¿Gobernabilidad? |
Las
guerras se ganan con base en el engaño, y no hay mayor engaño que
aquello que permite distraer al enemigo mientras se le da el zarpazo
que lo llevará a la derrota. En la política venezolana, el
conflicto no es armado pero sí presenta flancos de ataque, tácticas
y sobre todo fuerzas contendientes que luchan por el poder: chavismo
y oposición.
El
Gobierno Bolivariano es víctima de un asedio en 360° o de amplio
espectro, que lo hace enfocar sus energías en repeler todos aquellos
fenómenos que confluyen para desplazarlo del
poder en la figura del Ejecutivo Nacional.
La
oposición obtuvo una victoria contundente el pasado 6 de diciembre
que, a nivel pragmático, no ha significado mucho dado su limitado
accionar conspirativo desde el poder Legislativo
por
la articulación
institucional de los otros poderes en particular el Judicial.
Sin
embargo,
las circunstancias que le dieron
la victoria a
la derecha hace
poco más de seis meses siguen estando latentes y se han ido
agravando. La guerra económica aún
luce sus fenómenos más representativos: especulación desmedida,
desabastecimiento y colas. No se evidencia en la calle una mejora del
panorama y el pueblo venezolano sigue sufriendo las consecuencias
adversas de una dinámica comercial intoxicada por
factores internos y externos.
Hoy
en la palestra tenemos también el tema del referendo revocatorio,
táctica política que la derecha usa para mantener el acecho contra
el presidente de la República, Nicolás Maduro. Esta acción
distraccionista, luce como un banderín que ondea vigorosamente
advirtiendo la mayor amenaza contra el proceso revolucionario
iniciado por el Comandante Hugo Chávez, pero debemos recordar bien
que muchas veces las cosas no son lo que aparentan.
Para
diciembre de este año 2016 están pautadas las elecciones
regionales, evento que abre la posibilidad real de que las fuerzas de
derecha amplíen su radio de acción desde instancias de poder
político gubernamental. Los estudios de opinión afirman que si el
chavismo va a una elección hoy, perdería contundentemente
repitiéndose algo muy similar a lo del pasado diciembre. ¿Acaso el
chavismo se ha planteado el escenario de perder el poder político en la mayoría de
gobernaciones en el próximo proceso electoral? ¿Habría
gobernabilidad desde el Ejecutivo con la mayoría de regiones en
contra?
¿No
sería la
derrota mayoritaria en los
estados
del país una especie de revocatorio multiplicado por 24?
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