Pan rojo y pan azul |
Los
panes que conforman las partes externas del sanduche, fueron electos
a través de los votos para que ocuparan esa posición en la
composición del platillo. Los ingredientes de relleno, son aquellos
que ejercen su derecho al sufragio para que, al elegir el tipo de
pan, se puedan solventar muchas de las necesidades que viven
diariamente.
Como
era de esperarse, los dos panes se detestan a muerte y luchan
constantemente para desplazar al otro del plato. Uno de los panes,
que tiene un color bastante cálido, tiene más de una década
formando parte del sanduche porque el relleno así lo ha querido en
reiteradas oportunidades. A lo largo del tiempo, este pan carmesí se
ha aferrado a su rol como muro de contención culinario que impide el
relleno se desborde.
El
otro pan, está hecho con ingredientes distintos. Luce más frío
pero, a fin de cuentas, es un pan. Tiene muy poco tiempo formando
parte del ensamblaje nutricional, pero
con la particularidad que su propósito es totalmente distinto al de
su pan adversario:
busca
por todos los medios disponibles sacar del juego al contrincante,
inclusive sin importarle la destrucción total del plato.
El relleno, obviamente, está en el medio de los dos panes. Sufre el
estrés de las ambiciones de los dos extremos quienes lo aprisionan
para que, por simple física, se genere una repercusión que incomode
al adversario. El
relleno entonces pasa a ser, en vez del eje que le aporta el gusto
especial al sanduche, el medio a través del cual ambas parcialidades
ejecutan sus ataques.
El
relleno es escudo y espada al mismo tiempo. Los panes desvirtúan su
rol protector del relleno por lo que éste, al verse en medio de una
pugna desmedida, se siente desvalido e indefenso. Poco a poco, día a
día, el contenido del sanduche empieza a perder confianza en los
otros integrantes del platillo porque le son extraños. Dado que
nadie escucha y la rencilla prevalece, el relleno se observa cansado
y obstinado por las actitudes tan intransigentes.
Lo
peor de todo esto, es que los panes hacen caso omiso a las
solicitudes y necesidades del relleno y
continúan su terca marcha hacia un destino incierto. El contenido
central del plato ya no siente compromiso con ninguno de los dos
panes, no siente empatía y se cuestiona reiteradamente el continuar
siendo cómplice de una situación que en nada le favorece. ¿Qué
hacemos?
¿Nos comemos el sanduche?
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