domingo, 4 de enero de 2009

Video liberador: LA HISTORIA DE LAS COSAS


La historia de las cosas (en inglés The Story of Stuff) es un documental web sobre el ciclo de vida de bienes y servicios.

El documental, puesto en línea el 4 de diciembre de 2007, está narrado por Annie Leonard, quien tiene un título de grado del Barnard College y un título de grado del Cornell University en ciudad y planeamiento regional.[1] El documental está patrocinado por la Tides Foundation y la Funders Workgroup for Sustainable Production and Consumption, con Free Range Studios para producir el film.[2]

De acuerdo con el sitio, ya hay más de 3 milliones de personas que vieron el documental.[3] Ralph Nader se refirió al film como "un modelo de claridad y motivación".[4

El documental de 20 minutos presenta una visión crítica de la sociedad consumista. Expone las conexiones entre un gran número de problemas sociales y del ambiente, y nos convoca a todos a crear un mundo más sostenible y justo.[5] El documental se dividide en 7 capítulos: IntroductionExtraction (Extracción), Production (Producción), Distribution (Distribución), Consumption (Consumo), Disposal (Residuos) , y Another Way (Otro camino).
(Introducción),

El documental describe la economía de materiales, un sistema compuesto por extracción, producción, distribución, consumo, y residuos. Este sistema se extiende con personas, el gobierno, y la corporación.

Su punto de vista está fundamentado por varios datos estadísticos.


Enmiéndate la mente


Al observar el escenario actual del proceso revolucionario, el país que tenemos, sus grandes avances y retrocesos así como la dinámica política de la Venezuela luego del 23 de Noviembre es evidente que faltan realizar grandes cambios que permitan garantizar la permanencia de una postura progresista y revolucionaria en la mentalidad de la gran mayoría de venezolanos.

Muy curioso me pareció el hecho que la oposición no llevaba ni una semana celebrando las “victorias” obtenidas en las elecciones regionales cuando el Presidente Chávez, como siempre estando en la vanguardia y fijando la “agenda” política del país, les quitó la alegría y emoción al anunciar de manera imprevista lo de la batalla a favor de la enmienda constitucional por la reelección indefinida. Fue distintivo el ver la cara de los “victoriosos” cuando tuvieron irremediablemente que cambiar el curso de sus declaraciones hacia el tema de la enmienda, dejando en el olvido el proceso eleccionario que de manera pírrica los colocó nuevamente en posiciones de poder. Victoria para Hugo, no cabe la menor duda.

Ahora bien, existen innumerables variables que surgen al vislumbrar la iniciativa de la enmienda constitucional y su posible éxito. Supongo yo que el Presidente está haciendo uso de las matemáticas, como muy frecuentemente lo sabe hacer, y saca una cuenta sencillita al observar que el PSUV sacó alrededor de un millón 300 mil votos más que todas las fuerzas opositoras juntas. Esta holgura en votos posiblemente sea el principal factor que lo invitó a decidirse de una vez por iniciar la batalla por la enmienda. Quizá sea un factor bastante importante pero creo que falta otro bastante significativo.

Recordemos que la Reforma Constitucional no fue apoyada por muchos Gobernadores y Alcaldes “revolucionarios” sencillamente porque no contemplaba la reelección indifinida para ellos, es decir, podemos reeditar aquel dicho que afirma “por la reelección propia indefinida baila el líder chavista”. Ante este escenario creo que es un error táctico que en el texto de la enmienda se haga la delimitación de esta reelección exclusivamente para el cargo de presidente o presidenta de la República. Una muestra clara del carácter completamente libertario y revolucionario de nuestro sistema democrático sería el permitir que el pueblo tenga la potestad de votar las veces que quiera y reelegir a un funcionario que en cualquier cargo de elección popular haya tenido un desempeño y gestión eficiente para la mayoría. A fin de cuentas, la democracia no nos dice que A es mejor que B sino que nos muestra que A sacó más votos que B, por ende, al pueblo le toca definir cual de los dos es mejor.

Todo muy bien hasta aquí, pero lamentablemente seguimos navegando en aguas reformistas. Si analizamos bien todo este bendito y santo tema de la enmienda y la reelección indefinida, la misma se sustenta sobre la base de la Democracia Representativa. Seguimos trasladando a otros la responsabilidad de orientar los destinos del país. Continuamos pensando que es necesaria una instancia mayor o “superior” para que el país salga adelante. Persistimos en considerar la dependencia intrínseca de nuestro proceso en un líder. Eso es lo que quiere la reforma. Eso es lo que nos programan desde pequeños a través de todas las vías posibles: educación, entretenimiento, enseñanza en el hogar, etc. Nosotros no podemos ser dueños de nuestro destino, debemos darle esa potestad a alguien que realmente sí pueda con ello. Si ese líder no está, ya no hay nada que hacer. No servimos como pueblo sin un líder que nos sepa ordenar y llevar hacia nuestro porvenir como aquél pastor que guía a sus ovejas. ¿Es que acaso no podemos entender que todos somos líderes? ¿es muy difícil asumir que cada quien es responsable de su detino y puede trabajar tomado de la mano con su vecino en función de ello? ¿por qué no enmiendamos esa parte de nuestro cerebro que nos configura una mentalidad sumisa ante todas las injusticias que vemos, suceden y nos acontecen día a día?

Creo que el principal error de nuestro proceso es el subestimar la capacidad intrínseca del pueblo en tomar las riendas de todos los cambios revolucionarios del país. Todavía llevamos la dinámica de la democracia representativa a cada instante del día y en cada escenario en el que nos desenvolvemos. Todo lo trasladamos, la responsabilidad es del otro y no propia. Los demás deben resolver, no podemos hacerlo por nosotros mismos. Esta es la etiqueta que la gran mayoría de los venezolanos llevan en su interior, sean de oposición o chavistas, todos quieren que los demás les resuelvan las cosas y no asumen su responsabilidad en el asunto.

Es imprescindible que enfoquemos gran parte de la acción revolucionaria en cambiar ese estado mental de sumisión y de perpetuación de la representatividad como modelo de vida. Cada quien debe asumir el rol de líder protagónico en su espacio, en su familia, en su grupo de amistades, en su comunidad, en su trabajo y en la universidad. Si no enmiendamos nuestra mente desechando todos los preceptos que nos condicionan a una vida subordinada jamás podremos avanzar de manera significativa en la erradicación de las injusticias sociales promovidas por quienes “nos” pastorean, haciendonos ver que es filantropía.

El Ipod Bolivariano


Miren a su alrededor, miren todos a su alrededor, ¿ven la cantidad de personas que llevan audífonos en sus oídos? ¿ven la cantidad de personas que están aisladas de su entorno? ¿la masa de individuos que ratifica su condición de individualidad ignorando lo que les rodea?

Fíjense bien, denoten con calma como el último invento de la tecnología nos orienta a estar más apartados del resto de las personas, del resto de ciudadanos e individuos que pisan el mismo suelo que nosotros pisamos. Estamos en medio de una muchedumbre pero sólo oímos lo que queremos, no nos interesa el resto de las opiniones de los demás, no nos interesa el ruido de los demás, queremos aislarnos del resto de las personas que comparten nuestra cotidianidad en el Ruta, en la Buseta, en la Camionetica, en el autobús, en el Metrobús y el en Metro. Queremos fortalecer nuestra individualidad, nuestra particularidad de ser únicos, nuestro egoísmo, nuestra capacidad de ensimismarnos sin tomar en cuenta la sociedad que nos rodea. Complacemos a quien intenta dominarnos como masa.

El pueblo es sabio y paciente, dice una canción de Alí Primera, la cuestión está en la manera como logran desagregar al pueblo. De esa forma no será ni sabio ni paciente y simplemente se rendirá a las condiciones que le imponga el mercado. Será una masa manipulable que responderá a los interees de los dueños de los medios de producción.

Esta es toda la custión del asunto. Todo está en la rentabilidad y utilidad que genere la masa de borregos (seres humanos) quienes satisfacen sus necesidades con base a “nuestros“ ntereses corporativos. Es imprescindible hacerlos creer que no pueden vivir sin ser individualidades, sin ser egoístas, sin ser lo que les imponen los medios de comunicación. Deben sentirse identificados y necesitados de cumplir con el ideal de individuo que muestran en la TV, que miramos en la prensa, que oímos en la radio. Debemos enseñarle a nuestros hijos que no serán alguien importante o felíz en la vida sin el Mp4 que le estamos regalando o que le estamos prometiendo que le traerá el “niño” Jesús.

Veamos el invento de Anthony Fadell, o será de Steve Jobs; bueno, a la final es una corporación la que representa y se enriquece con la vaina (Apple-Ipod). Veamos el “súper” invento: una pequeña máquina informática que nos permite aislarnos del mundo exterior. Nos brindan la oportunidad de evadir nuestro entorno, podemos comprar la soledad como sentimiento, más no como realidad. Podemos ensimismarnos en “nosotros mismos”. Podemos estar dentro de las fronteras conocidas. Logramos estar en nuestro espacio de comodidad, donde nos sentimos como los máximos monarcas del reino. No conocemos a nadie, no nos relacionamos, no interactuamos, no compartimos nuestros problemas, no identificamos obstáculos comunes, no concretamos la idea de grupo y mucho menos la de equipo. Somos elementos completamente aislados en el mundo actual. No tenemos a nadie quien nos tienda una mano. Estamos solos.

¿Usted es amo o es peón? Esa es la interrogante que lo vislumbra todo con su respuesta.

Sería realmente revolucionario para la industria informática que Steve Jobs, o algún Carlos Álvarez de Venezuela diseñe un Ipod Bolivariano. Un dispositivo que responda a las necesidades y requerimientos de la sociedad actual. Un implemento tecnológico que coadyuve a la integración, a la unidad, a la conciencia de grupo, de equipo, de pueblo.

Imagínese usted con algo colocado en sus oídos que le indique un balance porcentual de lo que están pensando en su comunidad. Imegínese usted que por sus audífonos pueda conocer el principal problema que aqueja a su comunidad. Trate de visualizar la reacción de los pobladores al poder opinar a través de texto, y recibir en conjunto las opiniones de sus vecinos sobre temas comunes en un sólo aparato electrónico como un Mp4 o Ipod. Imagínese conocer con certeza las personas que forman parte del Consejo Comunal de su Comunidad, conocer los nombres de quienes pueden concretar proyectos que lo beneficien a usted directamente, saber en qué están trabajando.

Hay mucho por desarrollar Steve Jobs o Carlos Álvarez, o cómo se llame. Hasta los momentos no hemos visto ningún invento realmente revolucionario en el orden de los gadjets que surgen día a día en este mundo Globalizado o será, capitalizado?.