La coincidencia no es cuestion de casualidad |
La
subversión responde a acciones generalmente basadas en concepciones
ideológicas, con las cuales se trata de desestabilizar un sistema
político vigente para suplantarlo por otro de estructura y
procedimientos distintos, generando las condiciones objetivas que
desemboquen indirectamente en su debilitamiento moral por la
incapacidad de ejercer eficazmente el Poder.
Lo
que hoy ocurre en Venezuela se llama subversión. Así como en el año
2002, que lograron resquebrajar el Estado de Derecho, hoy la
oposición vuelve persiguiendo el mismo fin pero con una fachada
distinta. Misma esencia pero con diferente método. Hace casi doce
años, existían varios frentes claramente visibles: empresariado,
medios de comunicación, trabajadores, Iglesia y militares, sectores
que abiertamente llamaban a derrocar a Chávez. Hoy es una subversión
de tipo “brazos caídos” porque no dicen de frente “vamos a
sacar a maduro” pero no mueven un dedo para que no se caiga.
Los
sectores comprometidos son: medios de comunicación, empresa privada,
todo el conglomerado MUD y afines, estudiantes y liderazgos políticos
“islas” porque hacen creer son autónomos, que no responden a
nadie y hasta que están peleados con sus aliados, pero a la final
forman parte del engranaje subversivo. El eje de sus acciones es
exacerbar el malestar, la ansiedad, la decepción, la depresión y la
confusión de manera que la confianza en el sistema político se
reduzca a la mínima expresión. Al no haber confianza entre
gobernados y gobernantes se está a un paso del quiebre del orden
establecido.
La
población hoy sufre una metralla inmisericorde a través de
operaciones sicológicas que impactan su conciencia e intentan formar
un smog psíquico que no deja pensar con claridad. Hacen uso de la
intoxicación lingüística para torcer concepciones. Estudiantes
“pacíficos” cuyos métodos son violentos y demás incongruencias
periodísticas vemos, leemos y oímos a cada rato. Este año no son
los “Pistoleros de Llaguno” sino los “Colectivos armados” que
desatan la violencia. Mismo guión con cambio de términos.
Hoy
en día la revolución cuenta con mayores fortalezas a nivel
institucional para mantener el orden y soportar las embestidas de la
subversión. Quizá en el Golpe de abril de 2002 y sabotaje petrolero
de 2002-2003 el error fue el perdón y la impunidad. Ojalá la
subversión cíclica del 2014 no depare en lenidad cíclica. Quien
tiene el Poder y no lo ejerce, lo pierde tarde o temprano.
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