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El arroz con mango es una receta que SÍ existe |
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Muchos
se ven confundidos y aparentan desorientación luego de los
resultados electorales del 6D. Pareciera que nadie jamás hizo alguna
advertencia y el relajo en el ámbito económico-comercial nos clavó
una daga que nunca fue advertida. Hoy las autoridades y alta gerencia
del gobierno chavista se reúne desesperadamente con el pueblo para
escucharlo, cosa que a nivel propagandístico es fabuloso porque
proyecta una imagen de disposición a la reflexión y corrección del
rumbo, pero lo verdaderamente importante es que se articulen las
propuestas. Escuchar no es un logro, logro es tomar acciones en
función de lo que pide la gente desde hace muchísimo tiempo y no
desde hace quince días.
En
nuestro sistema político constatamos el incremento de las contradicciones
porque se habla de Revolución pero eso, en lo tangible, no existe. A
nivel conceptual y teórico una revolución implica un cambio
profundo en la estructura, una modificación trascendental en la
forma como se ejercen las relaciones de poder. En Venezuela, la
actitud de las autoridades chavistas -por ahora- es reformista, no
revolucionaria, porque en ningún momento se apunta a modificar la
estructura perversa y tóxica que mantiene a nuestra sociedad
subordinada a la élite político-económica que tiene el control en
nuestro país.
El
Gobierno Bolivariano se ha dedicado, desde sus inicios, a facilitar a
sus ciudadanos ventajas comparativas para que compitan mejor en el
sistema capitalista. Si hablamos de algo tan simple como la
educación, todo el que estudia y se prepara en nuestro país lo hace
para surgir, para ser mejor, para poder tener una profesión y ganar
bien para vivir cómodamente. Nadie estudia porque tenga el interés
de destruir al capitalismo como sistema, nadie se prepara porque
quiera cambiar al mundo y suprimir las injusticias que en él
existen, nadie se faja para obtener un título con el objetivo de
acabar con las condiciones de opresión que mantienen a la mayor
parte de la humanidad sumida en la pobreza, etc. La educación es un
derecho que al cumplirse, le facilita al protagonista su inmersión
en el sistema que lo excluía por no poseerla. Los “educados”
ahora tienen mejores herramientas para competir contra otros, para
aspirar a más y lograr más, esa es la realidad que se impone.
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Modificar radicalmente las relaciones de Poder, eso es Revolución |
Igual
pasa con el que obtiene una vivienda, una tablet o un celular y lo
vende; con quien recibe un transplante de corazón gratuitamente para
en el futuro dedicarse a ser comerciante de insumos médicos y
especular con los precios; con aquel campesino al que le dan un
tractor para trabajar la tierra pero él prefiere alquilarlo a precio
exhorbitante y se hace rico de la noche a la mañana explotando a
otros campesinos; el taxista que le donan un taxi último modelo pero
en cada carrera cobra tres veces más a los pasajeros que esperan un
precio “socialista”; igual pasa con todos los que obtienen
beneficios que no necesitan porque están bien acomodados, pero
gracias a la palanca o la vacuna son anotados en la lista de quienes
serán atendidos para saldar la “deuda social” que nos dejó la
cuarta república, etc.
Como
el problema es conceptual, da la impresión que nadie sabe qué es lo
que hay que hacer ni mucho menos cómo se puede hacer. Líderes
chavistas se empeñan en hablarnos de un “Poder Popular” que en
verdad no puede hacer nada autónomamente sin la aprobación de los
recursos que le asigne el Estado Burgués. Los ministerios, en su
nomenclatura, incorporaron “del Poder Popular” pero como un
simple ardid propagandístico que muy poco se articula en la
realidad. ¿Usted ha visto alguna dependencia con un aviso en la
entrada que diga “Oficina de Atención prioritaria al Poder
Popular” donde reciban con las puertas abiertas a los ciudadanos
informándoles sobre cómo ejercer el poder desde esa instancia?
El
Poder Popular, en realidad, es una manera de baipasear a las
instituciones ineficientes y reformistas que existen en el gobierno.
Si ustedes se fijan bien, las atribuciones de las comunidades
organizadas, del pueblo organizado, son responsabilidades ya
asignadas a entes gubernamentales. Es decir, como las instituciones
no cumplen con su deber ni son eficientes en la consecución de los
objetivos para los cuales fueron creadas, se apela a los afectados
directos de la indolencia para que ellos resuelvan sus problemas. El
detalle está en que la institución cuenta con recurso humano,
infraestructura, equipos, experticia más ingentes recursos a
diferencia del “Poder” Popular que sólo cuenta con la voluntad
de hacer las cosas bien, en el mejor de los casos. Se hace evidente
que no se quieren corregir los problemas atacando las causas, sino
que se crean instancias paralelas para paliar las consecuencias.
Ficticiamente se asegura que el poder se ejerce desde las bases, pero
ello sólo ocurre con la anuencia de las instituciones del Estado
Burgués.
Para
entender lo que vivimos hoy es imprescindible conocer lo que
significa Estado Burgués. Un Estado está conformado por tres
elementos: territorio, población y gobierno. En Venezuela, la
estructura socio-política-económica que rige la manera como nos
desenvolvemos está marcada por una concepción burguesa del
ejercicio del poder. De facto, los que tienen el sartén agarrado por
el mango son las élites económicas y la dinámica de todo lo que
sucede responde a favorecerlos y jamás afectar sus intereses. Es por
eso que, a pesar que Cisneros estuvo 100% comprometido con el Golpe
de Estado de 2002 hoy sigue haciendo billete del bueno en vez de
estar pagando condena tras las rejas -lo mismo aplica con Marcel
Granier y dueños de medios-; es por eso que a pesar del paro
patronal criminal y el sabotaje petrolero de finales de 2002 e
inicios de 2003, no vemos a ningún empresario golpista de
Fedecámaras ni a ningún meritócrata de Gente del Petróleo
cumpliendo años de presidio en un centro de reclusión; también
vimos a un capitalista decir frente a las cámaras “puede ser que
especulemos, pero damos empleo” sin temor de que alguien lo haga
pagar por haber confesado un delito en plena rueda de prensa, etc.
A
nivel de nuestra economía se hace más evidente el control que
ejercen las élites. Si se hace un diagnóstico sensato de la
realidad económica de nuestro país, identificaremos varios
fenómenos muy curiosos: presencia de monopolios y oligopolios que
controlan todos los eslabones de las cadenas de suministro
-producción e importación, comercialización, distribución y venta
al detal-; banca mayoritariamente privada que responde a intereses
foráneos; redes de corrupción y mafias gubernamentales que entregan
dólares preferenciales a los monopolios y oligopolios que controlan
las cadenas de suministro; ausencia total de estudios de mercado que
permitan el levantamiento y sistematización de estadísticas como
insumo clave para la toma de decisiones; carencia de músculo
institucional que tenga como objetivo corregir el origen de los
problemas económicos; infinidad de entes e instituciones que cumplen
funciones inocuas, ineficientes y reformistas, en una economía
marcada por la expoliación permanente del poder adquisitivo del
venezolano.
En
Venezuela no existe el socialismo ni el capitalismo porque lo que
constatamos en la calle es un saqueo permanente, un malandraje y
descontrol económico que favorece a los mismos de siempre, a la
clase pudiente. El problema no es el control cambiario ni el dólar
preferencial, el problema es que esos dólares se los roban y nadie
mete preso a los ladrones. El problema no es que haya un “pelucón
mayor” que hace lo que le viene en gana con el monopolio de los
alimentos, el problema es que no existe un gobierno con el interés
ni la capacidad para ponerlo en cintura y, de paso, es el primero en
darle dólares baratos que no se sabe en qué se utilizan.
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P&G Trasnacional que impunemente nos sigue robando |
Se
menciona una y otra vez el término “Guerra Económica” pero
nadie ve al enemigo siendo atacado, sólo se le señala para culparlo
de la cola, el desabastecimiento y la especulación. Nos dicen que el
ingreso de divisas cayó por el suelo dado que el petróleo ya va por
30 dólares el barril, pero declaran altísimas autoridades del
gabinete económico orgullosos en VTV porque importaron con dólares
baratos lo necesario para mantener las “tradiciones decembrinas del
pueblo” mientras vemos en el fondo varios containers repletos de
pinos canadienses ¿esto es prioridad? ¿qué opinarán los
movimientos del ecosocialismo?
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Estamos casi sin dólares, pero gastamos en pinos canadienses |
El
Estado Burgués favorece a las élites económicas, a los
comerciantes, al capitalista. El origen de las distorsiones lo
ubicamos a nivel de las instancias donde se importan o producen los
bienes que fluyen a lo largo y ancho del país (ver analogía de la ducha y el comercio interno en Venezuela MÁS ABAJO). El Estado Burgués
esto lo sabe muy bien y es por ello que jamás verán una acción
gubernamental enfocada en revisar palmo a palmo las fábricas,
industrias y empresas existentes en Venezuela. Mucho menos verán a
algún alto funcionario “chavista” exhortando al Poder Popular
para que ingrese en todas las aduanas del país a revisar métodos y
procedimientos, containers llenos de chatarra, sobrefacturación e
importaciones ficticias. Tampoco a nadie se le ocurrirá pedir una
auditoría en CADIVI, CENCOEX, SITME, etc. mucho menos exigir que,
como mínimo, le informen al país qué hacen con los dólares que
manejan y qué criterio "patriota" implementan a nivel gerencial.
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Analogía de la ducha |
Hace
más de dos años todos vimos el “ataque frontal” del gobierno
contra la burguesía parasitaria que acapara y especula. Recordamos
el caso Daka porque el mismo Presidente arreció contra sus prácticas
fuera de la Ley para envenenar nuestra economía. Pasó el tiempo y
nadie de Daka pagó condena, pasó un tiempito más y vimos a Daka
comercializando con el Gobierno Bolivariano los productos de Mi Casa
Bien Equipada. Es decir, las élites económicas en nuestro país
tienen tanto poder que en vez de pagar por sus fechorías logran
doblegar a quien debería hacer valer el imperio de la Ley y hasta le
sacan ganancia. Esa es la realidad que vemos mientras en este preciso
instante usted va a la tienda del logo azul con amarillo y verá una
cola inmensa de gente comprando productos, y el dueño llenándose
cada vez más los bolsillos. Igual pasa con Zara, con empresas
automotrices: Ford, GM, Mitsubishi, con importadoras de medicamentos,
etc.
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Insólito pero cierto |
No
es una revolución lo que se pretende hacer porque lo que vemos, una
y otra vez, es el intento por hacer más potable el capitalismo, más
digerible el saqueo permanente a nuestra patria. Revolución sería
derrotar la lenidad existente y que criminales multimillonarios
paguen con cárcel y no con multas en unidades tributarias que lo que
dan es risa por violentar la ley. Revolución sería democratizar los
medios de producción, suprimiendo a la mínima expresión aquellos
focos de concentración del poder económico. Si POLAR controla el
50% de la producción de alimentos en el país, se debe trabajar en
función de corregir este desbalance. Pero vemos a los sesudos
asesores en economía engañarnos con propuestas como “hay que
sincerar la tasa de cambio”, eufemismo con el que disfrazan la
intención real de aumentar exponencialmente la tasa del dólar
oficial. Hay un desbalance evidente que pervierte lo que sucede a
nivel comercial y económico, pero la “solución” no tiene que
ver con este desbalance porque el Estado burgués así lo impone.
A
esta altura del juego el escenario luce demasiado desalentador. Hay
equipos discutiendo las propuestas económicas pero todo lo hacen a
puerta cerrada, escondidos, como si el tema no fuera lo
suficientemente importante para que el pueblo entero vea por TV las
posturas, los argumentos y las actitudes de los que supuestamente
defienden nuestros bolsillos. Pareciese que hasta en estas
circunstancias el Estado burgués sigue imponiendo las reglas, sigue
dictando la dinámica.
Nuestro
comandante Chávez en una oportunidad llamó a la reflexión de su
equipo ministerial exhortando a que cada uno se hiciera la pregunta
“¿qué estamos haciendo?”. Además de esta interrogante,
deberíamos responder ¿para qué lo estamos haciendo? porque de lo
contrario estaremos actuando como autómatas que no vislumbramos las
consecuencias futuras de las decisiones político-económicas. Falta
innovación, creatividad y rompimiento de paradigmas. Hace falta
estudiar, entender y articular el término Revolución en acción, en
lo tangible, no sólo en palabras porque éstas se las lleva el
viento. El tiempo corre y el saqueo sigue ¿hasta cuándo?.