Todos enfocados en la pelota |
El mundo
es controlado por los pulsos mediáticos que fluyen a través de
todos los países. La mente de los pueblos es el terreno a dominar.
Lo importante no es lo que pasa, sino el número de personas que se
enteren de lo que pasa y la percepción que de ello se formen. La
realidad pasa a ser inocua, si nadie se entera de que esa realidad
está sucediendo.
Estuvimos
varias semanas embriagados con la emoción del fútbol. Un evento
deportivo, empaquetado y comercializado como si fuera una serie de
televisión. Episodios que apelaron al corazón antes que a la razón,
se privilegió el llanto y desesperación. Los problemas cotidianos
pasaron a segundo plano, ni siquiera el golpismo, la guarimba y
desestabilización mediática se atrevió a ir contra la corriente.
Todo el mundo enganchado a la pelota.
La final
del mundial, el partido entre Alemania y Argentina, tuvo una
audiencia que sobrepasó los mil millones de televidentes en todo el
mundo. Mil millones de conciencias enfocadas en un balón que rebota
de allá a acá. Se establece un lazo emocional entre el que presta
atención y lo que sale por la pantalla. Se le da importancia a algo
que muy poco la tiene. Quien gane o pierda, nada o muy poco influye
en la vida del espectador, al menos que sea un apostador que pone en
el juego su prosperidad financiera. La afectación es a nivel
sicológico y es decisión de cada quien si se le da importancia al
evento, a una victoria o a una derrota.
Mientras
tanto, el capitalismo siguió haciendo el negocio el siglo con un
evento que debería privilegiar a los pobres antes que a las élites.
La sencillez en vez de la majestuosidad. Al pueblo en vez de a la
clase dominante. No es casual que en las transmisiones el 90% de las
personas enfocadas del público hayan sido de tez blanca. La copa fue
en un país mayoritariamente de gente con piel oscura, pero predominó
lo opuesto. La imagen de la sede, dista mucho de la realidad.
Caen
bombas de Israel en Palestina, armas descuartizan niños, bebés,
ancianos, mujeres y hombres, mueren civiles inocentes. Diariamente
fallecen 60 mil personas a causa del hambre, sí, sesenta mil seres
humanos fallecen cada día por hambrunas. Empresas destrozan nuestro
planeta con tóxicos que vierten a la naturaleza, pero el mundo
ignora todo esto. Lo más importante es hacer lo que nos dicta la tv,
lo más importante es gritar ¡¡¡GOOOOOOOOOL!!!
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