Como en este planeta donde vivimos la ambición desmedida no tiene límites y peor aún, nada para un capitalista de los buenos le impide tomar cualquier tipo de acciones que busquen la tan ansiada rentabilidad de sus empresas, se me ocurrió investigar un poquito sobre ¿quién se beneficia del brote del virus de esta enfermedad?
Pues señores, actualmente se dispone de medicamentos para el tratamiento de las personas con infecciones por gripe porcina. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos en Atlanta (CDC) recomienda el uso de Oseltamivir y Zanamivir para el tratamiento o la prevención de la infección por los virus de la influenza porcina. Éstos medicamentos son producidos por dos corporaciones farmacéuticas: El Oseltamivir es un medicamento antiviral selectivo contra el virus de la influenza. Lo produce Roche bajo la marca Tamiflu, y el Zanamivir es un inhibidor utilizado en el tratamiento de la profilaxis del virus A y B de la Influenza. Actualmente es comercializado por Glaxo Smith Kline bajo el nombre registrado de Relenza, siendo el único tipo de Zanamivir en el mercado.
Como podemos ver, existen dos compañías que producen los “remedios” para este brote que, de manera “imprevista”, empieza a hacer estragos en EE.UU. y México. Como solamente existen dos proveedores de los productos referidos, los gobiernos de ambos países no tendrían mucho de donde seleccionar para adquirir los medicamentos que lograrían controlar esta enfermedad, por consiguiente, tanto Roche como Glaxo serían los principales beneficiados en todo este asunto.
Lo más curioso es que, al revisar el comportamiento accionario de Roche, se anunció un desplome de sus acciones para el pasado 22 de abril y, aunque usted no lo crea, la gráfica que muestra las variaciones durante los últimos 10 meses de sus cotizaciones en la bolsa evidencian un descenso progresivo cuyo nivel más bajo en 2009 fue registrado para el 09 de marzo en la Bolsa de Zurich. En criollo, la trasnacional farmacéutica va “pa´ lo abajo”.
La situación de Glaxo no es muy diferente que digamos. Para el primer trimestre de 2009 perdieron 1,5% en comparación con las ganancias que los expertos proyectaban para el mismo período. Si bien esto no suena muy alarmante, la apreciación del bienestar financiero de la empresa se ve sumamente comprometido al observar una caída vertiginosa en el precio de sus acciones desde mediados de febrero de este año.
Con esta situación desventajosa que muestra un comportamiento a la baja muy similar en ambas compañías, la semana bursátil arrancará con las farmacéuticas convertidas en protagonistas de todos los índices. Ya el viernes pasado, algunas de las grandes cotizadas recogieron importantes subidas, como el gigante suizo Roche o la estadounidense Gilead Sciences, con la que compartió royalties por la comercialización del tamiflú, la vacuna antiviral más popular para combatir el brote de gripe aviar surgido durante 2002.
En definitiva, tenemos a dos multinacionales que requieren una dinamización de su producción para reducir las pérdidas e incrementar las ganancias. Estas empresas, recuérdenlo muy bien, no están conformadas por personas altruistas que sólo buscan extender la salud de manera desinteresada en todo el planeta. El fin último es la ganancia y el lucro a costa de lo que sea. Quizá y dado este escenario, no sea una casualidad el surgimiento de este virus. Los mercadólogos lo saben muy bien “crea una necesidad que sea satisfecha por lo que vendes y tendrás al mercado rendido a tus pies”.
Si en el mundo se provocan conflictos y guerras para vender armas, ¿no es igualmente posible generar brotes de virus y enfermedades para vender medicinas?
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