domingo, 15 de marzo de 2015

Unipolar bombardea a la POLAR

Las bombas también le caerán a los empresarios

El imperialismo estadounidense no es más que la articulación de su corporativismo de Estado a nivel de la política exterior de un país que hace valer sus intereses por encima de cualquier consideración humana del resto de los habitantes y países del planeta.

Las corporaciones y trasnacionales buscan conquistar y posicionarse en territorios foráneos bajo el mismo esquema que las empresas aplican para captar grandes porcentajes de participación en el mercado. La competencia en función de la hegemonía, desplaza por completo al otro competidor. A nivel de relaciones internacionales, Estados Unidos ve aliados y enemigos. Aliados son aquellos que muestran actitudes y hechos afines a sus intereses, los países genuflexos y complacientes. Enemigos o adversarios son quienes aparecen como obstáculo o antítesis a su propuesta hegemónica. Por consiguiente, los conceptos opuestos a la manera yankee de concebir la existencia de los “otros” son: independencia, soberanía, libertad y autodeterminación. Fácticamente, los únicos que pueden ostentar y defender esos conceptos son los gringos, nadie más.

Cuando un Estado tiene como leitmotiv la hegemonía de sus intereses, es táctica sistemática la eliminación de todo aquello que aparezca como opuesto. En su percepción medieval donde deben conquistarse mentes, territorios y mercados todo se vale. Toma cuerpo la posibilidad de la eliminación del adversario. La amenaza gringa sobre Venezuela, no sólo busca apropiarse del territorio en función de la conquista de nuestros recursos hídricos, minerales y energéticos, lo que connota una gran parte del botín más no su totalidad.

Venezuela ostenta una posición geopolítica privilegiada para el posicionamiento de mercancías tanto en su territorio como en el resto de países latinoamericanos. Es la puerta de entrada a un mercado de 500 millones de personas. Lógicamente, el interés por establecerse en nuestro suelo considera enormemente el desplazamiento, destrucción y desmantelamiento de industrias nacionales para dar paso a las corporaciones estadounidenses. La voracidad capitalista condiciona el fin de las acciones políticas, diplomáticas y bélicas. Todo se reduce a hacer negocios, todo se enmarca en el aumento de la rentabilidad y la ganancia. La unipolaridad imperial se apodera de los espacios donde haya competencia. Totalitarismo de Mercado en pleno siglo XXI.

Empresas como Cargill, Monsanto, Tyson Foods Inc, JBS USA, Smithfield Foods Inc, ConAgra Foods Inc, etc. están al acecho. La unipolaridad empresarial gringa también tiene en mente aniquilar al complejo industrial de la POLAR e infraestructura para la producción de alimentos. Los empresarios apátridas se quedarán sin el chivo y sin el mecate, al igual como perdieron miles de millones con el paro-sabotaje en 2002 y 2003. La guerra mundial es por la economía.

1 comentario:

  1. Entre las especies vivientes los seres humanos destacamos como seres superiores gracias a la posibilidad de pensar, elegir, decidir, modificar y crear. Junto a la inteligencia racional está la inteligencia emocional. Entre ellas debe existir un balance que permita el desarrollo y la evolucion de la especie. Dominacion pretende represar para si la posibilidad de usar la plenitud de las capacidades pensantes lo cual debe ser concedido, traspasado a otro mas preparado y a cuyas conclusiones debo someterme. Se instala asi la flojera mental y la fantasia de que otro, ajeno a mi, me resolvera las exigencias y desafios que la vida impone para que la evolucion ocurra.
    La dominacion del hombre por el hombre a venido debilitandose a travez de la historia y su avance es frenado por intereses que superponen la fraccion a la totalidad. Las clases sociales como las fronteras son el producto conveniente de la division, separacion y aislamiento que se requiere para dominar. Para ejercer su dominio el invasor necesita primero utilizar y luego sustituir cualquier figura interna de dominacion: el actor local que ostenta la figura mas parecida al él. Para el empresario criollo la oferta de dominacion implica la creencia de poder participar en el reparto de los privilegios que propone aquel supuestamente mas preparado, lo cautiva el facilismo y la inercia al fantasear sobre mantener o compartir el dominio cuando realmente se trata de pasar a ser el subordinado superior, quien al igual que los subordinados inferiores (el colectivo) deben por igual acogerse a sus determinaciones porque, gracias a su poder para torcer el brazo, son los mas preparados para llevar el control unilateralmente: ferocidad neoliberal y capitalismo salvaje!

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