Quizá la diferencia sea que unos roban BsF y otros $ |
Si
usted sale a la calle y un malandro le quita BsF 500 que llevaba en
el bolsillo, seguramente catalogará eso de hampa común, lo
etiquetará como un atraco o algo similar. Ahora bien, resulta que si
usted va a Daka y le clavan un televisor con 45 mil BsF de
sobreprecio, la “sociedad” lo califica como inflación o como
parte de la “sana” iniciativa empresarial que debe haber en la
dinámica económica de todo país. El empresario jamás es ladrón,
jamás roba al pueblo, jamás es mafioso, jamás se apropia de lo
ajeno.
Siempre
he creído que los índices que expresan el grado de inseguridad en
el país siguen una lógica burguesa, porque creo que no hay peor
inseguridad que la que existe en los negocios de la burguesía
parasitaria que, sin revólver en mano, te atracan con los grotescos
precios especulativos con los que etiquetan sus productos. No es
lógica una ganancia que sobrepase el 1.000% del costo real de un
producto, eso es un ilícito, es un robo frontal al pueblo que ve su
bolsillo mermado por un sector privado zángano. Sería bueno ver el
“índice de especulación en el mes de octubre” por ejemplo.
El
capitalismo parasitario tiene como principal actor a la burguesía
parasitaria y al capitalista parasitario. Curiosamente, la élite que
ellos conforman son los mismos que a viva voz y de manera descarada
acusan al Gobierno Bolivariano de “apropiarse de lo ajeno” cuando
se lleva a cabo alguna medida de expropiación. Son los ladrones y
parásitos que construyen fortunas de dinero mal habido y que de
forma cínica etiquetan torcidamente los actos de justicia social.
La
guerra económica que hoy vive Venezuela es más que evidente. Su
pivote principal es este sector privado delincuente y apátrida que,
a través de los precios especulativos más altos en la historia de
la economía del planeta, pretendía estrangular al pueblo consumidor
venezolano justo cerca de la navidad y antes de las elecciones del
8D. No es casual que Capriles tenga una cuña en la radio donde a
cada rato salga llamando a votar para castigar al gobierno por el
“alto costo de la vida”. Golpear al pueblo con precios
inalcanzables pretendía fungir como catalizador para provocar un
voto castigo contra las fuerzas de la revolución.
¡Mucho
cuidado Pueblo! Estemos alerta ante la inseguridad que encontramos a
la hora de adquirir bienes en cualquier comercio. ¡Ojo pelao con el
malandraje empresarial!
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