jueves, 16 de enero de 2014

Carreteras y Revolución

Imagen que ilustra lo sucedido durante la noche.

Durante diciembre de 2013 tuve la oportunidad de transitar por vía terrestre a lo largo de diez estados de nuestra geografía nacional: Vargas, Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Cojedes, Lara, Portuguesa, Trujillo y Falcón. Luego de mi recorrido que sumó más de 6 mil quinientos kilómetros creo puedo emitir un juicio bastante acertado respecto al balance general y particular de las carreteras de gran parte de la región centro-occidental.

Hecho relevante a destacar de todo mi recorrido, es que viví en carne propia el mismo suceso que días después desembocara en el asesinato de la actriz Mónica Spear y su esposo. En la autopista Valencia – Puerto Cabello, sector específicamente ubicado en la población de Trincheras, conducía al rededor de las 12:30 de la medianoche dirección Barquisimeto. De repente en una de las curvas noto un listón de madera de aproximadamente cuatro o cinco metros completamente atravesado en la vía, ocupando prácticamente los dos canales principales, el canal rápido y el lento. Tuve que reducir la velocidad lo más que pude, claro está sin frenar repentinamente porque eso es peor, y sin poder evadir por completo el obstáculo lo impacté con las ruedas del lado derecho (ver composición ilustrativa que encabeza esta nota).

Luego de la mentada de madre respectiva, pude continuar la marcha sin contratiempos, no me detuve para nada y tampoco lo iba a hacer aunque tuviese los cuatro cauchos reventados porque sabía de los hechos ocurridos en la zona. Más adelante, luego de pasar el sector de El Cambur, me doy cuenta que el carro se me va hacia un lado. Esperé a detenerme en la alcabala ubicada justo antes de El Palito y al revisar el caucho derecho delantero noté se estaba espichando rápidamente. Preferí seguir conduciendo a ver si ubicaba una cauchera en la población de El Palito, donde venden empanadas y platos derivados del mar pero a esa hora estaba casi que muerta la zona. Decidí pararme al lado de la licorería “Amor de Tres” que está justo antes de llegar a la refinería. Me paré allí porque hay bastante luz dado que eso es un cafetín pero a esa hora todo estaba completamente cerrado.

No llevaba tres minutos cambiando el caucho espichado, con la motivación y velocidad de una escudería de fórmula uno en los pits dada la circunstancia, cuando llegó una patrulla con dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana. Me resguardaron y hasta ayudaron a cambiar el caucho. Curiosamente, uno de los agentes del orden público al preguntarme por el caucho y yo informarle me dijo “eso siempre pasa en esa zona, los malandros le tiran cosas a los carros para que se detengan y al hacerlo los atracan y demás”. En cierto modo me pregunté en mis adentros que si las autoridades saben que eso pasa allí ¿por qué no hay patrullaje permanente?

En fin, terminé de poner el caucho de emergencia y me dijeron que fuese a una cauchera que queda en Puerto Cabello, en “Boca ´e Lobo”. Me cagué de la risa, quizá nerviosa, por ese nombre y pensé que era jodedera del oficial a lo que me reiteró que el barrio o sector se llama así, Boca ´e Lobo. Resignado seguí rodando rumbo a la cauchera, con mis sentidos activados como el propio soldado de operaciones especiales dispuesto a cumplir una misión. Llegué a la cauchera y me atendió un pana, de lo más buena gente. La cauchera se llama “Los X Men”, ja ja ja ja, otra razón más para reírme a esa hora y con ese panorama trágico. Cambiando el caucho, en efecto, el rin se había doblado por el impacto y hacía se saliera el aire. El pana me dijo que eso era el pan de cada día allí porque tiraban muchas vainas por Trincheras para “joder los carros” y atracar. Recuerdo la imagen clarita del rin doblado porque hace pocos días, viendo una de las fotos en internet del carro de la actriz, denoté que el rin del Corrolla donde ellos iban tenía un impacto similar pero mucho más grande. Es decir, el mismo modus operandi del que yo fuí víctima “leve” les ocasionó a ellos la muerte al tener que detenerse.

Reparó el rin y me cobró con un amigable “lo que quede en su conciencia” por lo cual le dí cuatro tablas. Prácticamente me había salvado la vida y pude continuar mi viaje, rumbo a la ciudad crepuscular, sin contratiempos. Llegué como a las 4 de la madrugada a mi destino.

Con este pequeño relato, que tiene un final felíz, intento bosquejar lo desafiante que es manejar en las carreteras de nuestro país. Es realmente un reto conducir sobre todo de noche porque el común denominador es ausencia total de iluminación, rayado y señalización, esto sin siquiera mencionar el estado precario de muchas de las carreteras y autopistas que recorrí, los policías acostados, los huecos, las bateas por hundimiento del pavimento, los vendedores ambulantes que se apoderan de la vía y trancan el tráfico mientras venden sus productos a gandoleros que se paran sin orillarse, etc.

A continuación doy un pequeño balance, por Estado, de las vías a través de las cuales transité. No es un diagnóstico completo de las regiones sino simplemente lo vivido por mí como conductor.

Vargas

Fuí para Las Salinas, pasando por Tacoa, Maiquetía y La Guaira. Deficiencia notable en rayado y señalización. Hay huecos persistentes en todas las vías, sobre todo en el sector entre Tacoa y Las Salinas. Al regresar se me ocurrió meterme por la Carretera vieja Caracas – La Guaira a eso de las siete de la noche y tuve una mezcla de decepción con pánico. Esta vía, que debería estar adecuada por cualquier eventualidad, se encuentra con el asfalto perfecto pero el monte o vegetación tomó por completo el trayecto. Es decir, imagínese que usted va atravesando un bosque con machete en mano porque la densidad de la vegetación es tal que no deja ver más allá de 5 metros. Si quiere hacer turismo de aventura, métase por esta vía hoy mismo y rece bastante para que termine el trayecto sin ningún percance.

Miranda

Me remito exclusivamente a la Panamericana, vía por la que he salido y entrado de Caracas. Muy buen estado de la vía entre la Capital y Los Teques, pero saliendo de la capital mirandina hay unos huecos dignos de cualquier vehículo de exploración lunar. Iluminación y rayado bastante aceptable, no es perfecto pero está en buenas condiciones.

Aragua

Realmente excepcional la mayoría del trayecto, Autopista Regional del Centro, referente al asfalto y rayado. En algunos sectores se nota han pavimentado pero pareciese es imposible que el contratista pueda sacar un cuñete de pintura y demarque la vía para terminar el trabajo por completo. Bastante patrullaje se puede percibir. Casi ausencia total de iluminación.



 Carabobo

Graves deficiencias en cuanto a asfaltado y rayado. Patrullaje casi ausente excepto por las diversas alcabalas colocadas en algunos puntos de las vías. Trayectos completamente carentes de iluminación, se observa que están los postes y demás pero no funcionan. Se repite también que colocan asfalto nuevo y deben pasar meses para que hagan el rayado correspondiente. Curiosamente el nuevo sector inaugurado en la autopista Cimarrón Andresote presenta baches e irregularidades que hacen del manejo una experiencia incómoda. Pareciese que el contratista obvió nivelar el terreno y colocó el asfalto sin menor rigor. Exactamente justo donde termina el nuevo tramo, se acaba el rayado, los ojos de gato y señalización cosa que salta a la vista.




 Yaracuy

La excepción a la regla en cuanto a ornato. Es notablemente una de las carreteras mejor cuidadas del país porque mantienen las plantas podadas y no se observa monte crecido que invade la vía. Aún con huecos en ciertos tramos, está bastante aceptable para la conducción. Vigilancia constante y fiscales de tránsito expertos en detener a infractores de velocidad e imponer multas. Carente de iluminación en la gran mayoría del trayecto y deficiencias notables en cuanto a rayado y señalización que parece data de hace varias décadas.


Cojedes

Este Estado es un caso curioso porque pareciese han invertido más dinero en vayas con la imagen de Chávez y motivos a favor de la revolución que en mantener las vías en buenas condiciones. Ausencia total de iluminación prácticamente en cualquier tramo, rayado inexistente y gran cantidad de huecos que, por lo que se aprecia, han sido tratados de tapar una y otra vez con rellenos de pavimento. Los reductores de velocidad o “policías acostados” abundan con la particularidad que carecen de pintura reflectante. Típico ver vendedores ambulantes que se apoderan del medio de la vía, montan su tarantín allí y expenden sus productos a los gandoleros quienes se detienen y causan retardos innecesarios en el tráfico. Pareciera no hay ley ni autoridad que se respete en la vía.


Lara

Un desastre notable en cuanto a las vías por las que pasé. Huecos predominan sobre todo en la carretera Barquisimeto – Acarigua. El monte ha crecido con toda la libertad que ha querido y en la vía es casi imposible ver más allá de la muralla vegetal que bordea la autopista en ambos sentidos. Baches y bateas peligrosísimas que garantizan, como mínimo, un caucho espichado al conductor desprevenido. Cero rayado y nula iluminación. La señalización ha sido engullida por la vegetación y, por lo tanto, brilla por su ausencia. Alcabalas en la salida de Cabudare, sector La Piedad, y a veces en la Variante Los Cristales. Patrullaje nulo.






Portuguesa

Creo que es el Estado con mayor presencia de efectivos del orden público en las vías dado que es reiterado toparse con alcabalas o patrullaje las 24 horas del día. Pavimento con presencia de huecos y desperfectos pero que pueden tolerarse. La carretera vía a Guanarito está muy buena, creo que fue pavimentada y rayada recientemente porque destaca su buen estado. Desde Guanarito a la población de la Arenosa pareciera hubiesen bombardeado, así que si dispones de un rústico 4X4 y quieres probar sus capacidades no dudes en transitar por esta vía que es mayoritariamente de granzón y piedras. Asombra que en la Autopista José Antonio Páez, en la salida de Ospino, hay unos locales que fueron construídos durante su gestión por la Gobernadora Antonia Muñóz para que allí se ubicaran los negocios que suelen estar al borde de la carretera. Pues bien, los locales están, pero vacíos y hasta abandonados, eso sí, al borde de la autopista abundan negocios por doquier de venta de cachapa, cochino frito y demás. Por lo visto la Ley y el orden no han pasado por allí y el libertinaje hace lo que le viene en gana.

Trujillo

Viajé hasta Boconó y me pareció muy bien cuidada la vía, carretera de dos canales en dos sentidos. Es casi nula la presencia de baches en el asfalto. Bastantes reductores de velocidad al transitar por los poblados y hay alcabalas con monitoreo permanente. Rayado del pavimento y señalización que orienta al viajero con bastante pertinencia.

Falcón

Fuí hasta Chichiriviche y todo iba bien hasta luego de Tucacas. Hay un sector justo antes de llegar a la recta que da a Chichiriviche que me decepcionó grandemente. Pareciera un terreno que acaba de ser bombardeado o algo similar. Extremadamente peligroso pasar de noche por allí, sobre todo porque en la dirección rumbo a Chichiriviche es tan intransitable el canal de la carretera que se debe “invadir” la vía opuesta para poder pasar. Me pareció irónico que al llegar al pueblo hubiese vallas y avisos que dicen “Chichiriviche, el destino más Chévere”, con esos huecos lo chévere deja de serlo. En la recta que da al turístico destino hay bastante señalización y rayado, ojos de gato son el común denominador y muy buen estado del pavimento.


 En resumen, si vas a viajar por Venezuela trata siempre de hacerlo de día. Si tienes algún percance, jamás te detengas al menos que haya una alcabala o sea una zona bien iluminada. Ojalá las autoridades del Gobierno Nacional, Regional y Local puedan acoplarse y trabajar juntos para mejorar el estado de la vialidad en general porque lo que uno ve en las carreteras es exactamente lo mismo que vive en todas las ciudades del país. Aún falta hacer una Revolución vial en Venezuela.

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