miércoles, 21 de enero de 2015

Encolerizar la razón

Sacarnos de nuestros cabales es lo que busca la Guerra Económica

El miedo degenera en frustración, la frustración origina la rabia, la rabia da paso al odio y al existir odio, se está a un sólo paso de transformar la tensión en agresión. Por eso vemos que los opositores siguen envenenados, neurotizados a tal punto que pueden llegar a agredir a algún familiar que piense distinto. Eso me ha sucedido, en mi familia tengo pruebas de ello y es algo que he vivido personalmente. Les aseguro que si en alguna discusión con un familiar opositor, alguien le brinda un revólver, no me cabe la menor duda me dispararía sin pensarlo.

La gente está afectada por la turbulencia generalizada a nivel económico. El bolsillo del pueblo no tiene color político y eso lo sabe muy bien el sector empresarial parasitario que siempre ha dominado la economía en Venezuela. La economía no se resuelve ni se estabiliza por la sencilla razón de que está dominada por mafiosos como Fedecámaras y Consecomercio, entre otros. Desde estas instancias se cartelizan precios especulativos, se presiona para obstaculizar la producción e importación de bienes, se disfraza el malandraje con flux y máscara de emprendimiento. El saqueo a la patria continúa.

Pedro María Morantes, mejor conocido como Pío Gil, escribió “nadie se defenderá de un salteador de caminos dirigiéndole discursos más o menos elocuentes sobre el respeto a la propiedad y la inviolabilidad de la vida, sino dirigiendo al pecho del bandido el cañón de un revólver”. Ese texto de 1912, tiene 100% de validez hoy en el 2015. Ya basta de lenidad y blandenguería con los capitalistas parasitarios que saquean la economía venezolana. Cárcel para los más poderosos exige la coyuntura histórica de la revolución bolivariana. No es justo que sigamos descubriendo acaparamiento y boicot, realizado por empresarios que disfrutan de prebendas en dólares baratos que el Estado burgués le otorga desde hace más de 10 años. Sí hay un Estado burgués dentro de la Revolución Bolivariana, debemos reconocerlo y actuar para reducirlo a la mínima expresión.

Neutralizar el ímpetu y convicción del chavismo es la meta. Generalizar un estado de marasmo en las fuerzas bolivarianas es el fin táctico. Suprimir la esperanza en el proceso y desmovilizar a los convencidos. La fórmula es clara, chavistas decepcionados más una enorme masa de gente rabiosa por caos económico debería resultar en “estallido social” y reconfiguración del poder. Este año será clave, veremos.

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