domingo, 11 de diciembre de 2011

Chávez docente, “sabe más que un bacalao relleno”

Chávez siempre se esfuerza por explicar lo que se está haciendo en Venezuela
Escuchar a Chávez hablar es como sentarse a oír una clase magistral en una universidad. Seguramente saldrán algunos “ñángaras” a calificarme de jalamecate pero no, simplemente expreso lo que me genera al escuchar al líder de la revolución durante cada una de sus alocuciones televisivas. Son intervenciones netamente pedagógicas porque Hugo no dice lo que dice por decirlo y llenar un espacio, no habla por hablar. Cada una de sus frases van cargadas de instrucción, formación y de enseñanza. Su propósito más claro no puede ser: querer que el Pueblo comprenda la razón de lo que se está haciendo. El origen cultural, ideológico e histórico de las políticas implementadas hoy día.

Generar conciencia es su fin último. La conciencia despierta la voluntad del ser quien se siente motivado a emprender una acción, en este caso con orientación revolucionaria. Los discursos buscan formar al “Hombre nuevo”. Preparar intelectualmente a los oyentes y seguidores es su propósito para que así se sumen con corazón, alma e intelecto a la causa revolucionaria. Él está conciente que el cambio de paradigmas es necesario, el cambio de mentalidad, una nueva idiosincrasia, una nueva forma de entender lo que sucede a nuestro alrededor, una nueva manera de ver la realidad. Por eso él machaca continuamente que el estudio y la preparación debe ser permanente. La formación debe ser constante y ardua para despertar las mentes y generar nuevas ideas, una nueva teoría revolucionaria.

En cada aparición pública nos comenta bases ideológicas y antecedentes históricos. A veces uno mismo dice “Chávez sabe más que un bacalao relleno” porque el compendio de conocimientos, anécdotas, pasajes, citas, etc del que hace gala asombra hasta a los escuálidos más reaccionarios. Por eso ningún líder se le compara. Ni licuando a todos los candidatos de la oposición surge un contrincante que pueda dar la talla en un Debate. Hugo es eso, conocimiento al servicio del Pueblo para generar conciencia.

Pero entonces vemos que lo que hace el Presidente y Líder de la revolución contrasta con la política comunicacional del Gobierno Bolivariano. Revisando la Misión, Visión y Funciones del MinCI me doy cuenta de que por ninguna parte plantean “inducir al surgimiento del Hombre Nuevo”, mucho menos encontramos los verbos “formar”, “instruir” o “adoctrinar” respecto a los valores, ideología o doctrina socialista. Según plantean su fin último es mostrar la gestión de gobierno a través del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP), pero curiosamente, no es sólo la promoción de la gestión de gobierno lo que se difunde.

Vemos infinidad de programas del SNMP que enfocan toda su artillería en atacar y desacreditar a los medios de oposición y a sus políticos contraatacando al sistema de medios de la derecha que disparan a la idea “socialismo” y a la persona “Hugo Chávez”. Vemos programas que embrujan visualmente pero no nutren intelectualmente. Es una Guerra Mediática porque, en efecto, los medios se ensañan contra sí mismos. La cosa no está en generar conciencia, el punto es mostrar lo malo y apátrida que es el medio opositor. En cambio, el medio opositor ataca la ideología socialista, la desvirtúa, la distorsiona, enreda, confunde y mete en ello a su máximo exponente: Hugo Chávez.

El MinCI debería asumir el rol de difusión ideológica que demanda la revolución bolivariana. Este trabajo lo pudiera hacer junto al Ministerio de Educación y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. La política comunicacional se diseña fácil, Chávez es el ejemplo de ella.

Soy socialista porque me dieron un televisor

¿Televisor socialista?
Hay gente que reclama contra la sociedad capitalista no porque se haya leído a Marx sino porque simplemente no le alcanza la plata para comprar todo lo que la televisión le enseña que debiera tener para ser feliz.”
                                          Jorge González (vocalista Los Prisioneros)

¿Por qué el pueblo venezolano apoya a la revolución bolivariana? ¿el pueblo venezolano conoce realmente lo que es el socialismo? Estas dos preguntas son clave para dilucidar el nivel de conciencia que los habitantes de Venezuela tienen respecto a los cambios sociopolíticos que tienen curso actualmente en nuestro país, un país signado por las desigualdades y en donde la diferenciación de clases sigue marcando las interacciones sociales.

Ciertamente, el porcentaje de la población que se ha politizado y le presta mayor atención al devenir de la política nacional ha aumentado exponencialmente en los últimos diez años. Hay un porcentaje mayor del pueblo involucrándose en el ejercicio del poder tal como lo establece la Constitución Nacional, por eso nuestra democracia es participativa y protagónica, por eso las iniciativas de organización social abundan en las comunidades, universidades, centros deportivos, trabajadores, etc., de eso nadie tiene la menor duda, la cosa es definir cuál es el porcentaje de la población que llega a este nivel de participación real, ¿será un 10 o 15% del total de la población? Esa cifra debería definirse.

Otra porción de la población apoya a Chávez y a la revolución sencillamente porque ha aumentado su poder adquisitivo y ahora puede comprar las cosas con las que antes soñaba. Ahora, gracias al Gobierno Bolivariano, pueden equipar sus casas con los productos imprescindibles para el buen vivir. Un buen vivir que no podría materializarse sin un televisor plasma de 42” que, según se afirma en la propaganda del programa “Mi Casa Bien Equipada” es para poder ver Aló Presidente los domingos. Lo que no dice la propaganda que habla del “confort” es que ese TV puede sintonizar también todos los canales y la programación basura alienante y capitalista que transmite venevisión, televen, globovision y la inmensidad de canales que se pueden obtener por suscripción. Tampoco dice que los niveles en consumo de electricidad aumentarán, cosa paradójica en un Gobierno que hace todos los esfuerzos por materilizar el ahorro energético.

Los conceptos y raíces de lo que significa la revolución se distorsionan. La revolución no es que haya televisores baratos, revolución es entender que un TV no puede ser una prioridad en un hogar por encima de la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, etc. Es decir, pretendemos cambiar una sociedad distribuyendo herramientas que usa la Derecha para proteger y perpetuar el estatus quo. Revolución es conciencia y cambio de paradigmas, no satisfacción de todas las necesidades impuestas por el capitalismo para incrementar el consumismo y, por consiguiente, la rentabilidad del capital.

Entonces allí tenemos, un país con ciudadanos que apoyan a la revolución socialista, gracias a políticas acertadas que han cambiado su vida en materia de salud, educación, alimentación, etc pero también respaldada porque ha permitido el incremento del consumismo a su máxima expresión. ¿no me creen? Salgan a las calles y disfruten de “Gastiembre”, nombre que una amiga le colocó al mes de Diciembre por la característica hemorragia de dinero que se ve en la calles.

Gastemos, gastemos, gloria al gastador, feliz noche buena, feliz noche buena tenga el especulador!”

domingo, 4 de diciembre de 2011

El "ñángara" miope

Discurso de Vallenilla, digno de crucifixión de un lado y del otro


La cayapa internáutica desatada por la participación de Winston Vallenilla como animador en el concierto en el marco de la CELAC muestra nuevamente el “lado oscuro” tanto de los opositores autodenominados tolerantes y reconciliatorios, como de los autodenominados ñángaras, radicales, hiper ultra marxistas, reencarnación en vida del Che Guevara, es decir, de los chavistas que son más chavistas que el mismo Chávez.

Son lógicas las reacciones de un sector opositor que tiene más de fascista y reaccionario que los Camisas Negras italianos de comienzos del siglo XX. Una oposición irracional e indoblegable ante el hecho que uno de sus símbolos mediáticos o de la farándula errecetevera decidiera animar, por invitación del presidente Chávez (según él mismo lo relató), un evento trascendental escenario ideal para que los venezolanos unifiquen su criterio en torno a la política exterior del país que lleva el Gobierno Bolivariano que, casualmente, es liderado por un señor de apellido Chávez. Por supuesto que muchos opositores se enconan al escuchar las palabras de Vallenilla que dan visos de reflexión y sindéreses inusitadas, apoyando la iniciativa integracionista latinoamericana. Y es que, y acá viene mi pregunta ¿cuándo se ha visto a un escuálido brincar la talanquera para el otro lado? Bueno, allí está el meollo del asunto y que conste que el animador en cuestion dijo no ser chavista.


Del lado de los “altruistas” “guerrilleros” “revolucionarios” autodenominados “ñángaras” de los cuales dudo mucho alguno sepa usar un AK-47, empezó también la metralla destructiva tanto a su escogencia como presentador, así como a su figura. Los argumentos giraban en torno a que “hay gente preparada y comprometida en el lado de la revolución que puede animar”, “ponerlo allí es un insulto a la memoria y al sentido común”, “ese intento de sumar adeptos de oposición no funciona”, etc. Según sus planteamientos se desprende que todos aquellos actores, técnicos, empleados, productores, socios y demás de los medios de la derecha son crucificables. Lo peor de todo es que manifiestan sus opiniones sectarias sin descaro, y con más descaro aún te cuestionan si osas llamarlos sectarios. Supongo también querrán "fusilar" a Esteban Trapiello quien construyó parte de su carrera gracias a RCTV y hoy muestra innumerables vínculos con producciones audiovisuales y demás del Gobierno. A Simón Pestana también habría que execrarlo, porque tiene su corazón en la planta de La Campiña,¿no?

El adalid de la revolución con ADN mezclado de Sandino, Fidel, Bolívar, Hegel, Lenin, Trotski y Miranda no tiene la agudeza en su percepción y análisis político para darse cuenta que ser inclusivo, tolerante y abrir espacios a aquellos que en algún momento adversaron irracionalmente la causa del proceso revolucionario echa por tierra la matriz mediática de “la camisa tiene que ser roja”. Tampoco se les ocurre discernir que muchos opositores de esos cuya claridad ideológica es tan sólida como una gelatina, puedan preguntarse “¿y a este Winston qué le pasó?” produciéndose en ellos una chispa de reflexión que llame a la simpatía con el proceso o siquiera a autocuestionar su postura. Tesis más Antítesis es igual a Síntesis, fórmula básica que cualquier ique chavista radical debería comprender y usar antes de opinar.

Los autodenominados ñángaras son en muchos casos para el Proceso, lo mismo que un monitor monocromático a la era de los dispositivos LED. Los análisis básicos, sin profundidad, sectarios y excluyentes están desfasados. Revolución significa más que nada, cambio de paradigmas y acelerar contradicciones. Reaccionar como la derecha sólo muestra lo lejos que algunos “revolucionarios” están del ideario político bolivariano. ¿Un autodenominado ñángara será capaz de reflexión?