Macri se quitó la piedra del zapato |
El
recién electo Presidente de Argentina muestra sin reparos lo que es
ser un empresario cabeza de Estado, neoliberalismo sincero, paquetazo
del FMI indirecto, pleitesía ante fondos buitre, subida de tarifas
de servicios públicos, liberación de precios, despidos por millares
en la administración pública, etc.
Continuando
con su proceder derechista, ahora sus funcionarios Ministro de Medios
y el Secretario de Comunicación Pública anuncian que abandonan la
señal multiestatal integrada por Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia,
Nicaragua y Uruguay. La censura golpea a Telesur y el canal
latinoamericano se ve mermado sin que haya nada que lo pueda evitar,
más aún porque el conglomerado mediático que hegemoniza el
continente responde a los intereses de los poderosos como Macri y
callan de forma cómplice.
Pero
el punto es que Macri está muy claro sobre cuáles son sus intereses
y tiene bien definido el camino a recorrer para consolidarlos en el
país que domina. Conoce lo que le conviene y lo que no, por eso
actúa en consecuencia. Evita legítimamente una señal que cuestiona
abiertamente y con razón sus métodos de gobierno dándole voz a
quienes no la tienen en Argentina. Telesur es la piedra en el zapato
que obstaculiza su proyecto privado de país, por eso se quita el
zapato y saca la piedra.
En
el resto de latinoamérica, los gobiernos progresistas siguen su
proceder cándido, ingenuo e idealista. En Venezuela, por ejemplo,
las señales televisivas foráneas que colonizan el imaginario de la
población abundan. Sólo por nombrar un caso, CNÑ hace y deshace
las representaciones sociales de la audiencia objetivo en un país
donde el chavismo se encuentra en jaque desde las elecciones
parlamentarias del 6 de diciembre. Pero a canales así nadie los toca
porque es preferible ser el paladín de la libertad de expresión,
antes que establecer prioridades de gobierno en función del interés
general de la nación.
“Aunque
el idealismo está muy bien y es esencial -hay que soñar con un
mundo mejor- no es una virtud a menos que vaya acompañado de un
realismo pragmático en cuanto a los medios con los que lograr esos
fines y cierto criterio ordenado/planificado sobre la forma en que
serán articulados/usados esos medios en función de los ideales
perseguidos. No tiene nada de noble ver que los valores caen
derrotados porque uno ha preferido los sueños felices a la dura
reflexión sobre los medios y los fines. No hay que dejar que el
idealismo se convierta en una complacencia destructiva”, dice el
premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, quien de seguro no
tiene un pelo de chavista pero la lógica de su planteamiento es
irrefutable. Macri está bien claro ¿y nosotros?
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