martes, 29 de julio de 2014

¿Competir?

En Venezuela hay competidores GRANDES que dominan la escena

Economías netamente capitalistas, como la estadounidense, se basan en la competencia como principal motor que dinamiza la producción, distribución, comercialización y consumo final de bienes a nivel interno. Aluden privilegiar la “libre empresa” cuando en realidad cuentan con uno de los marcos legales más rígidos para normar las relaciones comerciales y la forma como las empresas y sus actividades inciden en la dinámica económica. Como son maestros de la propaganda, se llenan la boca hablando de libertad, pero a la hora de la verdad lo que hay es restricciones por todos lados.

La Comisión Federal de Comercio tiene más de un siglo en Estados Unidos dedicada a proteger a los consumidores. Como tal, establece regulaciones elementales que privilegian la competencia justa, más no la “libre” competencia. Se basan en leyes antimonopolio, y tipifican acciones específicas que son consideradas como ilegales a nivel del comercio interno. Es decir, las empresas allá no tienen la libertad de hacer lo que les venga en gana. Se considera ilegal: fusiones entre compañías, acuerdos entre competidores, acuerdos entre fabricantes y distribuidores o concesionarios de productos, monopolios, contratos de exclusividad, y otras prácticas anticompetitivas. En Estados Unidos la competencia se basa en los precios, la selección y el servicio. La competencia beneficia a los consumidores manteniendo precios bajos y alta la calidad y opciones de bienes y servicios.

Venezuela, nuestra patria, es el vivo ejemplo de lo opuesto. Acá vemos predominancia de monopolios, duopolios, oligopolios, monopsonios, cartelización, contratos de exclusividad, acuerdos entre competidores, cadenas de comercialización que pertenecen a un mismo dueño, especulación, usura, acaparamiento, contrabando de extracción, etc. Existe una institución denominada Procompetencia, perteneciente al gobierno, que esboza entre sus propósitos administrar la Ley para Promover y Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia en beneficio de los productores y consumidores que realizan actividades en el territorio nacional. Obviamente, a nivel comercial y económico en Venezuela lo que menos se hace es competir.

El mayor desafío de la revolución bolivariana está en ordenar la economía nacional de manera que las relaciones comerciales se lleven a cabo de manera justa. Los precios jamás se podrán controlar en la medida que las condiciones del mercado privilegien a los más poderosos. En socialismo, la competencia justa a nivel económico es también una opción.

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