¡Ser "bandida" es lo que te garantiza el éxito en la vida! |
Entre las contradicciones que se ven a diario en cuanto a la manera de materializar el socialismo en Venezuela, ultimamente he visto una que asombra sin igual y me refiero a lo de “Artistas por la paz”, iniciativa producto de la Misión A Toda Vida Venezuela que busca atacar frontalmente las causas de la inseguridad y la violencia en el país.
Pues bien, no critico
para nada la buena intención de los artistas que se suman a esta
iniciativa. Me parece oportuno que se integren a planes tendientes a
conformar una cultura de conviviencia ciudadana permanente en nuestro
país. Lo que sí critico y me parece una gran contradicción, es que
la plataforma mediática en la que se desenvuelven los artistas
promueva la violencia y antivalores de manera reiterada y permanente
a través de las producciones audiovisuales.
Vemos a artistas en
novelas, películas, miniseries, etc, asesinando, peleando, robando,
amenazando, prostituyéndose, gritando, traficando drogas, disparando
y demás manifestaciones visuales que responden a una cultura de la
violencia, lo inhumano, el carácter inescrupuloso de los individuos
se exhalta y la sensibilidad por el prójimo es reducida a la mínima
expresión. Los valores del capitalismo como sistema que rige la
interacción social se imponen en la tv y plataformas audiovisuales.
Lo contrario es excluído y vetado de la pantalla porque “no
vende”. De hecho, si ustedes se fijan en los noticieros
prácticamente son nulas las noticias positivas o reconfortantes pues
se seleccionan y proyectan aquellas que asombren, impacten, causen
repudio, o malestar. Según la lógica del capital lo malo vende más
que lo bueno.
Entonces vemos al artista
que en su rol de narcotraficante sale en la pantalla disparando para
defender su negocio, pero visitando el barrio y hablando con los
niños les dice que el amor, la convivencia y las buenas costumbres
son los pilares fundamentales que deben regir su vida. Es decir,
surge una circunstancia contradictoria como que los gerentes de
Coca-Cola, la bebida dañina, den charlas en las escuelas promoviendo
el consumo exclusivamente de agua. Los niños se preguntarían “y
si el refresco es tan malo ¿por qué no dejan de producirlo?”
Pues bien, seguramente
muchos dirán que ese es el trabajo de los artistas. Dirán que de
eso viven, que ellos no son los dueños de los medios ni de las
productoras audiovisuales, etc. Serán entonces “Artistas por la
Paz”, pero fuera de la pantalla.
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