domingo, 24 de noviembre de 2013

Economía y engaño

El papel, a la final es papel

Siempre he creído que los principios que rigen a la economía a nivel mundial parten del hecho de asumir falsedades como verdad. Por ejemplo, la gente le otorga un valor determinado a un papel o billete no porque ese papel lo valga, sino porque la gente cree que vale tal o cual cantidad. Igual lo es la presunción mágica de que si usted deja una cantidad de billetes en una cuenta de ahorros en un banco, a los dos años esos billetes se van a multiplicar y reproducir gracias al “interés” que no es más que una abstracción mental llevada a la realidad por todos los que creen en esta ilusión.


La Guerra Económica que vive hoy Venezuela tiene como vanguardia el peso ideológico del engaño y de los medios que lo difunden. Desde hace un año y medio muchos especialistas en economía pronosticaban una debacle a nivel económico en el país. Curiosamente, si usted se paseaba por cualquier columna encontraba similitudes ideológicas puntuales respecto a la economía. No importaba fuese un analista de derecha o de izquierda decían lo mismo a favor de la burguesía parasitaria pero con diferente color. La jerga técnica buscaba confundir antes que aclarar y, a la final, siempre llegan a las mismas recomendaciones.


Esta afinidad ideológica se revela al ver el enfoque de lo que sucede en el país de muchas maneras. Al dólar ilegal lo llaman “paralelo”, al robo de miles de millones de dólares con estafas para luego sacar el dinero del país le dicen “fuga de divisas”, el anclaje cambiario es una “medida obsoleta”, vemos índices de inflación pero jamás hablan del “índice de especulación” porque eso no existe y su afinidad ideológica con la burguesía les impide generar esos datos, nunca llaman ladrón a un empresario que especula y le roba al pueblo, dicen que el problema en Venezuela es la renta petrolera y no el malandraje empresarial privado que abunda por doquier, hay que acabar con las carreteras sin peajes y aumentar la gasolina porque eso es lo que mantiene a Venezuela en el subdesarrollo y sin desparpajo ostentan llevar una boina roja mientras catalogan a la Gran Misión Vivienda Venezuela como una medida populista y clientelar.


La propaganda de la Derecha tiene muchas formas. Antes de una guerra económica es clave inocular las mentes con el virus que favorece a la burguesía parasitaria y así ganar ventaja. Revisen y vean las coincidencias a nivel de recomendaciones en el ámbito de la economía que pareciesen más bien producto de un acuerdo por debajo de la mesa. ¡Ojo pelao!

viernes, 15 de noviembre de 2013

Volantes: Guerra económica

Volante a color

Patriotas, chavistas, revolucionarios y venezolanos amantes de la democracia participativa y protagónica, es hora de pasar a la ofensiva y movilizarnos al lado de nuestro Presidente Nicolás Maduro para derrotar a la burguesía parasitaria en la guerra económica que implementa para golpear al Pueblo y arruinar nuestra Navidad.

Acá encontrarán varios volantes para calentar la calle, ideales para ser distribuidos en las largas colas de compatriotas que aprovechan los precios como parte de la estrategia del Gobierno Bolivariano para derrotar a la especulación y robo descarado al Pueblo. 

La Unidad de los patriotas rendirá sus frutos. Así como en el 2002, ahora en el 2013 el enemigo trata de acabar con nuestro país, con nuestros logros y con el Socialismo Bolivariano.

¡Queremos Paz! ¡Defendamos nuestra Paz!









jueves, 14 de noviembre de 2013

Defendiendo al engaño

Un libro que todo marxista unidimensional debería leer
 
Hace pocos días recibí una intempestiva crítica autoría del "filósofo", Roger Landa, a raíz de mi artículo titulado “El engaño delcapitalismo rentístico” que saliera publicado en el diario el Correo del Orinoco. Una de las cosas que me causó asombro en ese texto es que fuese la reacción de un filósofo y no de algún economista que se hubiese sentido aludido, o más aún algún opositor que llevase a cabo estudios en el IESA. También me impresionó que alguien identificado como chavista saliese en defensa de un ex alto funcionario de la Cuarta República, como lo fue Asdrúbal Baptista, quien fungió como Ministro de Estado para la Reforma de la Economía de Venezuela entre enero y abril de 1994. Es decir, el autor del libro “Teoría económica del capitalismo rentístico” es un economista reformista a carta cabal.


Como no entendía la reacción del compatriota filósofo, intenté ubicar sus investigaciones en el área de la economía porque evidentemente, y según él lo hace ver, le hace un seguimiento permanente a todas las tesis, planteamientos y demás que en esa materia salen a la luz pública en Venezuela. De hecho, en sus palabras alude a varios “frentes” y menciona a varios articulistas con los cuales seguramente se identifica y por ello su emocional respuesta. Mi búsqueda de sus trabajos en el área económica, lamentablemente, resultó infructuosa.


Pero bueno, al leer toda su réplica constato que fue algo apresurado. Su acto reflejo plasmado en papel, coincidiendo con mi análisis respecto al texto de Baptista, también presenta un error metodológico básico y es el hecho que su crítica cataloga toda mi disertación como un “panfleto” pero se limita a referir sólo la mitad de lo por mí esbozado.


Alude que yo intento rebatir la propuesta de uno de los frentes que apuesta por el desmontaje del tipo de cambio, cosa que yo ni siquiera menciono en mi artículo. Aún así, es bueno saber que él se identifica con ese frente y que comparte posturas similares a las de representantes del sector privado nacional como el presidente de Consecomercio, Mauricio Tancredi, quien declaró recientemente “el problema básico de la economía en Venezuela son los controles. El cambiario, por ejemplo, ya está cumpliendo 10 años” o lo expresado por Francisco Martínez, Primer vicepresidente de Fedecámaras, en referencia al control estatal de divisas en vigor desde 2003 “los problemas del desabastecimiento y la inflación son la consecuencia de un sistema obsoleto”.


Más adelante trata de imponer, con base en una abstracción inocua, que la lógica del capital parte del capital mismo y no de la postura que los hombres asumen respecto a éste. Según mi humilde apreciación el capital no rige, domina, controla o manipula al hombre, sino que es el mismo hombre quien toma la decisión final de ceder o no ante su lógica. Subestimar al ser humano y creer que es un simple subordinado del capital pareciese una postura digna de un neoliberal más no de alguien con afinidad ideológica hacia la izquierda. Evidentemente, también recurre a darle cualidades biológicas al dinero. ¿Qué se puede hacer? Cada quien cree lo que quiere creer, pero debemos recordar a Vicente Romano en su libro “La formación de la mentalidad sumisa” quien con tino mordaz dice “Frente a la conciencia uniforme y autoplacentera … se impone el desarrollo de una conciencia diferenciada que surja a través de la crítica de la civilización capitalista”.


Landa alardea de conocer a profundidad y regir sus análisis sobre la base de la obra maestra de Karl Marx, Das Kapital, y me recordó muchísimo a Michael A. Lebowitz, en su libro titulado “Más allá de El Capital”, donde habla de los marxistas unidimensionales diciendo “Para los marxistas unidimensionales, El capital explica por qué el capitalismo llegará a su fin. La historia es realizada por fuerzas inexorables. Es un mundo de cosas y de fuerzas inhumanas, de sujetos unidimensionales (si es que hay sujetos), en lugar de seres que luchan tratando de darle un sentido a sus vidas”.


Esta categoría de marxistas, desde mi enfoque, asume los planteamientos de Marx como un dogma y no como un aporte importante para el análisis de la realidad que vivimos hoy y generar nuevo conocimiento, casualmente, a más de un siglo de creado el famoso texto. El mismo Marx, refiriéndose a los discípulos, no dudó en predecir lo que sucede con el fanatismo teórico “la desintegración de la teoría comienza cuando el punto de partida ya no es la realidad, sino la nueva forma teórica en que el maestro la había sublimado”. Ante esto y apelando a la reciprocidad, es recomendable que el amigo Landa revise textos de nueva data, con enfoques distintos, críticos y que pueda incorporar a su cardumen cognoscitivo para así generar planteamientos apegados a la realidad de nuestra patria y acordes al siglo xxi.


En definitiva, mi hipótesis parte de la idea de que en Venezuela existe un Capitalismo Parasitario y no la falacia del “Capitalismo Rentístico”. Enumero ocho principios que rigen su dinámica y coloco a la burguesía parasitaria como principal actor que controla gran parte de la escena. En la antítesis producida por Landa no se vislumbra ni ataque a la burguesía parasitaria, ni alusión a las nuevas premisas por mí creadas. Ante esto, juzgue usted mismo el talante de una perorata que coincide indiscutiblemente con la línea ideológica de la Derecha y que evidencia una genuflexión discursiva ante los intereses de la burguesía parasitaria. El trasfondo y propósito de sus planteamientos, o quizá los de alguien con quien se identifica, quedan a la luz pública y a la vista del pueblo venezolano.


Acá el artículo de Roger Landa

 



Malandraje empresarial

Quizá la diferencia sea que unos roban BsF y otros $
 
Si usted sale a la calle y un malandro le quita BsF 500 que llevaba en el bolsillo, seguramente catalogará eso de hampa común, lo etiquetará como un atraco o algo similar. Ahora bien, resulta que si usted va a Daka y le clavan un televisor con 45 mil BsF de sobreprecio, la “sociedad” lo califica como inflación o como parte de la “sana” iniciativa empresarial que debe haber en la dinámica económica de todo país. El empresario jamás es ladrón, jamás roba al pueblo, jamás es mafioso, jamás se apropia de lo ajeno.


Siempre he creído que los índices que expresan el grado de inseguridad en el país siguen una lógica burguesa, porque creo que no hay peor inseguridad que la que existe en los negocios de la burguesía parasitaria que, sin revólver en mano, te atracan con los grotescos precios especulativos con los que etiquetan sus productos. No es lógica una ganancia que sobrepase el 1.000% del costo real de un producto, eso es un ilícito, es un robo frontal al pueblo que ve su bolsillo mermado por un sector privado zángano. Sería bueno ver el “índice de especulación en el mes de octubre” por ejemplo.


El capitalismo parasitario tiene como principal actor a la burguesía parasitaria y al capitalista parasitario. Curiosamente, la élite que ellos conforman son los mismos que a viva voz y de manera descarada acusan al Gobierno Bolivariano de “apropiarse de lo ajeno” cuando se lleva a cabo alguna medida de expropiación. Son los ladrones y parásitos que construyen fortunas de dinero mal habido y que de forma cínica etiquetan torcidamente los actos de justicia social.


La guerra económica que hoy vive Venezuela es más que evidente. Su pivote principal es este sector privado delincuente y apátrida que, a través de los precios especulativos más altos en la historia de la economía del planeta, pretendía estrangular al pueblo consumidor venezolano justo cerca de la navidad y antes de las elecciones del 8D. No es casual que Capriles tenga una cuña en la radio donde a cada rato salga llamando a votar para castigar al gobierno por el “alto costo de la vida”. Golpear al pueblo con precios inalcanzables pretendía fungir como catalizador para provocar un voto castigo contra las fuerzas de la revolución.


¡Mucho cuidado Pueblo! Estemos alerta ante la inseguridad que encontramos a la hora de adquirir bienes en cualquier comercio. ¡Ojo pelao con el malandraje empresarial!

domingo, 10 de noviembre de 2013

Sigue la mentira sobre RCTV

Artículo publicado en Revista Dominical 10/11/13

A continuación un correo electrónico que le envié a Aquilino José Mata, quien continúa con la mentira reiterada respecto a que RCTV fue cerrado. Los invito a hacer lo mismo para que entienda que la Venezuela pendeja que formó el canal de Granier con sus programas basura ya no lo es más.

 
Un cordial saludo,
Leí con decepción el escrito de su autoría titulado "El Canal que le siguió los pasos a Venezuela" publicado en la revista Dominical el día de hoy 10 de noviembre de 2013.
La decepción surgió porque en el primer párrafro de su escrito usted afirma que hubo un "cierre obligado" de RCTV en mayo de 2007. No voy a ahondar en los intereses políticos que usted pueda tener para decir semejante barbaridad, sólo le recuerdo que uno como escritor debe ser responsable por cada letra que escribe.
Vivo a dos cuadras de RCTV, allí mismo en Quinta Crespo, y siempre me toca pasar frente al referido canal que, a pesar de las mentiras que dice toda la pléyade de escritores como usted, artistas, políticos y demás respecto a que está "cerrado", tiene a diario una afluencia importante de trabajadores, actores y actrices que entran y salen por la puerta principal.
La fachada de la planta está completamente destrozada como para aparentar abandono. Cualquiera diría que ese canal no abrió más. Pero usted claramente sabe que esa planta sigue abierta y funcionando. Que lo del cierre es simplemente un cuento mitológico usado por ustedes para victimizar a Granier y al Grupo 1BC. Una cosa es "cerrar un canal de TV" y otra muy distinta es no renovarle la concesión para el uso del espectro radioléctrico a una planta televisiva.
Empresas 1BC y el canal siguen haciendo novelas, siguen produciendo, siguen trabajando en su industria audiovisual, quizá no con el mismo volumen de antes, pero es más que claro que no han cerrado . En vista de ello, y como lector que tiene el derecho a exigir seriedad y responsabilidad de parte de quienes escriben para el público venezolano, lo exhorto a que reflexione y le dé a cada cosa el nombre que le corresponde: RCTV no ha cerrado, sigue trabajando y haciendo producciones audiovisuales. En este caso no estamos hablando de una "opinión" sino que usted da por cierto un hecho, algo que no es así.
Lo invito a que lea en mi blog este correo que le envío junto a una imagen escaneada de su artículo en la revista. En nuestra patria, las mentiras malintencionadas ya no tienen cabida.
Atentamente,

sábado, 2 de noviembre de 2013

Estrangulamiento económico

Fuerte imagen, pero real
 
En la medida que más nos acercamos al 8 de diciembre para protagonizar otro episodio de la democracia venezolana con las elecciones municipales, la guerra económica arrecia en el país como parte de la estrategia claramente definida en los manuales de Guerra No Convencional.


La burguesía parasitaria cada vez apreta con más fuerza el cuello de la Patria. Hoy en día usted se comunica con algún proveedor de cualquier producto o insumo que sea importado y, sin considerar si usted llama en nombre de una empresa privada, en nombre del gobierno o de quien sea, la cotización de lo ofertado tendrá el razgo característico de estar con base en una relación de cien bolívares por dólar. Es decir, el dólar paralelo de cincuenta y pico BsF, para los proveedores e importadores, quedó hace rato atrás.


El proveedor pone el precio que le da la gana. Nada se lo impide y como ostenta el monopolio de ofertar equis o ye producto en el país, su lógica empresarial muta y se transforma en una lógica mafiosa y desestabilizadora. Como ha acumulado mucho capital durante años de estafas, especulaciones y demás, hoy puede darse el lujo de ponerle precios groseros a lo que vende.


Semanalmente CADIVI otorga 900 millones de dólares y el SICAD aproximadamente 100 millones, es decir, se le da a la empresa privada mil millones de dólares cada siete días pero usted sale a la calle hoy y no consigue un sólo producto o servicio ofertado por algún comercio o empresa privada cuyo precio equivalga al dólar oficial de BsF 6,30. Precios en ascenso continuado que los comerciantes, sin ningún desparpajo, cambian hasta varias veces en una misma semana. Voracidad capitalista y parasitaria que tiene a la usura como principal valor empresarial, claro está, producto de la dinámica perversa que imponen los proveedores e importadores en el país.


La guerra económica tiene en la especulación una de sus principales tácticas. La burguesía parasitaria empuja por todas las vías el precio del dólar paralelo y, según informaciones que manejo, intentan llevar el precio de la divisa por encima de los BsF 150 antes de culminar noviembre. El ataque es frontal contra el poder adquisitivo del pueblo para que así, haya un “voto castigo” contra figuras del partido de gobierno en los comicios de diciembre. El mes de la campaña electoral, a nivel económico, vislumbra ser una batalla campal en el país.

Burguesía Parasitaria

Más claro no canta un gallo
Cuando nuestro Presidente, Nicolás Maduro, etiquetó con certeza y maestría bajo el concepto de “Burguesía Parasitaria” a ese sector de la sociedad venezolana que hace todo lo posible e imposible para enriquecerse a costa de explotar a sus compatriotas y más aún, por apropiarse de la principal riqueza de la patria como lo son los ingresos por concepto de la venta del petróleo, consideré que estaba dando en la llaga.


Identificó claramente el problema de nuestro país, el tumor que mantiene enferma a la economía venezolana. Un organismo vivo no puede alcanzar la plenitud de sus capacidades en la medida que tenga un parásito dentro de sí. Claro está, la burguesía parasitaria ha invadido todos los estratos de la estructura orgánica de nuestra república: sectores económicos, élite de intelectuales, entes gubernamentales, medios de comunicación, instituciones educativas y demás.


Es realmente hábil para mimetizarse, confundir y confundirse con su entorno. Dicen que no son corruptos, no acaparan, no estafan a CADIVI y, si acaso, especulan pero dan empleo. No es casual que Maduro haya hecho referencia a la burguesía roja, amarilla y verde. Algún gen de camaleón deben tener pero, a la final, siempre buscan la perpetuación del status quo, son reformistas, tienen conciencia de clase y jamás atacan a los que se encuentran a su nivel.


Ostenta maestría en hacer ver que los problemas del país, a nivel económico, no son su culpa. La culpa es, según ellos, del control de cambio, el Gobierno Bolivariano no apoya a la empresa privada, el chorro de petrodólares que recibimos es nuestra maldición, ya no hay divisas, los subsidios son nefastos, las expropiaciones no tienen sentido, la gasolina está muy barata, no hay libertad de expresión, el Gobierno causa inflación, etc. La presión aumenta y el parásito hace ver que el Gobierno Bolivariano no aguantará más y deberá ceder.


Para el parásito burgués, la solución a los problemas jamás ataca a los suyos porque no se considera como causa de los mismos. Debemos estar alerta ante quienes disfrazados promueven soluciones “sensatas” que camuflageando su carácter burgués, impactarían sin piedad al Pueblo a la hora de implementarse. Recordemos siempre lo que El Libertador, Simón Bolívar, dijese con excepcional verdad “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza”. Estamos en guerra económica, y las guerras las gana la burguesía con base al engaño.