Aunque parezca increíble, así de voraz es el capitalista en Venezuela |
En otros países los capitalistas ponen en juego su dinero desarrollando iniciativas que les permiten, además de recuperar lo invertido y generar utilidad, la ejecución de proyectos que aportan significativamente al desarrollo del país en el que se encuentran con: generación de fuentes de empleo, desarrollo de tecnología, transformación de materia prima junto al valor agregado que esto conlleva, competitividad en los mercados, etc. Esto sucede en muchos países pero en Venezuela es completamente lo opuesto.
Los dueños del sistema económico en la Patria de Bolívar, aunque nos duela reconocerlo, son los grandes grupos económicos que jamás han mostrado indicios de querer colaborar con el desarrollo del país. Grupos económicos poderosísimos que con su capital sólo orientan una economía que dinamiza las importaciones. Compran en el exterior infinidad de bienes y productos para revenderlos al Pueblo venezolano y ganar tres o cuatro veces lo invertido sin ningún esfuerzo real.
Se aprovechan del débil sistema de control de precios y de la dinámica comercial junto a un colectivo consumidor completamente domesticado y dócil ante la voracidad del especulador. Vemos que la "inversión privada" le mete más dinero a construir grandes centros comerciales en todas las ciudades (templos del consumo), antes que al levantamiento de un complejo industrial que eleve la producción nacional.
Por eso siempre he dicho que la mayoría de los "empresarios" en Venezuela son hipócritas timadores que no hacen honor al calificativo que ostentan porque no emprenden en nada, sino que revenden todo. Nada más peligroso que la permanencia en un país de un sector poderoso con el monopolio de la economía y que, de paso, sean apátridas. Capitalistas que sólo buscan enriquecerse con el mínimo esfuerzo. Mafiosos de la economía que justifican sus inmorales acciones con aquello de "puede ser que especulemos, pero damos empleo".
Empresarios de verdad requiere Venezuela, no parásitos ni sanguijuelas devoradoras de las riquezas de nuestro suelo, de nuestro Pueblo, de nuestra moneda, de nuestra Patria. Empresarios patriotas y nacionalistas que además de buscar la ganancia propia, piensen en la ganancia de la economía del país. Esa es la iniciativa privada que requiere el Socialismo Bolivariano.
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