Las primeras encuestas reflejan lo inevitable para la MUD |
La
fugacidad con la que han transcurrido los hechos a partir de la
desaparición física de Hugo Chávez ha provocado que el cogollo de
la oposición evidencie nuevamente una marcada desorientación
respecto al rumbo a seguir. Hay evidencias claras que muestran que el
escenario electoral para la MUD es mucho más adverso para los
comicios presidenciales del 14 de abril, y que no se comparan en nada
con lo vivido el 7 de octubre de 2012.
Acciones
concretas, hechos tangibles de los últimos días bosquejan el
carácter reactivo de un liderazgo político opositor que actúa por
desesperación ante las inconsistencias numéricas de respaldo
surgidas de proyectar los bloques políticos oposición y chavismo de
cara a la elección presidencial. En criollo, los números no les
dan.
¿Cuáles
son esos factores, signos y elementos que predicen la derrota y
socavan a la candidatura de Capriles?, pues veamos:
- Tres gobernaciones aliadas: desventaja táctica que impacta negativamente en la logística y movilización del sector opositor para el 14-A. Sólo en Carabobo el principal aliado de la MUD, Salas Feo, escapó al extranjero a causa de las denuncias de corrupción en su contra dejando a la oposición sin liderazgo político y sin financiamiento. En Zulia, Pablo Pérez recibió el más duro revés en su historia política de manos de Arias Cárdenas y el PSUV, lo que ha dejado herido de muerte al sector opositor en una región considerada como “ganada” en contra de la revolución. Es una lucha táctica de 3 gobernaciones MUD contra 20 gobernaciones PSUV. Hay una superioridad numérica evidente. La abstención de opositores será notablemente marcada.
- Venta de Globovisión: como lo expresa Zuloaga, principal accionista de la empresa en una carta dirigida a sus trabajadores “...el tener una concesión que vence en dos años, sin que se vea posibilidad de renovación... Somos inviables económicamente...Somos inviables políticamente...Somos inviables jurídicamente porque tenemos una concesión que termina y no hay actitud de renovárnosla.”, vemos que uno de los principales responsables del diseño de estrategias, formas de acción y promoción de la oposición asevera púlicamente que ante el vencimiento de la concesión no existen posibilidades de que haya una renovación. Es claro que Zuloaga reconoce y anticipa la derrota de Capriles quien sería la única vía posible para seguir funcionando en señal abierta en Venezuela. Si la derrota no fuese segura, jamás se hubiese atrevido a transitar por un proceso de venta. Leopoldo Castillo, Nitu Pérez Osuna y Macki Arenas ya adelantan su salida del canal.
- Ofensas a la familia Chávez: en un arrebato de desconcierto ante la masiva e impactante muestra de respaldo tanto popular como del liderazgo del mundo al Presidente Chávez, asesores de Capriles cometieron la imprudencia de recomendar ofender públicamente a la familia del fallecido acusándolos de jugar, manipular, mentir y usar la muerte del líder bolivariano. La cúpula opositora olvidó que el denominador común del Pueblo venezolano es la consideración, respaldo y solidaridad con sus semejantes ante los momentos de dolor. Esa campaña sucia iniciada por Capriles se apega al dicho “Una mentira incendiaria es más poderosa que una verdad aburrida”. Inmediatamente, al día siguiente, tuvo que intentar recoger sus palabras ante el rechazo rotundo que se evidenció hasta en sectores de la oposición que marcaron distancia.
- Giro total en imagen de campaña: el hecho de que el principal contrincante haya sido un conductor de autobús destrozó el concepto de campaña que establecía “Hay Un Camino” montados en el “Autobús del Progreso”. Con principios incongruentes y sin dar muestras de certeza renombran a su Comando “Simón Bolívar”, apropiándose del marco de referencia que caracteriza al chavismo y a las fuerzas revolucionarias. Buscan confundir, distorsionar los conceptos y revolver las interpretaciones que de la realidad política tiene el elector del sector chavista. Su “target” político es reducir los 8.2 millones de votos obtenidos por la revolución el 7 de octubre de 2012.
- Antipolítica e inverosímiles ofertas de campaña: ausencia total de identificación con alguna corriente política o ideológica. Artilugios discursivos que empañan la visualización clara de una propuesta degobierno y subestiman la capacidad de análisis del elector. Predominantes ofertas de campaña que contradicen el sentir de los sectores económicos que lo respaldan como “Aumento de salarios del 40%”. La línea es prometer lo que sea con el fin de lograr el Poder político.
- Ofensas y desafíos directos al contendor: tutea al contendor, Nicolás Maduro, siendo ofensivo y altivo. Muestra soberbia al hablar y reitera en cada intervención su interés de debatir. En toda campaña política quien busca exasperadamente un debate sólo evidencia ir perdiendo por amplia diferencia y busca una manera para tratar de “igualar” su imagen a la del candidato que se proyecta como ganador.
- Apoyo abierto desde el extranjero: La secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, dijo que el candidato opositor venezolano Henrique Capriles “podría ser un presidente muy bueno”. Estados Unidos marca la pauta y abiertamente muestra favoritismo por Capriles. Esto no se evidenció en la pasada campaña para las elecciones del 7 de octubre.
- Satanización y ataque al árbitro CNE: fueron reactivados los focos de desestabilización coordinados por la MUD que vinculan al sector estudiantil y activistas de JAVU exigiendo “transparencia” del ente electoral coincidencialmente al mismo tiempo que la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, declaraba “Será difícil que las elecciones en Venezuela sean limpias y transparentes...Creemos que los venezolanos merecen unas elecciones abiertas, justas y transparentes”. Nuevamente se recurre al desprestigio del Consejo Nacional Electoral preparando un escenario proclive a la denuncia de fraude.
El
liderazgo opositor y su candidato tiene menos de 30 días para hacer
lo imposible, ganar una elección presidencial que ya perdieron hace
menos de seis meses. Su reacción, si bien evidencia un desespero
ante la derrota inminente, busca abrir también la oportunidad para
varios desenlaces muy distantes al ejercicio de unas elecciones en
paz. La oposición tensa la cuerda desde todas las direcciones y con
todas sus fuerzas, quedará de parte del Pueblo consciente el evitar
una perturbación que amenace la integridad del Estado y la Nación.
Esperemos llegar con firmeza y tranquilidad al 14 de abril, fecha que
nuevamente marcará la historia de la Patria de Bolívar.
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