Los raspacupos se babean con esta foto |
Acabo de leer un artículo de una
ciudadana venezolana, que para colmo se supone es chavista, en un
portal “revolucionario” en el cual admite con orgullo que ella sí
es una raspa cupo y brinda una argumentación larga y tendida con la
cual pretende justificar su condenable acción. El eje de su
explicación radica en que al Estado no le interesa lo que el usuario
haga con las divisas luego de que son asignadas porque, al final, ya
este “no cuenta con ellas”. Termina resumiendo que su acción no
afecta a la economía.
No
voy a caer en análisis económicos, números y demás tecnicismos
primordialmente porque creo que el problema acá es de valores. La
señora claramente carece del valor de la honestidad porque toma
ventaja de la buena fé del Estado quien le otorga dólares baratos
para que pueda viajar y distraerse en el exterior sin afectar su
bolsillo. Con los dólares asignados para su viaje hace un negocio
que le ofrecen las mafias de divisas, es decir, desvirtúa por
completo la finalidad del beneficio que le da su país.
Esa
lógica aplica igual para quienes logran adquirir una vivienda de la
Gran Misión Vivienda Venezuela y buscan de las mil y una formas
venderla. Los que desvían alimentos de Mercal hacia grandes
restaurantes de la burguesía aplican el mismo razonamiento. No hay
escrúpulos. El beneficio individual y personal está por encima de
todo lo demás. Ella se escuda diciendo que quienes desangran la
economía no son los raspa cupos viajeros, sino los que reciben
dólares para importación y no importan nada. Eso es igual a decir
“yo robo poquito, ¿por qué no condenan al que roba bastante?”
Tanto
el que recibe dólares para importación y no importa nada, como el
que usa su cupo viajero para “rasparlo” son delincuentes porque
le hacen un fraude a la nación. Yo conozco a familiares y amigos que
una y otra vez han viajado al exterior practicando el mismo modus
operandi y seguramente usted también conoce o, quizá, es uno de
ellos. La cuestión está en reconocer que lo hecho estuvo mal y no
enorgullecerse de ello.
Así
como los alcohólicos anónimos deben admitir son alcohólicos para
tomar medidas al respecto, en la medida que como ciudadanos
venezolanos no reconozcamos nuestras fallas y conductas erradas, no
podremos avanzar y aportar nuestro grano de arena para tener una
patria digna. ¿Te gustaría que el dinero que le das a tu hijo para
la merienda, lo agarre y lo gaste comprando cigarros? La honestidad
es un valor indispensable en la vida republicana.
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