A los que ostentan ser Reyes del Twitter aplicaría decirles "Dime de que te vanagloreas y te diré de qué careces" |
140
caracteres que pueden ser usados para vender, debatir, escandalizar,
burlarte de alguien o de muchos, ser banal, ser ególatra, llamar a
la reflexión, ostentar sapiencia, hacer reír, hacer llorar, hacer
el ridículo, equivocarte y ser centro de risas y, aunque muchos no
lo crean, para hacer revolución.
Twitter
es un medio de comunicación inmediato, fugaz y en esencia efímero.
Cada twitt puede tener la fuerza de una bala, la delicadeza de una
flor, la insignificancia de una colilla tirada en el piso o el
impacto del discurso que un líder religioso da a sus discípulos.
Twitter sirve para comunicar lo que sea, al igual que la TV, la
prensa y la radio, con el único detalle que está al alcance de
todos porque no se requiere billete para abrir una cuenta en esta red
social. ¿Democracia comunicacional? Teóricamente sí, practicamente
no.
Como
cada quien dice lo que le da la gana sin que haya un editor que
revise lo que saldrá publicado, la poderosísima herramienta se
adapta a los dedos de quien teclea. Se puede pasar de lo sublime a lo
ridículo de un twitt a otro. Así como hay tv basura, pues también
hay twiteros y twitts basura. Gente que existe, anónimos,
seudónimos, usurpadores de identidad, etc. todos metidos en una
licuadora de ideas cuyo jugo se torna del color de la fruta
ideológica predominantemente capitalista y superflua: el twitter
parece en su mayoría reflejo de los medios masivos y tradicionales
de comunicación. Muy lejos estamos de hacer revolución en twitter y
eso lo saben los mismos que mienten a diario haciéndose llamar los
“reyes” de las redes sociales.
Como la
gente habla muchas veces de los mismos temas, surgieron los Hash
Tags (siglas en inglés HT) para identificar ideas concretas
precedidas por un numeral “#”. Estos HT son destacados
junto a palabras o frases en común que han sido repetidamente
tuiteadas según lo considera el algoritmo que rige los Trending
Topics (Temas del momento,
siglas en inglés TT).
En fin, se posicionan “temas del momento” dependiendo de lo que
la gente esté hablando masivamente, eso sí, esto no significa que
hablen bien o mal de “x” tema, por ejemplo: se puede fomentar el
HT #laPelotaRojaRebota para posicionar la idea de que
las pelotas rojas son de buena calidad, pero algunos usuarios luego
de repetir ese HT colocan “porque va directo a la basura”
y el twitt adopta una connotación 180° opuesta a la intención del
creador. En definitiva, los trending topics
sólo nos dicen de qué cosa se está hablando en un momento
determinado, pero no dicen si se está hablando bien o mal. De hecho,
si ustedes verifican el historial de twitts sobre un HT
que esté en temas del momento
también se encontrarán con la sorpresa de que gente en otros
idiomas los coloca pero no tienen la más mínima idea de lo que
significan, también empresas hacen uso de repetirlos para dar a
conocer productos.
Ahora
bien, el impacto del mensaje es lo que importa en twitter así como
en cualquier plataforma mediática. El detalle está en que se asume
que con sólo twittear, posicionar un mensaje o un HT
se ha logrado el cometido de revolucionar las redes sociales, pues
no. El mensaje debe llevar la chispa que encienda la combustión,
debe generar conciencia que induzca a la acción. El mensaje debe
transformar mentes que luego transformen el mundo a su alrededor.
Nada se logra con posicionar temas del momento efímeros en una red
dominada el 85% del tiempo por asuntos banales, de farándula y
afines. Si no me creen revisen los Trending Topics
en este mismo instante y verán que hay una supremacía obvia de
temas insignificantes. Curiosamente Lady Gaga tiene casi 25 millones
de seguidores y Barack Obama es el político que más cerca le llega
con 15 millones y pico.
Las
redes sociales en internet son poderosas herramientas para
revolucionar al mundo pero se desperdician contínuamente. Aparentar
supremacía en Twitter no aporta nada en realidad a la revolución,
sólo da una falsa sensación de superioridad en lo que se es
minoría. Así como el triunfalismo en campaña electoral es fatal,
el triunfalismo revolucionario en twitter distorsiona lo que somos y
hacia dónde vamos. El Twitter no es el mundo real ni el mundo real
se asemeja al Twitter. El fin último de la revolución es tomar las
redes sociales como una trinchera más de lucha en la Guerra de IV
Generación, apuntando siempre a la generación de conciencia que
desemboque en el cambio conductual de los individuos y, por
consiguiente, el surgimiento del Hombre Nuevo del que hablaba el Ché
Guevara. La conexión Twitter realidad es clave y omitirla en la
política del siglo XXI es uno de los mayores errores que se pueden
cometer, más aún en la Revolución Bolivariana. Primero tuiteo
luego existo.
Relacionado con el artículo de Carola Chávez @tongorocho ( http://is.gd/NRVHPD ) y el de @lubrio ( http://is.gd/VDsy39 )
ResponderEliminar