Chávez siempre apoyó la crítica |
Los
resultados del 6D desataron una avalancha de señalamientos sobre las
debilidades, malas prácticas, vicios, desviaciones, errores y demás
características que un número importante de los partidarios del
chavismo observa en las acciones por parte de la izquierda respecto a
la gestión de gobierno y como partido político. Otros, al verse
interpelados por un pueblo preocupado por la adversidad política que
se avecina y que aún sigue exigiendo respuestas, eluden
responsabilidades e intentan desacreditar la naturaleza del reclamo
popular.
Chávez
siempre estuvo de acuerdo con la crítica y la autocrítica (VER VIDEO AL FINAL). Entendía
como algo acertado las exigencias que el pueblo, que el colectivo, le
hiciesen a las autoridades gubernamentales o políticas. Llegó a
decir que los funcionarios con altos cargos debían salir a las
calles a buscar los problemas, no encerrarse en oficinas que
burocratizan y aburguesan. Eso sí, la crítica debe ostentar “altura
dialéctica” porque, de lo contrario, son señalamientos
irresponsables que sólo buscan destruir y perjudican al proceso
revolucionario desde lo interno.
La
altura dialéctica se traduce en que debemos efectuar una crítica
constructiva. El problema, la situación adversa, se entendería como
la “tesis” existente. El diagnóstico e identificación de las
causas del problema junto con las propuestas para su solución es la
“antítesis”, y ésta debe ser transmitida a las autoridades
competentes (instancia gubernamental, Poder Popular, etc). La
“síntesis” no es más que la confrontación tangible de ambos
elementos y su resultado. Es la ejecución de las recomendaciones y
puesta en práctica de la respuesta, generándose una realidad
distinta a la circunstancia inicial que fue identificada como
contraria a los intereses del colectivo. (VER GRÁFICO)
La
vorágine de críticas que hoy vemos intentan explicar las causas del
resultado obtenido el 6D no son nuevas porque reiteran situaciones
que se han venido observando en el devenir del proceso revolucionario
desde hace varios años. Son reiteraciones, no juicios oportunistas
que busquen destruir, salvo contadas excepciones. Como Chávez lo
dijo muchas veces, “la crítica es para actuar en consecuencia y no
para que quede en el aire, en el vacío”. La clave de esto no es
escuchar, eso lo hace cualquiera, la clave es actuar y corregir la
situación dada para enderezar el rumbo con base en lo que pide la
mayoría.
Hoy a lo
largo y ancho del país la revolución se reactiva con asambleas,
reuniones y demás figuras organizativas para la discusión donde se
toma nota de las fallas, problemas y errores que persisten. Se le
transmite a las instancias correspondientes los anhelos existentes y
se exige acción inmediata, se exige respuesta y solución a los
problemas. Elías Jaua muy acertadamente lo resumió con la frase “se
acabó el tiempo del diagnóstico, es hora de la rectificación”.
Quizá los dos millones de chavistas que no fueron a votar, lo
decidieron así por percibir inacción ante sus reclamos. Aún hay
tiempo para actuar, pero el tiempo se acaba.
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