jueves, 6 de julio de 2017

Sugestionar para matar

Montajes que se repiten por miles a diario

Tuve que recorrer la ciudad de Barquisimeto durante uno de los llamados “trancazos” donde la oposición viola el derecho al libre tránsito de todos los venezolanos. En el ruleteo por la ciudad crepuscular, buscando una vía libre de escombros y de protestantes agresivos, pasé por el Este de la ciudad justo en la Avenida Venezuela con Argimiro Bracamonte. Allí, un grupo minoritario de manifestantes insultaban a rabiar a los GNB que pasaban removiendo barricadas, gritándoles los improperios más duros que alguien pueda pronunciar. Nadie les hizo nada, a pesar del evidente irrespeto a la autoridad.

Al lograr salir de Barquisimeto, en Cabudare presencié una escena similar. Después de la intersección en la Avenida La Mata, la urbanización Roca Terra lucía sus entradas totalmente bloqueadas con sacos de arena, tripo trinchera, como si fuera un campo de batalla. Los efectivos del ejército limpiaban los escombros mientras los residentes, detrás de su encierro autoinfligido, insultaban, escupían, vociferaban, hacían gestos obscenos, maldecían, etc. Algunos lloraban por la cólera, enceguecidos de ira mientras afirmaban “¡No a la dictadura!”. Nadie los atacó por recibir amenazas de muerte, nadie los tocó a pesar de la evidente trasgresión contra la autoridad.

La propaganda que fluye por las redes sociales y mensajerías de texto como WhatsApp se ancla en la técnica de la repetición. Contenidos para instigar al odio, muy bien diseñados, llegan al público meta: todos los que tienen celulares inteligentes. Como bien sabemos, se rebotan y comparten las cadenas que llegan sin verificar fuente ni veracidad de la información. La “podredumbre informativa” contamina las mentes y preconfigura ciudadanos con miedo, luego con odio, que pasan fácilmente de la tensión a la agresión.

Todos sus crímenes tienen justificación, la difusión y repetición de montajes donde se revela violación de Derechos Humanos fertiliza el terreno para sembrar la necesidad de aniquilar al adversario. Los objetivos son la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y los grupos aliados al Gobierno. Mientras tanto, coloridos terroristas etiquetados como “escuderos” luchan por la libertad y sus crímenes de odio como linchamientos y quema de seres humanos vivos son minimizados. Los contenidos difundidos por artistas y formadores de opinión no tienen otro propósito sino educar para asesinar, sugestionar para matar y que sea “normal” aniquilar al adversario chavista.