lunes, 26 de enero de 2015

La cosa es así...

El SHOW por Redes Sociales como Twitter

Tres expresidentes fascistas visitan Venezuela. Premeditadamente van a visitar a un político preso por su papel destacado en una conspiración. Van sin permiso y se les abalanzan a los cuerpos de seguridad que custodian el sitio de reclusión, simulando agresión. Toman bastantes fotos y titulan por redes sociales “Desmanes y humillación reciben expresidentes”. El teatro político en su máxima expresión.

Los medios y la propaganda sirven para el control social, por eso es que el Gobierno Bolivariano emprende una campaña masiva para generar conciencia respecto al necesario aumento de la gasolina. Hábil estrategia comunicacional que buscará posicionar la idea de que la subida del combustible es algo decidido por todos, y no sólo desde el poder Ejecutivo. Ojalá hicieran campañas similares con tópicos como: respetar las leyes, dejar la viveza criolla de un lado, trabajar por la patria, etc.

En Farmatodo colocan un aviso que dice que un cliente puede llevarse sólo 2 desodorantes por semana. Sería bueno conocer a ese “cliente” que gasta 2 envases de ese producto en siete días, porque seguro ostenta las axilas mejor perfumadas de todo el planeta. Adicionalmente, denuncian por Redes Sociales que esa red de “medicinas” recompra su misma mercancía para hacer guiso. Así, el bachaqueo sigue y se ríe.

La mafia del agua hace y deshace porque ya el botellón (18,5 litros) llega a los 100 bolívares en algunos sitios de Caracas. Parece que a ninguna instancia gubernamental le interesan las familias que ven con decepción y frustración subir el precio de un bien vital. En el interior del país el precio no llega a 60 bolívares.

No existe país en todo el planeta Tierra que haya logrado algún nivel de desarrollo óptimo sin tener sólidas vías férreas. La infraestructura del transporte masivo a través de ferrocarriles es el esqueleto sobre el que funciona una economía fértil. Sacando cuentas, llevar materias primas a la industria y luego trasladar el producto final al sitio de comercialización quintuplica el precio del bien elaborado en una Venezuela con trenes ausentes. Los economistas que hablan y hablan de desarrollo en nuestro país sin terminar el sistema ferroviario nacional mienten descaradamente. Se invierta lo que se invierta en la industria nacional, sólo se traduce en despilfarro de dinero porque no existe factibilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario