La
premisa ampliamente
aceptada que
define al capitalismo
como un sistema primitivo de dominación
nos ayuda a pensar mucho mejor sobre las diferentes variables
que mantienen a esta estructura en pie y
avanzando
aún hoy en pleno 2021.
El
salario es uno
de los rasgos
que perpetúa este
sistema de dominación porque tiene funciones claramente definidas:
normalizar
e
institucionalizar la
relación de subordinación y dependencia, domesticar y hacer dócil
el ímpetu de independencia económica de cada quien, inyectar miedo,
adormecer el espíritu emprendedor e innovador de cada asalariado y
disminuir el autoestima de los dominados socavando la voluntad para
valerse por sí mismo.
Discusiones ideológicas tratan de hacer más digerible la concepción
del salario, abogando para que haya un "salario justo", lo
que sería
igual que pedir que a un esclavo le coloquen un grillete acolchado
para no lastimarlo tanto.
Al
final la
relación de dominación y subordinación se mantiene, sin importar
el monto de la remuneración.
El
sistema político, económico y social en que vivimos
a
nivel mundial, en
su gran mayoría,
está diseñado para que las
masas
se resignen y no busquen quitarse el grillete.
Tienes
dos opciones si quieres
salirte
del molde: 1.- Irte
al campo y crear un conuco aislado del mundo para vivir por tus
propios medios con los alimentos propiamente
cultivados ó 2.- Emprender un negocio propio que te
genere recursos con el propósito de alcanzar la independencia
económica.
No es tema de éste artículo los pasos para
acometer la opción 1, pero para materializar la opción 2 es
necesario tener coraje, autoestima, determinación, planificación,
visión, estrategia, constancia y ambición por trascender en
un mundo donde la motivación junto al fuego interior marcan la
diferencia de tu vida y el
impacto positivo que puedes lograr en
quienes te rodean.
Siempre
escuchamos consignas que hablan de conseguir la "independencia
política y económica" a nivel de los países, pero pocas veces
nos ponemos a pensar en lo que tenemos que hacer para alcanzar la
independencia económica en nuestras vidas.
Es más, a veces nosotros mismos nos engañamos pidiendo un grillete
más acolchado en vez de dar pasos firmes que nos permitan romper las
cadenas de la dominación, la
dependencia económica
y la servidumbre voluntaria.
Con seguridad tú también
esperas un salario para vivir o
sobrevivir
pero podrías preguntarte ¿Puedes valerte por tí mismo y vivir de
manera digna?
¿Qué te frena, qué te ata al grillete? En
la escuela y en la universidad no enseñan la forma para ser
independientes económicamente,
allí enseñan habilidades y destrezas para incorporarnos al sistema
como empleados, no como emprendedores. Así como ningún país logra
la independencia
si su pueblo así no lo quiere es imposible que tú alcances tu
independencia económica si no dejas atrás esquemas de pensamiento
que evitan que destruyas el grillete que llevas puesto. La
relación de dominación y dependencia yace
en el interior de cada quién pero
allí también se encuentra la chispa del cambio.
Enfócate
en ser libre y quítate el grillete, sí puedes hacerlo, sí vales,
si tienes lo que se necesita para trascender.