Así quiere dejar la derecha a todos los venezolanos. |
Los
últimos estudios de opinión realizados en el país reflejan que la
mayoría de los venezolanos consideran el problema económico como lo
más relevante en estos momentos. La inseguridad ha pasado a un
segundo plano en la percepción de los encuestados, quienes le dan
preponderancia a la economía como tema más preponderante en el
país. Según se afirma en los resultados brindados por los estudios
de opinión, la gente está más preocupada por su bolsillo que por
la seguridad personal.
No
es que a la gente le importe un bledo si es víctima del hampa, la
cosa está en que a nadie lo atracan los 365 días del año. En
cambio, prácticamente todos tenemos que comprar alguna cosa a
diario, bien sea artículos de higiene personal, artículos de
limpieza para el hogar o el indispensable alimento.
Como
es algo inevitable, pues debemos consumir las cosas básicas para
subsistir, la derecha aprieta sus poderosos tentáculos a nivel
económico e impacta solapadamente al consumidor venezolano que, a
fin de cuentas, somos todos sin importar afinidad política. El truco
está en que la derecha económica, la burguesía parasitaria, se
mantiene en silencio mientras apuñala poco a poco a la economía del
país. Según su lógica, el culpable de todo es el gobierno y su
mala política económica. Esto lo repiten una y otra vez políticos
de la derecha, empresarios de la derecha, simpatizantes de la
derecha, medios de la derecha. Ya todo no es “culpa de Chávez”,
ahora cambiaron a “todo es culpa de Maduro”.
La
coyuntura favorece a los propósitos de la burguesía parasitaria
porque toda la economía venezolana está configurada para ser un
país importador y dependiente de los caprichos del sector económico
apátrida que sólo responde a intereses particulares en alianza con
actores foráneos. Además de las medidas que implementa el gobierno
bolivariano, las cuales se muestran insuficientes ante la magnitud de
la guerra económica, debe activarse el poder popular a través de
diferentes tácticas. La idea es generar a nivel de la economía un
movimiento de pinza donde el elemento desestabilizador o burguesía
parasitaria, sea atacado por dos fuerzas claramente definidas: el
gobierno bolivariano, a través de sus instituciones, la ley y el
orden; y el pueblo venezolano, a través del poder popular.
Además
de las denuncias formales que cada ciudadano puede hacer respecto a
la violación de lo establecido en la Ley de Costos y Precios Justos,
es imprescindible la organización vecinal, comunal y local para
combatir a los perturbadores de la economía. Es necesario comenzar a
entender y aplicar la técnica del boicot, para evitar que la
colectividad continúe adquiriendo bienes y servicios en aquellos
sitios que especulan sin pudor.
El
volanteo y agitación casa por casa, los graffitis, la utilización
de las redes sociales, cadenas por PIN y WhatsApp advirtiendo y
llamando a no comprar en los negocios de usureros debe ser la regla.
Debemos activarnos y a través de acciones como estas, presionar
desde la base para que la economía retome su rumbo y cesen las
perturbaciones. Todos somos ciudadanos, todos somos poder popular,
todos tenemos bolsillos.
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