Esto no debemos olvidarlo jamás |
Conversaba
con una amiga, que considero del chavismo duro, sobre algunos
aspectos de la realidad económica que vivimos los venezolanos hoy en
día. Entre los puntos álgidos de nuestro diálogo, era obvio su
malestar por la especulación y la inacción efectiva del gobierno al
respecto. Mencionó también que no han publicado, la lista de
empresas y de empresarios que se robaron cerca de 30 mil millones de
dólares de CADIVI. Cerró con un contundente “ya me doy cuenta que
esto lo vendieron hace rato”.
Al
escuchar su tajante conclusión, vinieron a mi mente muchos episodios
políticos de los vividos en los últimos 15 años que también
podrían dar pie a la misma postura, por ejemplo: Chávez perdonó a
los golpistas que siguieron y siguen dañando la patria con el
indulto de 2007; Cadivi se creó en el 2003 y durante más de 10 años
significó, según mi punto de vista, la democratización del robo y
la estafa al Estado venezolano; jamás se impactó con creces a la
estructura del capital financiero y parasitario que intoxica la
economía del país, hoy está más fuerte que nunca; la Banca
privada se ha enriquecido a costas de un Estado benevolente que no ha
tomado la decisión puntual de nacionalizarla; las misiones, sobre
todo las vinculadas con alimentos e insumos, son focos de corrupción
y desvío evidente de sus propósitos; oligarquía, el gran capital
nacional y comerciantes privados hacen lo que les viene en gana con
los usuarios y clientes desde hace años.
Lo
que vivimos hoy no se le puede endilgar al presidente Nicolás Maduro
porque sencillamente la estructura que articula desde todos los
flancos la guerra económica es un entramado que no se construye en
un año, en dos o en tres. Apelar al razonamiento simplista de que
“Maduro está destruyendo el legado de Chávez” es hacerle el
juego a la Derecha porque evidencia la superficialidad en el análisis
de la situación. Las cosas no son blanco y negro solamente, existen
infinidad de matices.
El
proceso revolucionario es eso, un proceso, que como tal implica
etapas. En planificación estratégica situacional se hace un
diagnóstico de la situación o posicionamiento estratégico inicial
del gobierno para emprender los cambios que lleven a la posición
futura deseada. La clave en el ejercicio de la gestión de gobierno
está en visualizar muy bien la metaestrategia, que no es más que la
sumatoria de todos los elementos que determinan toda estrategia:
actores, operaciones, medios estratégicos y tiempo, asegurando la
viabilidad y éxito del plan, de la Patria, tal y como lo conocemos
hoy. Desde el 98, el plan ha venido avanzando y la marcha no se
detiene, ya que aunque sea lenta sigue siendo marcha.
A
nivel macro, la revolución tiene tres fases muy bien definidas que
implican avances tácticos a la hora de consolidarlas: revolución
política que implicó un nuevo marco jurídico, participación
popular, despertar en la consciencia del pueblo; la revolución
social evidenciada en la dignificación del ciudadano con la
distribución del ingreso petrolero en programas de salud, educación,
deporte, cultura, vivienda, etc, y la más complicada, revolución
económica que implica la completa desarticulación del aparato
burgués parasitario que domina la escena financiera de Venezuela.
En esta etapa de revolución económica, que vivimos hoy, el proceso revolucionario debe atender lo que ha dejado pasar durante 15 años. Tal como lo colocó Chávez en la presentación del Plan de la Patria “No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.”
En esta etapa de revolución económica, que vivimos hoy, el proceso revolucionario debe atender lo que ha dejado pasar durante 15 años. Tal como lo colocó Chávez en la presentación del Plan de la Patria “No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.”
En
definitiva, considero que nadie ha vendido nada ni se está
traicionando ningún legado. Sólo hemos ingresado en la etapa más
difícil de la revolución bolivariana que no es más que la
revolución económica y apenas estamos empezando. Aferrémosnos a la
última proclama del Comandante Chávez “¡Unidad, Lucha, Batalla y
Victoria!”, no podemos optar entre vencer o morir, necesario es
vencer. No podemos vacilar, el proyecto necesita de convicción
plena, de convicción chavista.
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