domingo, 27 de mayo de 2012

Primero tuiteo luego existo

A los que ostentan ser Reyes del Twitter aplicaría decirles 
"Dime de que te vanagloreas y te diré de qué careces"



140 caracteres que pueden ser usados para vender, debatir, escandalizar, burlarte de alguien o de muchos, ser banal, ser ególatra, llamar a la reflexión, ostentar sapiencia, hacer reír, hacer llorar, hacer el ridículo, equivocarte y ser centro de risas y, aunque muchos no lo crean, para hacer revolución.

Twitter es un medio de comunicación inmediato, fugaz y en esencia efímero. Cada twitt puede tener la fuerza de una bala, la delicadeza de una flor, la insignificancia de una colilla tirada en el piso o el impacto del discurso que un líder religioso da a sus discípulos. Twitter sirve para comunicar lo que sea, al igual que la TV, la prensa y la radio, con el único detalle que está al alcance de todos porque no se requiere billete para abrir una cuenta en esta red social. ¿Democracia comunicacional? Teóricamente sí, practicamente no.

Como cada quien dice lo que le da la gana sin que haya un editor que revise lo que saldrá publicado, la poderosísima herramienta se adapta a los dedos de quien teclea. Se puede pasar de lo sublime a lo ridículo de un twitt a otro. Así como hay tv basura, pues también hay twiteros y twitts basura. Gente que existe, anónimos, seudónimos, usurpadores de identidad, etc. todos metidos en una licuadora de ideas cuyo jugo se torna del color de la fruta ideológica predominantemente capitalista y superflua: el twitter parece en su mayoría reflejo de los medios masivos y tradicionales de comunicación. Muy lejos estamos de hacer revolución en twitter y eso lo saben los mismos que mienten a diario haciéndose llamar los “reyes” de las redes sociales.

Como la gente habla muchas veces de los mismos temas, surgieron los Hash Tags (siglas en inglés HT) para identificar ideas concretas precedidas por un numeral “#”. Estos HT son destacados junto a palabras o frases en común que han sido repetidamente tuiteadas según lo considera el algoritmo que rige los Trending Topics (Temas del momento, siglas en inglés TT). En fin, se posicionan “temas del momento” dependiendo de lo que la gente esté hablando masivamente, eso sí, esto no significa que hablen bien o mal de “x” tema, por ejemplo: se puede fomentar el HT #laPelotaRojaRebota para posicionar la idea de que las pelotas rojas son de buena calidad, pero algunos usuarios luego de repetir ese HT colocan “porque va directo a la basura” y el twitt adopta una connotación 180° opuesta a la intención del creador. En definitiva, los trending topics sólo nos dicen de qué cosa se está hablando en un momento determinado, pero no dicen si se está hablando bien o mal. De hecho, si ustedes verifican el historial de twitts sobre un HT que esté en temas del momento también se encontrarán con la sorpresa de que gente en otros idiomas los coloca pero no tienen la más mínima idea de lo que significan, también empresas hacen uso de repetirlos para dar a conocer productos.

Ahora bien, el impacto del mensaje es lo que importa en twitter así como en cualquier plataforma mediática. El detalle está en que se asume que con sólo twittear, posicionar un mensaje o un HT se ha logrado el cometido de revolucionar las redes sociales, pues no. El mensaje debe llevar la chispa que encienda la combustión, debe generar conciencia que induzca a la acción. El mensaje debe transformar mentes que luego transformen el mundo a su alrededor. Nada se logra con posicionar temas del momento efímeros en una red dominada el 85% del tiempo por asuntos banales, de farándula y afines. Si no me creen revisen los Trending Topics en este mismo instante y verán que hay una supremacía obvia de temas insignificantes. Curiosamente Lady Gaga tiene casi 25 millones de seguidores y Barack Obama es el político que más cerca le llega con 15 millones y pico.

Las redes sociales en internet son poderosas herramientas para revolucionar al mundo pero se desperdician contínuamente. Aparentar supremacía en Twitter no aporta nada en realidad a la revolución, sólo da una falsa sensación de superioridad en lo que se es minoría. Así como el triunfalismo en campaña electoral es fatal, el triunfalismo revolucionario en twitter distorsiona lo que somos y hacia dónde vamos. El Twitter no es el mundo real ni el mundo real se asemeja al Twitter. El fin último de la revolución es tomar las redes sociales como una trinchera más de lucha en la Guerra de IV Generación, apuntando siempre a la generación de conciencia que desemboque en el cambio conductual de los individuos y, por consiguiente, el surgimiento del Hombre Nuevo del que hablaba el Ché Guevara. La conexión Twitter realidad es clave y omitirla en la política del siglo XXI es uno de los mayores errores que se pueden cometer, más aún en la Revolución Bolivariana. Primero tuiteo luego existo.

1 comentario:

  1. Relacionado con el artículo de Carola Chávez @tongorocho ( http://is.gd/NRVHPD ) y el de @lubrio ( http://is.gd/VDsy39 )

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