La ganancia se reparte equitativamente |
En
plena Guerra Económica parece que el Gobierno Bolivariano no atina a
la solución de la crisis generada por la estructura perversa
capitalista que domina Venezuela. Seguimos entrampados con
ocurrencias lingüísticas como aquello del “rentismo”,
abstracción teorizada por el economista Asdrúbal Baptista, en una
clara demostración de poseer cualidades suficientes para ser
escritor de ficción. Si nuestra economía es rentística, pues la
colombiana es narcótica, la estadounidense es bélica y la japonesa
es tecnológica.
La
Guerra Económica tiene éxito porque enfila sus ataques en las
principales debilidades del Gobierno. En un sistema económico
globalizado o mundializado, apelamos a soluciones locales para
detener o corregir fallas originadas más allá de nuestras
fronteras. El capitalismo es cada vez más exitoso en la medida que
avanza destruyendo los esfuerzos políticos de nuestra civilización
por crear una vida más humana. El capitalismo es atraso y represa la
evolución de nuestra especie, pero sigue ganando.
En nuestro incipiente proceso revolucionario, debemos dejar de ser ortodoxos y apelar a la creatividad y el ingenio. Hoy, la especulación abulta los bolsillos de la burguesía y de las élites económicas. Ganancias exhorbitantes se represan en cuentas de pocos mientras muchos se quedan con los bolsillos vacíos para poder subsidiar con el consumo diario la avaricia de quienes dominan la escena económica.
El
problema no es la ganancia. El problema es la acumulación enfermiza
de esa ganancia en pocas manos. Se genera un desbalance, se impone el
egoísmo y se institucionaliza la injusticia. ¿Por qué no crear una
legislación que establezca como norma en el ámbito de las grandes
empresas y corporaciones, que un porcentaje de ganancia mayor al 10%
deberá ser distribuido equitativamente entre la nómina de la
compañía? Esto fortalecería y le imprimiría dinamismo a la clase
obrera en la defensa de sus intereses.
Se
establecería también que los trabajadores tengan acceso permanente
a las cuentas de la empresa para conocer el capital que maneja el
patrono, el dinero que entra y que sale. En la medida que más gane
la empresa y su dueño, deberán aumentar equitativamente los
salarios de todos los involucrados en la producción o prestación
del servicio. El magnate Lorenzo Mendoza, de seguro se alegra con una
idea así que le permitiría dar más amor a su gran familia POLAR a
través de la democratización de las ganancias que obtiene su
exitosa y “eficiente” empresa ¿no lo creen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario