miércoles, 29 de agosto de 2012

Subversión en progreso

Propaganda de Guerra en la portada del diario 2001
La subversión responde a acciones generalmente basadas en concepciones ideológicas, con las cuales se trata de desestabilizar un sistema político vigente para suplantarlo por otro de estructura y procedimientos distintos, generando las condiciones objetivas que desemboquen indirectamente en su debilitamiento moral por la incapacidad de ejercer eficazmente el Poder.

En Venezuela la subversión ha diversificado sus formas de acción principalmente por el poder económico, político y mediático con el que cuenta el sector adverso al Gobierno legítimamente establecido de Hugo Chávez Frías. Tradicionalmente las acciones subversivas se circunscriben en: 1) Acciones sicológicas orientadas a la disociación junto al fomento de tensiones sociales y agitación social, lo cual da cabida al nacimiento del espíritu subversivo indispensable en la colectividad; 2) Establecimiento de bases operativas en sus diversas modalidades (paramilitarismo, mercenarios, etc); 3) Prácticas terroristas, violencia generalizada y sabotaje en sus variadas formas destructivas de bienes y vidas.

La subversión se revela en Venezuela porque los acontecimientos que puedan perjudicar la imagen o percepción que se tiene del gobierno siempre serán maximizados por los medios de comunicación social a diferencia de los positivos que siempre serán invisibilizados mediáticamente. Implementando la propaganda de guerra, en una narrativa sincronizada a través de los medios privados de Derecha se enfatiza la percepción negativa y sensación de caos social cuyo culpable coincidencial en todos los casos es el Presidente de la República o el Gobierno Bolivariano que lidera. Pueden ser tanto sucesos originados por las fuerzas de la naturaleza como hechos que implican obligatoriamente la intervención del hombre.

En una secuencia reiterada que pudiésemos catalogar de bombardeo mediático, se repite incesantemente el logaritmo discursivo siguiente: acontecimiento adverso + noticia negativa con enfoque tendencioso = culpa de Chávez. Todos los hechos perjudiciales se conectan porque su culpable o generador común es el Ejecutivo y candidato a la reelección. De esta forma, los sucesos tangibles y reales son proyectados mediáticamente con una connotación política cuyos propósitos son:

1.- Interferir en la forma de pensar y sentir de la población, distorsionando la percepción que tengan de la realidad para promover la construcción de un criterio que genere reacciones conductuales específicas ante determinados sucesos de conmoción nacional.

2.- Repercutir en la opinión pública nacional para revertir tendencias en estudios de opinión.

3.- Establecer un clima de temor o miedo que impida a cada individuo actuar libremente, con sensatez, acorde con sus propios criterios y convicciones. El estruendo mediático no cesa y la confusión informativa reina. Se fomenta la toma de decisiones emocionales a nivel colectivo obviando cualquier viso de lógica o racionalidad.

4.- Generar una sensación permanente de inseguridad colectiva y personal ante posibles agresiones. Pronósticos catastróficos y apocalípticos de la realidad nacional que se materializarán con plena seguridad al menos que se cambie el “rumbo”.

5.- Socavar el autoestima del venezolano. Mermar paulatinamente el sentido de identidad nacional y patriotismo de la colectividad. Esparcir como virus emocionales la desesperanza y decepción. Reducir el nivel de confianza hacia las autoridades gubernamentales nacionales a la mínima expresión.

6.- Resquebrajar el espíritu de cuerpo de la Nación para afectar la percepción de legitimidad que se tiene del orden establecido y del Estado de Derecho.

7.- Promover el caos social, económico y político a la vez que se ofrece, directa o indirectamente, una “salida” inmediata y fácil a los problemas: cambio de presidente.


Los enunciados anteriores pueden también entenderse como objetivos tácticos que persiguen el fin último de propiciar las condiciones necesarias para un cambio de administración gubernamental por la vía de algún hecho de fuerza: magnicidio, intervención armada, rebelión militar, paramilitarismo, etc. Ablandar las convicciones ideológicas y creencias del sector mayoritario que apoya a Hugo Chávez es el resultado esperado. La moral revolucionaria es el blanco a destruir. El enlace directo entre sucesos tangibles de la cotidianidad y el provecho político que le sacan los medios de Derecha no es casual.

La subversión en Venezuela es una máquina bien aceitada que sigue trabajando día a día impunemente intentando lesionar el sistema político e integridad de la Nación. El Gobierno Bolivariano debe tomar medidas que garanticen el debido control de la subversión que se vive a diario para evitar una posible escalada de sucesos coincidentes con el escenario político que busquen enrarecer el evento electoral del 7 de octubre, al cual pareciese la oposición no quiere llegar. Tener el Poder para no ejercerlo con determinación en circunstancias claves del acontecer nacional, es un lujo que la Revolución Bolivariana hoy no se puede dar.


Primeras planas tendenciosas de la prensa de Derecha venezolana a raíz de los trágicos acontecimientos vividos en la Refinería de Amuay






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