lunes, 22 de junio de 2015

Abstención económica

Pelando, veremos la convicción de muchos

Experimentamos un proceso de despolitización que se fundamenta en el deterioro de la calidad de vida y la afectación de la zona de confort de cada ciudadano a través de la intoxicación cotidiana del ejercicio del comercio, del comprar y vender. Las preocupaciones de cada persona tienen como eje el bolsillo y la administración del presupuesto familiar. Lo que “importa” tiene que ver con números, bolívares y dólares. Se desplaza a la política y su ejercicio de las mentes, porque la misma no hace que el sueldo rinda más, que deje de hacer colas, tampoco impide que el especulador suba los precios a diario o que pueda conseguir de todo en los anaqueles.

Ante este escenario ¿Qué tipo de motivación o incentivo puede generar un proceso comicial donde se elegirán diputadas y diputados? Ya vimos los insignificantes niveles de participación que tuvo la derecha venezolana en su fallido proceso de elecciones internas. Los que votaron apenas sobrepasaron el medio millón de votos, 543 mil en total, lo que le atorga a la MUD el récord nacional al totalizar un 92,57% de abstención.


Ahora bien, el PSUV proyecta un proceso interno mucho más incluyente, participativo y democrático para el próximo 28 de junio, aún con todas las desviaciones que han sido señaladas por sus principales líderes, como cuando su Presidente, Nicolás Maduro, indicó lo del ventajismo y demás prácticas contrarrevolucionarias en el apalancamiento de los candidatos. A pesar de todo, la mayoría percibe que dejamos atrás aquella época en la que el líder seleccionaba digitalmente a todos los favorecidos que luego montaría en su “portaaviones”. Esto es evolución en revolución y nadie puede decir lo contrario.

Pero en la calle, la mayoría no reconoce vinculación alguna entre un diputado de la AN y su bolsillo. Históricamente, los procesos comiciales para el parlamento han reflejado altos niveles de abstención porque muchos electores no ven beneficio inmediato y real de elegir a quienes hacen las leyes. Hoy más que nunca, el venezolano está pendiente de las balas que recibe a diario en la Guerra económica, resignado, viendo que se agudizan los mismos problemas que sufrimos desde hace ya casi tres años. Desde la Asamblea Nacional, de facto, es muy poco lo que se ha hecho para combatir la Guerra económica, y si alguien asegura que “se ha hecho mucho” pues entonces no se ven resultados.

Como la política no da respuesta, no brinda soluciones, no mejora mi situación ¿para qué ir a votar por alguien que repercutirá cero en mi cotidianidad? Suena duro pero esa es la pregunta que muchos se hacen hoy en Venezuela.

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