martes, 24 de junio de 2014

Todos tenemos bolsillos

Así quiere dejar la derecha a todos los venezolanos.
 
Los últimos estudios de opinión realizados en el país reflejan que la mayoría de los venezolanos consideran el problema económico como lo más relevante en estos momentos. La inseguridad ha pasado a un segundo plano en la percepción de los encuestados, quienes le dan preponderancia a la economía como tema más preponderante en el país. Según se afirma en los resultados brindados por los estudios de opinión, la gente está más preocupada por su bolsillo que por la seguridad personal.

No es que a la gente le importe un bledo si es víctima del hampa, la cosa está en que a nadie lo atracan los 365 días del año. En cambio, prácticamente todos tenemos que comprar alguna cosa a diario, bien sea artículos de higiene personal, artículos de limpieza para el hogar o el indispensable alimento.

Como es algo inevitable, pues debemos consumir las cosas básicas para subsistir, la derecha aprieta sus poderosos tentáculos a nivel económico e impacta solapadamente al consumidor venezolano que, a fin de cuentas, somos todos sin importar afinidad política. El truco está en que la derecha económica, la burguesía parasitaria, se mantiene en silencio mientras apuñala poco a poco a la economía del país. Según su lógica, el culpable de todo es el gobierno y su mala política económica. Esto lo repiten una y otra vez políticos de la derecha, empresarios de la derecha, simpatizantes de la derecha, medios de la derecha. Ya todo no es “culpa de Chávez”, ahora cambiaron a “todo es culpa de Maduro”.

La coyuntura favorece a los propósitos de la burguesía parasitaria porque toda la economía venezolana está configurada para ser un país importador y dependiente de los caprichos del sector económico apátrida que sólo responde a intereses particulares en alianza con actores foráneos. Además de las medidas que implementa el gobierno bolivariano, las cuales se muestran insuficientes ante la magnitud de la guerra económica, debe activarse el poder popular a través de diferentes tácticas. La idea es generar a nivel de la economía un movimiento de pinza donde el elemento desestabilizador o burguesía parasitaria, sea atacado por dos fuerzas claramente definidas: el gobierno bolivariano, a través de sus instituciones, la ley y el orden; y el pueblo venezolano, a través del poder popular.

Además de las denuncias formales que cada ciudadano puede hacer respecto a la violación de lo establecido en la Ley de Costos y Precios Justos, es imprescindible la organización vecinal, comunal y local para combatir a los perturbadores de la economía. Es necesario comenzar a entender y aplicar la técnica del boicot, para evitar que la colectividad continúe adquiriendo bienes y servicios en aquellos sitios que especulan sin pudor.


El volanteo y agitación casa por casa, los graffitis, la utilización de las redes sociales, cadenas por PIN y WhatsApp advirtiendo y llamando a no comprar en los negocios de usureros debe ser la regla. Debemos activarnos y a través de acciones como estas, presionar desde la base para que la economía retome su rumbo y cesen las perturbaciones. Todos somos ciudadanos, todos somos poder popular, todos tenemos bolsillos.

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