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Los dispositivos PDVSA no funcionan sin internet |
Desde
antes, durante y después de las medidas tomadas por el Presidente
Maduro relacionadas con la gasolina sobre su distribución y nuevos
precios han surgido críticos y aduladores automáticos porque en
nuestro país Venezuela las especializaciones técnicas no son
producto de largos estudios académicos ni de una
larga trayectoria en áreas de trabajo determinadas, sino que cada
experto adquiere gran data cognoscitiva por ósmosis instantánea al
enterarse del tema que está en boca de todo el mundo. Con éste
texto se
busca brindar
algunos aportes
sustanciales para avanzar
en la normalización del sector de la venta al detal de la gasolina,
un rubro estratégico según lo establecen las leyes. Si
hay cosas que usted conoce mejor y que sea necesario ajustar o
incorporar está en su libre derecho de opinar más abajo del
artículo y se considerará su aporte.
La
industria petrolera venezolana se construyó para ser el proveedor
seguro y cercano de EEUU por lo que toda su estructura física se
diseñó y levantó con la tecnología, piezas, esquemas productivos
y software de ese país. Más aún, había
una interdependencia permanente porque acá requeríamos insumos,
materias primas, repuestos, tecnología de allá para funcionar por
lo que es lógico afirmar que la soberanía energética brillaba por
su ausencia.
Ésto puede ser uno de los factores de mayor peso al intentar
explicar el estado actual de PDVSA y su grado de efectividad a la
hora de satisfacer la demanda interna de combustible. Pero vamos al
meollo del asunto.
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Los tickets por la compra de la gasolina |
Las estaciones de servicio E/S son el
eslabón final de la cadena de comercialización y, por lo tanto, el
punto focal donde recaen la mayoría de las presiones por la
gasolina. Las medidas tomadas requieren una infraestructura que esté
en condiciones óptimas porque el esquema de compra y venta cambia
por completo dado que antes la gasolina era prácticamente regalada.
El tanque de una gandola de combustible, al cual se le dice "tabaco",
tiene una capacidad de 38
mil litros. Éste tabaco se divide internamente en varias secciones
para poder separar los distintos hidrocarburos que sean
transportados. El
precio de una
gandola
de gasolina antes de la medida era facturado por
menos
de un bolívar,
por lo que
prácticamente
las E/S no pagaban dinero a PDVSA y más bien la empresa petrolera le
pagaba a cada bomba de gasolina por prestar el "servicio"
de surtir combustible con montos mensuales que oscilaban entre ocho y
once millones de bolívares. Hoy,
a precio internacional, cada gandola transporta un líquido que vale
$ 19.000 (diecinueve mil dólares).
Con
éste escenario, prácticamente los bomberos no recibían mayor
sueldo y su ingreso estaba determinado por el dinero que manejaran en
cada isla con los surtidores. Era bastante rentable para este sector
trabajador recibir las propinas porque al final de cada día el
dinero recaudado era mucho mayor que cualquier sueldo mínimo. Pues
bien, como todos los que poseemos vehículo sabemos en
cada surtidor no había mayor rigurosidad por un líquido que era
gratis hasta que empezó a escasear
y los tanques internos de cada E/S se consultaban frecuentemente para
no dejarlos vacíos y garantizar la "reserva" que deben
tener por normativa.
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Factura de la gasolina a "precio viejo" |
En el año 2018,
se inició con las pruebas de los Puntos de Venta PDVSA
con capta huella para la verificación de la identidad del comprador
de la gasolina a través del sistema Patria. En esa oportunidad los
jóvenes de Chamba Juvenil manejaron los dispositivos y tal
experiencia generó una data importante que seguramente brindó
información vital para tomar las decisiones del 2020. Esos mismos
dispositivos se habilitan hoy para el control en el suministro,
chequeando a cada ciudadano para ir descontando de su cupo mensual de
combustible subsidiado lo que logren surtir en cada ida a la
gasolinera. Estos
aparatos funcionan con la plataforma de datos MOVILNET y la misma ha
presentado fallas notables durante los últimos años.
También pueden acceder a redes wi-fi pero la situación es similar
porque dichos servicios de internet
no presentan un desempeño óptimo en la mayoría de las ciudades de
Venezuela.
Por éste inconveniente de la fluidez en la
data el
proceso de verificación del usuario se hace engorroso, ralentizando
en oportunidades el surtir combustible y generando un retardo que
repercute negativamente en el tiempo de espera y despacho del
producto.
Es frecuente conocer de personas que esperan más de 12 horas en la
cola para surtir combustible, he hablado con algunos que han pasado
más de 24 horas en la espera. Adicionalmente, los puntos requieren
de papel para imprimir el recibo, cosa
innecesaria porque con un mensaje de texto para verificación basta,
y no están fijos a ningún equipo sino que son portátiles: si se
acaba el papel hay que sumarle más tiempo para cambiar el rollo y el
estar moviendo el aparato eleva las posibilidades de desgaste por el
uso sin contar que accidentalmente se caiga o tropiece con alguna
superficie rígida.
El hecho de que el dispositivo de
verificación y facturación no esté "atado" mediante
hardware alguno a la pistola del combustible permite que puedan
ocurrir innumerables irregularidades porque el control de los litros
de gasolina surtidos depende de una persona, es una actividad manual
susceptible de errores. Además, para completar una operación de
venta de gasolina se requiere la participación como mínimo de dos
individuos: quien cobra con el punto de venta y quién surte la
gasolina.
En
cada gasolinera surge un ecosistema con individualidades que asumen
diferentes roles y muchas veces entorpecen el proceso de adquisición
de combustible desvirtuando la efectividad de las medidas
implementadas por el Ejecutivo Nacional a favor de todos.
Es lógico pensar que luego de una escasez sostenida de gasolina
durante más de tres meses, los primeros días de normalización en
la oferta ocurra una excesiva
demanda pero con una infraestructura no apta y mecanismos de control
débiles los problemas podrían extenderse. PDVSA
debe tomar medidas drásticas que implicarían la modernización
inmediata de las estaciones de expendio de combustible: automatizar
es la consigna.
Revalorizar
la gasolina también pasa por revalorizar el espacio
y los
mecanismos
a través de los cuales es vendida a cada venezolano. El
surtidor debe
ser automatizado
y no depender
de un operario, colocando
módulos fijos para el pago a través de medios electrónicos y de
verificación de huella dactilar,
es una inversión que redundará en un mejor servicio porque las E/S
podrían
laborar las 24 horas, sin cerrar, permitiendo la disponibilidad y el
acceso permanente del hidrocarburo. Quienes han llenado combustible
en otros países saben muy bien que las gasolineras no cuentan con
personal en las Islas y cada conductor efectúa por sí mismo el
proceso de pago con medios electrónicos y hacen el llenado del
tanque. Es una labor extremadamente sencilla que cualquier venezolano
podrá llevar a cabo sin mayores inconvenientes. En el caso que se
quiera pagar con efectivo, en la tienda de la E/S en el área de caja
se realiza el pago y desde allí activan la máquina identificada con
un número para habilitar el despacho
de la cantidad de combustible ya cancelado.
Pero
automatizar cada surtidor no es lo único porque es urgente una
plataforma que optimice la transmisión de datos entre la gasolinera
y la banca así como el sistema Patria. Por ello, CANTV
debe instalar y habilitar líneas duras en cada E/S para que sea la
vía exclusiva de comunicación de los datos.
No es óptimo seguir dependiendo de los dispositivos portátiles cuya
operatividad es casi nula sobre todo tomando en cuenta las reiteradas
fallas de las plataformas
de redes celulares.
Varias personas en las ciudades de:
Barquisimeto, Acarigua y Valencia me han explicado que llenaron
combustible sin la
debida verificación en
el
punto de venta PDVSA porque
no
estaba habilitado.
Muchos pasaban la tarjeta por puntos de venta privados y no había
ningún tipo de verificación en el sistema Patria, cuando mucho los
anotaban en un listado con nombres
y números
de cedula. Es más que evidente que el
control a través del sistema Patria no se está aplicando en
todas las estaciones a lo largo y ancho del país lo cual
redundará en que muchos usuarios puedan llenar más combustible
subsidiado superando la norma de 120 litros por ciudadano lo que
estimula indirectamente al acaparamiento y posterior reventa de éste
rubro estratégico.
Los que pagan en dólares o a precio internacional también deben ser
contabilizados y
verificados para
llevar una data de éstos consumidores que
permita
conocer con más detalle las particularidades del mercado
nacional.
Ahora bien, estas
recomendaciones son aplicables en bombas que expenden tanto la
gasolina subsidiada como la que tiene precio internacional. Más aún,
si
la gasolinera cobra a precio internacional debería contar con
instalaciones de primera similares a los expendios de combustible a
nivel internacional.
No es únicamente el precio por un producto que lo vale, es también
el servicio y lo que engloba la experiencia de compra. Desde hace
muchos años la gran mayoría de las E/S suprimieron las áreas para
equipar agua al motor y aire en los cauchos, los baños casi siempre
están cerrados y sino lucen en el último estado teniendo que dar
una colaboración a algún particular que anuncia estar pendiente,
supuestamente, de la limpieza de los mismos. Todo ésto complementa
la llenada de gasolina, por algo esos sitios se denominan Estación
de Servicio y deben estar funcionando plenamente. El personal que
actualmente labora en las Islas puede ser reubicado en éstas áreas
para que el servicio sea satisfactorio y ellos no pierdan su puesto
de trabajo (seguramente
allí les darán bastantes propinas que harán revalorizar su ingreso
mensual).
El
aumento del precio de la gasolina era una medida necesaria que no
debía postergarse más,
aunado
a la normalización en la distribución gracias al gobierno de Irán
que brinda su apoyo con el suministro. Todo
en un inicio es difícil, más aún con el escenario tan complejo que
vive Venezuela pero
las medidas están siendo apoyadas por la mayoría de los venezolanos
que buscan recuperar parte de su calidad de vida. Aquellos necios que
continúan pidiendo más restricciones a
nuestra nación
para que ocurra un estallido social no tienen apoyo popular y
su terquedad los aísla cada día más.
El
escenario está dado para que pronto podamos surtir gasolina en menos
de diez minutos, sin colas, sin zozobra, sin incertidumbre pagando
lo que corresponde.