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Imagen que ilustra lo sucedido durante la noche. |
Durante diciembre de 2013
tuve la oportunidad de transitar por vía terrestre a lo largo de
diez estados de nuestra geografía nacional: Vargas, Miranda, Aragua,
Carabobo, Yaracuy, Cojedes, Lara, Portuguesa, Trujillo y Falcón.
Luego de mi recorrido que sumó más de 6 mil quinientos kilómetros
creo puedo emitir un juicio bastante acertado respecto al balance
general y particular de las carreteras de gran parte de la región
centro-occidental.
Hecho relevante a
destacar de todo mi recorrido, es que viví en carne propia el mismo
suceso que días después desembocara en el asesinato de la actriz
Mónica Spear y su esposo. En la autopista Valencia – Puerto
Cabello, sector específicamente ubicado en la población de
Trincheras, conducía al rededor de las 12:30 de la medianoche
dirección Barquisimeto. De repente en una de las curvas noto un
listón de madera de aproximadamente cuatro o cinco metros
completamente atravesado en la vía, ocupando prácticamente los dos
canales principales, el canal rápido y el lento. Tuve que reducir la
velocidad lo más que pude, claro está sin frenar repentinamente
porque eso es peor, y sin poder evadir por completo el obstáculo lo
impacté con las ruedas del lado derecho (ver composición ilustrativa que encabeza esta nota).
Luego de la mentada de
madre respectiva, pude continuar la marcha sin contratiempos, no me
detuve para nada y tampoco lo iba a hacer aunque tuviese los cuatro
cauchos reventados porque sabía de los hechos ocurridos en la zona.
Más adelante, luego de pasar el sector de El Cambur, me doy cuenta
que el carro se me va hacia un lado. Esperé a detenerme en la
alcabala ubicada justo antes de El Palito y al revisar el caucho
derecho delantero noté se estaba espichando rápidamente. Preferí seguir
conduciendo a ver si ubicaba una cauchera en la población de El
Palito, donde venden empanadas y platos derivados del mar pero a esa
hora estaba casi que muerta la zona. Decidí pararme al lado de la
licorería “Amor de Tres” que está justo antes de llegar a la
refinería. Me paré allí porque hay bastante luz dado que eso es un
cafetín pero a esa hora todo estaba completamente cerrado.
No llevaba tres minutos
cambiando el caucho espichado, con la motivación y velocidad de una
escudería de fórmula uno en los pits dada la circunstancia, cuando
llegó una patrulla con dos funcionarios de la Policía Nacional
Bolivariana. Me resguardaron y hasta ayudaron a cambiar el caucho.
Curiosamente, uno de los agentes del orden público al preguntarme
por el caucho y yo informarle me dijo “eso siempre pasa en esa
zona, los malandros le tiran cosas a los carros para que se detengan
y al hacerlo los atracan y demás”. En cierto modo me pregunté en
mis adentros que si las autoridades saben que eso pasa allí ¿por
qué no hay patrullaje permanente?
En fin, terminé de poner
el caucho de emergencia y me dijeron que fuese a una cauchera que
queda en Puerto Cabello, en “Boca ´e Lobo”. Me cagué de la
risa, quizá nerviosa, por ese nombre y pensé que era jodedera del
oficial a lo que me reiteró que el barrio o sector se llama así,
Boca ´e Lobo. Resignado seguí rodando rumbo a la cauchera, con mis
sentidos activados como el propio soldado de operaciones especiales dispuesto a cumplir una misión. Llegué a la cauchera y me atendió un
pana, de lo más buena gente. La cauchera se llama “Los X Men”,
ja ja ja ja, otra razón más para reírme a esa hora y con ese
panorama trágico. Cambiando el caucho, en efecto, el rin se había
doblado por el impacto y hacía se saliera el aire. El pana me dijo
que eso era el pan de cada día allí porque tiraban muchas vainas
por Trincheras para “joder los carros” y atracar. Recuerdo la
imagen clarita del rin doblado porque hace pocos días, viendo una de
las fotos en internet del carro de la actriz, denoté que el rin del
Corrolla donde ellos iban tenía un impacto similar pero mucho más
grande. Es decir, el mismo modus operandi del que yo fuí víctima
“leve” les ocasionó a ellos la muerte al tener que detenerse.
Reparó el rin y me cobró
con un amigable “lo que quede en su conciencia” por lo cual le dí
cuatro tablas. Prácticamente me había salvado la vida y pude
continuar mi viaje, rumbo a la ciudad crepuscular, sin contratiempos.
Llegué como a las 4 de la madrugada a mi destino.
Con este pequeño relato,
que tiene un final felíz, intento bosquejar lo desafiante que es
manejar en las carreteras de nuestro país. Es realmente un reto
conducir sobre todo de noche porque el común denominador es ausencia
total de iluminación, rayado y señalización, esto sin siquiera
mencionar el estado precario de muchas de las carreteras y autopistas
que recorrí, los policías acostados, los huecos, las bateas por
hundimiento del pavimento, los vendedores ambulantes que se apoderan
de la vía y trancan el tráfico mientras venden sus productos a
gandoleros que se paran sin orillarse, etc.
A continuación doy un
pequeño balance, por Estado, de las vías a través de las cuales
transité. No es un diagnóstico completo de las regiones sino
simplemente lo vivido por mí como conductor.
Vargas
Fuí para Las Salinas,
pasando por Tacoa, Maiquetía y La Guaira. Deficiencia notable en
rayado y señalización. Hay huecos persistentes en todas las vías,
sobre todo en el sector entre Tacoa y Las Salinas. Al regresar se me ocurrió
meterme por la Carretera vieja Caracas – La Guaira a eso de las
siete de la noche y tuve una mezcla de decepción con pánico. Esta
vía, que debería estar adecuada por cualquier eventualidad, se
encuentra con el asfalto perfecto pero el monte o vegetación tomó
por completo el trayecto. Es decir, imagínese que usted va
atravesando un bosque con machete en mano porque la densidad de la
vegetación es tal que no deja ver más allá de 5 metros. Si quiere
hacer turismo de aventura, métase por esta vía hoy mismo y rece
bastante para que termine el trayecto sin ningún percance.
Miranda
Me remito exclusivamente
a la Panamericana, vía por la que he salido y entrado de Caracas. Muy buen
estado de la vía entre la Capital y Los Teques, pero saliendo de la
capital mirandina hay unos huecos dignos de cualquier vehículo de
exploración lunar. Iluminación y rayado bastante aceptable, no es
perfecto pero está en buenas condiciones.
Aragua
Realmente excepcional la
mayoría del trayecto, Autopista Regional del Centro, referente al
asfalto y rayado. En algunos sectores se nota han pavimentado pero
pareciese es imposible que el contratista pueda sacar un cuñete de
pintura y demarque la vía para terminar el trabajo por completo.
Bastante patrullaje se puede percibir. Casi ausencia total de
iluminación.
Carabobo
Graves deficiencias en
cuanto a asfaltado y rayado. Patrullaje casi ausente excepto por las
diversas alcabalas colocadas en algunos puntos de las vías.
Trayectos completamente carentes de iluminación, se observa que
están los postes y demás pero no funcionan. Se repite también que
colocan asfalto nuevo y deben pasar meses para que hagan el rayado
correspondiente. Curiosamente el nuevo sector inaugurado en la
autopista Cimarrón Andresote presenta baches e irregularidades que
hacen del manejo una experiencia incómoda. Pareciese que el
contratista obvió nivelar el terreno y colocó el asfalto sin menor
rigor. Exactamente justo donde termina el nuevo tramo, se acaba el
rayado, los ojos de gato y señalización cosa que salta a la vista.
Yaracuy
La excepción a la regla
en cuanto a ornato. Es notablemente una de las carreteras mejor
cuidadas del país porque mantienen las plantas podadas y no se
observa monte crecido que invade la vía. Aún con huecos en
ciertos tramos, está bastante aceptable para la conducción.
Vigilancia constante y fiscales de tránsito expertos en detener a
infractores de velocidad e imponer multas. Carente de iluminación en
la gran mayoría del trayecto y deficiencias notables en cuanto a
rayado y señalización que parece data de hace varias décadas.
Cojedes
Este Estado es un caso
curioso porque pareciese han invertido más dinero en vayas con la
imagen de Chávez y motivos a favor de la revolución que en mantener
las vías en buenas condiciones. Ausencia total de iluminación
prácticamente en cualquier tramo, rayado inexistente y gran cantidad
de huecos que, por lo que se aprecia, han sido tratados de tapar una
y otra vez con rellenos de pavimento. Los reductores de velocidad o
“policías acostados” abundan con la particularidad que carecen
de pintura reflectante. Típico ver vendedores ambulantes que se
apoderan del medio de la vía, montan su tarantín allí y expenden
sus productos a los gandoleros quienes se detienen y causan retardos
innecesarios en el tráfico. Pareciera no hay ley ni autoridad que se
respete en la vía.
Lara
Un desastre notable en
cuanto a las vías por las que pasé. Huecos predominan sobre todo en
la carretera Barquisimeto – Acarigua. El monte ha crecido con toda
la libertad que ha querido y en la vía es casi imposible ver más
allá de la muralla vegetal que bordea la autopista en ambos
sentidos. Baches y bateas peligrosísimas que garantizan, como
mínimo, un caucho espichado al conductor desprevenido. Cero rayado y
nula iluminación. La señalización ha sido engullida por la
vegetación y, por lo tanto, brilla por su ausencia. Alcabalas en la
salida de Cabudare, sector La Piedad, y a veces en la Variante Los
Cristales. Patrullaje nulo.
Portuguesa
Creo que es el Estado con
mayor presencia de efectivos del orden público en las vías dado que
es reiterado toparse con alcabalas o patrullaje las 24 horas del día.
Pavimento con presencia de huecos y desperfectos pero que pueden
tolerarse. La carretera vía a Guanarito está muy buena, creo que
fue pavimentada y rayada recientemente porque destaca su buen estado.
Desde Guanarito a la población de la Arenosa pareciera hubiesen
bombardeado, así que si dispones de un rústico 4X4 y quieres probar
sus capacidades no dudes en transitar por esta vía que es
mayoritariamente de granzón y piedras. Asombra que en la Autopista
José Antonio Páez, en la salida de Ospino, hay unos locales que
fueron construídos durante su gestión por la Gobernadora Antonia
Muñóz para que allí se ubicaran los negocios que suelen estar al
borde de la carretera. Pues bien, los locales están, pero vacíos y
hasta abandonados, eso sí, al borde de la autopista abundan negocios
por doquier de venta de cachapa, cochino frito y demás. Por lo visto
la Ley y el orden no han pasado por allí y el libertinaje hace lo
que le viene en gana.
Trujillo
Viajé hasta Boconó y me
pareció muy bien cuidada la vía, carretera de dos canales en dos sentidos. Es casi
nula la presencia de baches en el asfalto. Bastantes reductores de
velocidad al transitar por los poblados y hay alcabalas con monitoreo permanente. Rayado del
pavimento y señalización que orienta al viajero con bastante
pertinencia.
Falcón
Fuí hasta Chichiriviche
y todo iba bien hasta luego de Tucacas. Hay un sector justo antes de
llegar a la recta que da a Chichiriviche que me decepcionó
grandemente. Pareciera un terreno que acaba de ser bombardeado o algo
similar. Extremadamente peligroso pasar de noche por allí, sobre
todo porque en la dirección rumbo a Chichiriviche es tan
intransitable el canal de la carretera que se debe “invadir” la
vía opuesta para poder pasar. Me pareció irónico que al llegar al
pueblo hubiese vallas y avisos que dicen “Chichiriviche, el destino
más Chévere”, con esos huecos lo chévere deja de serlo. En la
recta que da al turístico destino hay bastante señalización y
rayado, ojos de gato son el común denominador y muy buen estado del
pavimento.
En resumen, si vas a
viajar por Venezuela trata siempre de hacerlo de día. Si tienes
algún percance, jamás te detengas al menos que haya una alcabala o
sea una zona bien iluminada. Ojalá las autoridades del Gobierno
Nacional, Regional y Local puedan acoplarse y trabajar juntos para
mejorar el estado de la vialidad en general porque lo que uno ve en
las carreteras es exactamente lo mismo que vive en todas las ciudades
del país. Aún falta hacer una Revolución vial en Venezuela.