Opoterrorista capturado con armas de sedición |
La táctica para
subvertir al gobierno democrático de Nicolás Maduro tiene como
pivotes, en el marco de la Guerra No convencional, utilizar el
escenario de las “marchas pacíficas” para demostrar la
“represión desmedida y violación de los Derechos Humanos” en
Venezuela.
La proyección mediática
de ésto es clave porque afianza la concepción de que en Venezuela
no hay Estado de Derecho y que el régimen está conformado por
autoridades “diabólicas” que agreden a gente indefensa e
inocente. Para esto los sectores de oposición coordinan marchas
pacíficas en las mañanas y en las tardes acciones de sedición
coordinadas por las redes sociales. De esa forma, los medios tienen
imágenes que muestran las marchas “pacíficas” y las conectan
con las acciones de control del orden público que se generan en los
escenarios de violencia y destrucción como lo son las guarimbas.
En todos los medios de
izquierda que tengan como valores la ética y la justicia, debe
suprimirse el uso de la palabra “estudiantes” al hacer referencia
a los promotores de estos eventos. El lenguaje debe ser claro y
nombrar las cosas por lo que son. Debe evitarse el uso de
calificativos como opositores, escuálidos, majunches, derechistas o
fascistas porque esos términos en sí, no muestran la crueldad ni
describen con tino sus actuales acciones de guerra.
El termino a utilizar
debe ser Opoterroristas. El opoterrorista es un opositor que ejerce el terrorismo tanto en la calle como a través de redes sociales. El opoterrorista es un esquizofrénico
político con un nivel de disociación notablemente avanzado. Sus
acciones tangibles no corresponden con la realidad que dice
denunciar. Son capaces de amenazar la vida de otros, inclusive
familiares, amigos o vecinos. Son homicidas en potencia. El
opoterrorista, al ser esquizofrénico, ve amenazas donde no existen,
identifica enemigos donde no los hay y agrede su entorno en “defensa
propia”. Arriesga la vida en nombre de otros, o por directrices de
otros sin siquiera darse cuenta de ello. Viola los derechos humanos
de los demás, argumentando lo hace porque lucha por el respeto a los
Derechos Humanos de todos. Es un incongruente social que puede llegar
a exterminar a todo aquél que no comulgue con su pensar, directa o indirectamente. Son una
amenaza para la sociedad.
Los medios, sobre todo
del Estado socialista, deben hablar claro y dejar de someterse a la
lógica periodística burguesa que intoxica lingüísticamente a las
usuarios. El capitalismo mediático tuerce, distorsiona y pervierte
conceptos y realidades. No son estudiantes pacíficos, son
opoterroristas.
Las instrucciones conque les han lavado el cerebro |
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