Un buen gerente lidera para el logro de objetivos |
No
hay nada más complicado que gobernar porque es es un arte que
fusiona capacidades, voluntad, experiencia, sapiencia, preparación,
vocación, intuición y compromiso. Inclusive, se habla también de
lo calificado o no que alguien esté para ejercer un cargo público
de alto o mediano nivel. Son muchas variables las que intervienen y,
a decir verdad, puede ser que alguien esté muy calificado para un
cargo pero eso no exime que sea un incompetente.
En
la administración pública venezolana abundan los vicios y fallas
desde todo punto de vista. Es un sector que presenta debilidades
intrínsecas a la estructura del Estado burgués configurado en
nuestro país. No tiene que ver mucho con la orientación ideológica
de las autoridades más sí tiene relación directa con la gerencia
organizacional. Así, vemos gestiones públicas eficientes e
ineficientes tanto en instituciones con liderazgos de derecha o de
izquierda. El detalle está en que desde el punto de vista de las
fuerzas progresistas, la humanización, atención, calidad y
excelencia en los servicios prestados debería ser mayor por
cuestiones de coherencia ideológica.
Mucho
se habla del “compromiso revolucionario” y vemos a funcionarios
de alto nivel que gritan a viva voz “¡Chávez vive, Maduro sigue!”
junto a otras consignas que proyectan una conciencia plena de su rol
y la circunstancia. Lamentablemente, evidenciamos gestiones
contrarias a la idea de “servir al pueblo” y lo que es peor aún,
algunos usan el histrionismo ideológico como mampara para cometer
fechorías gracias a las posiciones de poder y privilegios que
ostentan.
La
formación y capacitación a los miembros de instituciones se ha
dejado de un lado y vemos grupos organizacionales a la deriva que
ejecutan sus responsabilidades, si es que las ejecutan, de forma
incierta. Los valores y principios que deben regir la conducta de los
funcionarios en la administración chavista muchas veces brillan por
su ausencia, a saber: honestidad, solidaridad, excelencia, servicio
al pueblo, innovación, eficiencia, etc.
Casos
de corrupción como los revelados en la red de abastos Bicentenario
son producto de una visión gerencial miope. La revolución necesita
funcionarios preparados y comprometidos con el ideal bolivariano, con
vocación de servicio. Se requieren gerentes que ejerzan un liderazgo
revolucionario y chavista porque lo contrario es minar nuestro
proceso desde adentro.
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