miércoles, 11 de junio de 2014

Chataing y la intriga

El "matacuras" y Chataing compartiendo de forma amena
Siempre he sido de la idea que a ningún comunicador, periodista, presentador, actor, animador, artista, locutor, escritor o editor de derecha debe creérsele. La ideología de derecha, la manera de ver la vida y su postura ante la realidad siempre tiene el interés de clase de por medio. La derecha y la gente de derecha, estará siempre reñida con la ética y con la verdad en todas sus acciones porque su conducta responde a lo que le conviene como individualidad o clase social, más no con lo que es justo. Esta lógica se aplica, sobre todo, cuando se involucra el dinero, la fama y la reputación.

Recuerdo que en mi adolescencia veía “Ni tan tarde” programa donde salía Érika de la Vega y Luis Chataing por Televen y me reía, claro está, porque adolescía de agudeza crítica a la hora de contemplar contenidos audiovisuales. Chataing continuó su carrera y siempre lo consideré una copia de Jim Carrey, quizá por eso no volví a ser usuario de sus contenidos o producciones dado que consideraba no era auténtico. En fin, creo que el animador, humorista, artista, imitador pasó por casi una decena de canales y emisoras de radio. Nunca duraba mucho en un trabajo o medio y es evidente su inestabilidad laboral a través de su carrera.

Ayer surgió por Twitter el rumor, confirmado más tarde, de que habían sacado su programa Chataing TV de la programación de Televen. Como ese canal es una empresa privada inmediatamente supuse que la razón giraba en torno a baja audiencia o inviabilidad financiera del espacio. En el capitalismo impera la premisa “el mono baila por la plata” y, por supuesto, si no hay dinero el primate cesará de danzar. Hasta allí todo iba bien, pero el protagonista del despido argumentó que se debía por presiones del gobierno hacia el canal.

Nadie puede corroborar esa versión. Peor aún, los gobiernos presionan a medios que tienen espacios de denuncia mordaz e incisiva, o irresponsable, pero según el “modesto” Chataing, la audiencia de su programa y su contenido viral tenían en jaque a Maduro y al Gobierno Bolivariano. Para colmo, hay un programita de Televen que se llama “100% Venezuela” que es la muestra más clara de que el periodismo escatológico sí existe. Un espacio hábilmente diseñado donde se cagan en la audiencia venezolana con propaganda disfrazada de periodismo de investigación. Si hago una lista de los programas a sacar de Televen, les aseguro que pongo a ese de primerito y a Chataing lo dejo por fuera. Uno no puede ensañarse contra los payasos porque ellos, renunciando a su dignidad, tratan de hacer reír a los demás.

Lo que no esperaba era la solidaridad inmediata y automática de quienes saben el manejo perverso que los periodistas y estrellas de la farándula de derecha hacen respecto a los acontecimientos. Sigue habiendo ingenuidad o llamémoslo “buena fe”. Eso es un gran error que, de paso, usa la derecha para imponer sus tesis y manipular más las cosas a su favor. Lo que hizo Chataing no es más que propaganda para generar intriga. Él no es la víctima, sino el victimario, ¿hasta cuándo caeremos en ello?

Los canales y programas por donde ha pasado Chataing





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