¡Tremendo fallo! |
Los
gringos imperiales, la oposición fascista y los empresarios
vendepatria aplican en Venezuela una Guerra No convencional
acompañados de la Conferencia Episcopal venezolana, los estudiantes
guarimberos, periodistas y medios de derecha, los infiltrados
saboteadores en instituciones gubernamentales, los paramilitares y el
frente diplomático que asedia a nuestra nación a través de
conflictos fronterizos. Vivimos una “tormenta perfecta” como
nunca antes la habíamos experimentado.
El
eje estratégico de la contrarrevolución apunta a hacer invivible
Venezuela, inviable su sistema político, aborrecible su cotidianidad
y asfixiante su economía. Nos llevan al extremo desde todos los
puntos de vista. Tal como si se tratara de un juego de ajedrez,
atacan con todas las piezas en todos los movimientos posibles. Nunca
antes la revolución bolivariana había estado en una situación tan
comprometida y tan adversa, pero ¿qué pasa si las cosas no salen
como lo tiene planeado Estados Unidos?
La
MUD es una organización cuyo logotipo debería ser la imagen de una
guabina porque apuestan a la política bombardeándola, cambian de
parecer para adelante y para atrás, secundan intereses foráneos, se
apuñalan mientras aparentan unidad, etc. Dicen ir a elecciones pero
no firman acuerdo para respetar resultados ni participan en simulacro
electoral, ¿quién los entiende?
El
chavismo y la izquierda venezolana muestran una maquinaria aceitada
que vuelve polvo cósmico cualquier intento derechista por
posicionarse en el escenario político a través de elecciones. Las
parlamentarias ya parecen pan comido para el PSUV y el GPPSB, la
gente en la calle, dentro de su molestia por los fenómenos de la
Guerra Económica, luce engrinchada porque identifica a la burguesía
y las élites económicas como culpables. Ahora, mucho más obvio,
luego de la llamada de Mendoza negociando la venta de Venezuela con
el FMI.
El
pueblo venezolano se crece en la adversidad. Ya no somos los pendejos
que confiamos en demagogos que ofrecen pagarnos el salario en
dólares, uno que otro lo creerá ilusionado pero la gran mayoría
aborrece esas ofertas engañosas. Los números a la derecha no le dan
para ganar la Asamblea Nacional, eso es evidente. Con todo su
complejo entramado conspirativo parece que les saldrá el tiro por la
culata. Si esto pasa así tendremos un 2016 muy interesante,
extirpando el cáncer parasitario de la economía del país a través
de nuevas leyes.
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