luchan” por un mejor país. Eso sí, de lunes a viernes y en horario de oficina.

¿Qué legitimidad puede tener una protesta cuya temporalidad está regida por los días laborales y el horario de trabajo? Por ejemplo, vemos que los estudiantes acusan abuso gubernamental, violación de sus derechos, trasgresión de la autonomía y demás enunciados apocalípticos desde una posición de “ya esto no se puede tolerar”, trancan por varias horas la principal arteria vial de la capital del país entorpeciendo la dinámica de gran parte de sus habitantes, para luego, a pesar de su situación “caótica” darle una especia de “taima” a la protesta e irse de rumba el fin de semana largo porque da la casualidad que cayó puente.

Más contradictorio es ver a un profesor diciendo por tv que lo que gana no le alcanza para vivir, que está en la inopia por el miserable sueldo que recibe, que su situación “no la aguanta más” pero de manera magistral desaparece justo cuando es viernes y todo el mundo arranca para la playa a disfrutar del puente por la Batalla de Carabobo. Profesores, docentes y demás hemos visto vacacionando, tomándose un güisky comprado con el sueldo que no le alcanza para vivir. La resistencia y la protesta es algo más mediático y simbólico que real y tangible.

Pareciese que la cara y argumentos que muchos manifestantes expresan ante las cámaras y medios no es consecuente con su realidad. Quizá estemos en presencia de protestas teatrales programadas en horario de oficina ¿no creen?

miércoles, 5 de junio de 2013

Genocidio al cruzar

Y tú ¿qué piensas hacer para que el genocidio de Ruanda no pase en Venezuela?

Pareciese que muchos en Venezuela no se han dado cuenta de la bomba de tiempo sobre la cual estamos viviendo. El pasado 15 y 16 de abril pudimos percibir apenas la “punta del iceberg”, el iceberg del odio, de la aniquilación, de la violación a los derechos humanos, del desdén a la vida del prójimo, del fascismo, del genocidio.

En 1994, en Ruanda, tuvo lugar un genocidio que totalizó más de 800.000 personas asesinadas, 11% de la población del país para ese entonces, y casi cada una de las mujeres que sobrevivieron fueron violadas. Aunado a esto, gran parte de los 5.000 niños nacidos fruto de esas violaciones fueron asesinados. Fue un genocidio de carácter étnico – político, pero llegando a este punto ustedes seguramente se preguntarán ¿qué tiene esto que ver con Venezuela?

Pues bien, uno de los factores clave previo al inicio y durante el desarrollo de las matanzas fue la emisora “Radio Televisión Libre de las Mil Colinas” (RTL). Hubo también periódicos que fomentaron la división, con meses de antelación y animaban a matar. La radio anunciaba en antena nombres de personas que consideraba cómplices de la rebelión tutsi del Frente Patriótico Ruandés. Los interhamwe, los militares, o sus vecinos, tomaban nota y se encargaban de efectuar las ejecuciones. Las calles se llenaban de sangre del pueblo injustamente masacrado mientras la radio repetía “La canción es una celebración, los cómplices del FPR han sido exterminados, proclama. Y sigue, Dios es justo, venid a compartir conmigo la alegria

En Venezuela, mediáticamente estamos en una situación similar. Cerca del 90% de la prensa, la radio y tv privada del país promueven un repudio creciente hacia el chavismo. Con enunciados irresponsables como “el chavismo está destruyendo al país” o “el chavismo está regalando nuestras riquezas” incitan a la intolerancia y odio según simpatías políticas. Peor aún, ustedes hablan con cualquier opositor y ha sido sustraído quirúrgicamente cualquier indicio de reflexión ante su actitud violenta de agresividad creciente. Agreden al prójimo en nombre de la libertad y la justicia. Trasgreden el derecho del otro mientras gritan ¡Democracia!

El llamado de Capriles a “drenar la arrechera” generó 11 venezolanos muertos, entre los que hay 2 niños. La prensa ocultó esto y el líder, impunemente y con cinismo, declaró a viva voz ante las cámaras que “esos fueron delincuentes que fallecieron en extrañas circunstancias”, cosa que la prensa replicó a lo largo y ancho del planeta.

La bomba sigue activada y nadie se ha preocupado en desactivarla. El detonante está en la mente de los opositores esperando por la chispa que les de la oportunidad de “hacer justicia”. Imaginemos que Capriles llega mañana al Poder, ¿tendremos un genocidio a la vuelta de la esquina?

domingo, 2 de junio de 2013

De minoría a mayoría

Juan José Rendón, el principal asesor de la MUD,
es un fiel seguidor de las teorías de Moscovici

Muchos ven con asombro y estupefacción el hecho de que la oposición en Venezuela haya subido en el apoyo electoral que recibió Capriles el pasado 14 de abril. No pretendo analizar las diferentes variables, razones, elementos, coyunturas y eventos que dieron cabida a ello. Mi intención gira en torno a la actitud y conducta del liderazgo opositor, desde hace dos o tres años para acá, y verificar si corresponde con el apoyo actual que ostenta esta parcialidad política.

El sicólogo social Serge Moscovici, a través de sus investigaciones y teorías, ha puesto de relieve que en oportunidades las minorías son las que logran cambiar la postura de la mayoría, fenómeno conocido como “influencia de la minoría”. En una serie de experimentos, el autor y sus colaboradores demostraron que una minoría convencida de su postura podía modificar las ideas de la mayoría. Además, este cambio sería durarero e interno, no sólo una manifestación externa acompañada de un cambio genuino de percepciones, creencias o valores. Moscovici y sus seguidores consideran la influencia de la minoría como un motor importante para el cambio social.

Desde la esquematización de la Mesa de la Unidad y su conformación a inicios de 2008 hemos visto que la oposición en Venezuela ha mantenido un comportamiento lineal imperturbable. Enfocándonos en su discurso y narrativa, vemos a una oposición que “no comete errores”, “no reflexiona”, “no duda de sus acciones”, “son portadores de la verdad”, “no se arrepienten”, etc. Es obvio que han sido eficaces en exponer una argumentación consecuente y coherente, respecto a su línea política de proyección y acción.

Pero para la oposición ser “tercos” en su postura no es suficiente. Han modificado su lenguaje y simbología para ser influyentes, presentando sus ideas de forma que la mayoría o audiencia de la totalidad de los venezolanos, no les incluya en la categoría de “grupo aislado”. ¿Por qué? Simple, si los miembros de una minoría son vistos por la mayoría como ajenos, es poco probable que se valoren sus opiniones. Si, por el contrario, se les ve como integrantes del grupo o sub estrato social, que comparten los valores e intereses de la mayoría, su postura alternativa se tomará en serio.


La minoría opositora, tan marcada hasta finales de 2009-2010, ha comenzado a crecer de manera exponencial, tanto así que casi igualan a la mayoría patriota en las pasadas elecciones presidenciales. La persuasión y seducción opositora está respaldada por el andamiaje hegemónico comunicacional de la derecha que cada segundo del día proyecta su idea de país, su verdad, su lógica y su convicción de tomar el Poder. Acá muy poco importará la gestión eficiente de Maduro para ganar unas próximas elecciones. La guerra es en las mentes de los venezolanos ¿El SIBCI estará consciente de ello?