sábado, 30 de julio de 2011

El Funcionario déspota

 El Funcionario déspota siempre busca a algún subordinado
que le jure lealtad incondicional, y de seguro lo encuentra.

Todos los ciudadanos de esta tierra, de la Patria de Bolívar, nos hemos topado alguna vez con individualidades que ejerciendo un cargo público abusan de su autoridad y vulneran abierta o solapadamente las leyes que ellos mismos deberían cumplir. Funcionarios que superponen el personalismo, el individualismo y las bajas pasiones, sobre el legalismo, el imperio de la Ley y el respeto a las normas jurídicas creadas en Revolución a los fines de deslastrar los vicios y malas prácticas aún enquistadas en la estructura de Gobierno.

Son los funcionarios que ejerciendo la autoridad que les brinda un alto cargo, toman ventaja de ello e irrespetan a sus subordinados y a aquellos que, según su particular y torcido parecer, no tienen los derechos que reclaman ni mucho menos merecen ser tratados dignamente. A éstos funcionarios no se les puede hacer ver lo equivocados que están a través de una conversación racional porque, de manera inmediata, cambian su semblante y se transforman elevando la voz y solicitando “respeto a la autoridad”, como si se tratase de una reprenda familiar en donde el padre iracundo con correa en mano le vocifera al niño indefenso e inocente que lo respete.

Estos funcionarios, quintacolumna de la Revolución Bolivariana, defienden al proceso en la medida que obtengan beneficios de él. Eso sí, defienden “al Proceso” pero no a su líder, del cual en ocasiones reniegan alegando detestar el “culto a la personalidad existente en el Gobierno y en su imagen gráfica”. Aunado a ello, siempre argumentan que el ejercicio de su cargo y las acciones que implementen deban ser “potables” para no generar malestar entre quienes adversan al Comandante Presidente Chávez, es decir, algo así como que “Yo no apoyo a Chávez, pero sí me apoyo en Chávez”.

Ahora bien, cuando se trata de dirigirse a sus superiores dentro de la estructura gubernamental son mucho más inofensivos que un cordero a punto de ser degollado. Con tono suave, racional y “apegado a la Ley” defienden sus argumentaciones y planteamientos, contrastando abiertamente con la manera en la que se dirigen a quienes están por debajo en la pirámide o estructura de Poder. A veces tienen reacciones infantiles que denotan una inmadurez espantosa. Reclaman mucho pero casi nunca reconocen nada. Pueden inclusive llegar a burlarse en la cara de quien les exija respeto a la Ley y a la norma jurídica, abusando de su autoridad como el más típico funcionario cuartorepublicano.

Como manejan y adaptan la Ley a su antojo, no dudan jamás en justificar, con la astucia del mejor leguleyo, cualquier acción indebida que abiertamente viole una norma. El recapacitar o reconocer un error cometido al trasgredir algún derecho constitucional es algo que no harán. Abiertamente testarudos, prepotentes y soberbios aceptan la alianza de aquellos que le “juran” incondicionalidad automática bien sea por desconocimiento de las leyes, por indulgencia, oportunismo o por estupidez. Pueden llegar a “manotear” al más pintado. Pueden, en muchos casos, tomar retaliaciones en contra de aquellos que no les sean genuflexos. Brincan procedimientos legales y administrativos, aceptan prebendas de quienes las “ofrescan” y ejercen una presión descomunal en su mano para que nadie les pueda arrebatar el “cambur” o cargo que, según ellos, se han ganado.

Mosca con el Funcionario déspota! Mosca con el peor quintacolumna enquistado en la Revolución Bolivariana! No teman jamás en denunciarlo, no teman jamás el hacer valer las leyes que nuestra revolución bolivariana nos ha dado. Recuerden que la ignorancia, aliada con el Poder, es el enemigo más feroz que puede tener la justicia.

jueves, 21 de julio de 2011

Vinotinto de mi vida


Vinotinto de mi vida
Vinotinto de mi amor
nunca antes en la historia
pudimos sentir tal emoción

Batallando como guerreros
jugando con clase y honor
al Pueblo venezolano entero
hacen estremecer con gran pasión

Juego limpio juego bonito
juego criollo a lo venezolano
juego limpio y cristalino
que hace enorgullecer al soberano

Ustedes en la cancha como uno
un guerrero con dignidad
un equipo como ninguno
que marca la Historia para la eternidad

Triste ganar mediocremente
dignidad perder honrosamente
ahora el mundo será consciente
estamos entre los grandes del continente

Vinotinto Vinotinto
amor patrio, amor nuestro
Vinotinto Vinotinto
ahora a los Pasteleros más detesto

Venezuela unida avanza
en deporte marcamos pauta
Vinotinto es Venezuela
un Pueblo y un equipo que lucha con constancia

lunes, 18 de julio de 2011

El ejemplo que la Vinotinto dió

 El Socialismo Bolivariano sólo quiere dar victorias a Venezuela,
la emoción de ganar todos juntos es el fin último, así como la Vinotinto.

Trabajo en equipo, todos unidos como uno sólo, siguiendo las directrices del líder, disciplina en la acción y en la razón, dejar de lado las ambiciones personales por el interés común, el interés como equipo, el interés como selección, eso es lo que la Vinotinto nos deja como gran lección.

Ya vendrá más de un estúpido a recriminarme por mezclar deporte con política o política con deporte que es lo mismo, pues sí, mezclo las dos cosas para que tanto escuálidos como chavistas me comprendan. El fútbol, como deporte Rey no escapa a la política, en sí, la vida es un juego político independientemente que sea deportivo o no.

Haciendo una abstracción de la Vinotinto pudiésemos proyectar a Venezuela como Selección Nacional. Entonces, tenemos una selección Nacional en donde cerca de 7 jugadores de la selección que sale al campo, porción mayoritaria del Pueblo elector, obedecen disciplinadamente las directrices del líder o Director Técnico, Hugo Chávez, como presidente que, de paso, fué electo por la mayoría de los jugadores. Pues bien, estos siete carajos están jugando para darle victorias a su selección, a su equipo nacional, y tienen que trabajar en conjunto con 4 jugadores más que no le paran la más mínima "pelota" al Director Técnico.

Entre éstos 4 jugadores (Iglesia, poder económico, status quo político y medios), para colmo de males, está el arquero o guardameta. Éstos 4 jugadores no quieren saber nada de las directrices del Director Técnico, lo aborrecen y detestan de una manera irracional. Según su argumento, el equipo no llegará a nada con él al mando. Por eso hacen lo posible para deshacerse de él aunque no tengan a un reemplazo ni estrategia coherente al momento de requerirse la substitución. De hecho, éstos 4 jugadores juegan "pal otro equipo", es decir, hacen todo lo posible para que el contrincante anote goles y derrote a la Selección Nacional (apátridas pues), cosa que dejará en evidencia lo equivocado que está el Director Técnico y "desembocará" en su inmediata remoción. A eso juegan los 4 jugadores, poderosos de por sí.

Con este equipo ¿cómo gana una selección?, ¿cómo hacer posible funcionar como equipo a un país dividido? Pues sí, claro que estamos divididos, obvio. Estamos divididos entre los que queremos echarle pichón siguiendo las directrices del Director Técnico y aquellos que sabotean con sus malas jugadas, con su traición, con su juego indigno a una Selección que quiere obtener victorias. Estamos divididos entre unos jugadores capitalistas egoístas que sólo piensan en el beneficio propio, y los jugadores que quieren dar el todo por el todo para que su selección gane con base en la estrategia trazada por el Director Técnico.

Esa es Venezuela, ese es el equipo que tenemos sociopolíticamente hablando. Ojalá aprendamos un poco de la Vinotinto que, a pesar de las mentadas de madre, reproches y acusaciones de parte de muchos "sabiondos del fútbol" a su Director , César Farías, ha sabido salir a flote siguiéndolo como guía. Ese es el sentido de pertenencia que requiere Venezuela, el sentido de unidad que necesitamos en la Patria de Bolívar.

Con todo lo anterior sólo quise expresarle a la oposición que por favor no lo dejen trabajar, sino que trabajen unidos a él, unidos a Chávez, unidos al proceso Bolivariano, unidos en Socialismo. Así saldremos adelante y avanzaremos juntos victoria tras victoria. La Vinotinto da el ejemplo, sólo basta seguirlo con el corazón en la mano y el pensamiento en el porvenir de Venezuela, la Patria de Bolívar.

viernes, 15 de julio de 2011

"Yo no quiero que gane la Vinotinto"

 Las caras tristes, sin esperanza, con odio y depresivas de los periodistas de Globovisión (izq.),
contrastan diametralmente con la alegría, júbilo, emoción y amor patrio
de la Vinotinto al celebrar (der.) ¿no creen?

Aunque suene descabellado el título que antecede este artículo, estoy seguro que muchos de ustedes habrán percibido el sentimiento de derrota autoinfligida que la oposición venezolana expele, transmite, contagia y difunde a lo largo y ancho del territorio nacional.

Cuando una estrategia política se traduce en la promoción del caos, en el convencimiento de lo mal que estamos, en la promoción de la zozobra y ansiedad colectiva, en la priorización de los valores e ideales foráneos por encima del amor patrio, en el desencanto hacia lo nuestro y el amor incondicional hacia lo de los "demás", no puede ser lógico el anhelar una victoria de la Selección Nacional de Fútbol en el torneo más importante del balompié en el continente americano.

El que nuestra Vinotinto le brinde alegrías, celebraciones, esperanza y sobre todo realce el amor a Venezuela como país, como nación luchadora y batalladora que merece respeto, es la circunstancia más adversa que pudiesen enfrentar los escuálidos y quienes diseñan y dirigen la estrategia del accionar político opositor a Chávez y la revolución bolivariana. Es por ello que ustedes no ven reportajes ni espacios significativos dedicados a los logros contundentes que se han obtenido a nivel deportivo en Venezuela. Es por ello que ustedes ven un opaco apoyo mediático a la vinotinto. Según ellos, no debe haber alegría, no debe haber regocijo, en el "comunismo chavista" no hay nada que celebrar, en la "dictadura tropical venezolana" todos somos infelices, todos andamos arrechos o deprimidos, la desilusión nos embarga y estamos plenamente convencidos de que con este "gobierno opresor" no llegaremos a nada bueno ni tendremos ningún logro.

Las victorias y logros de la Vinotinto distraen la atención de los temas "importantes" para los escuálidos, por ejemplo: el "Debate" majunche, que fue más decepción para la oposición por lo triste de su puesta en escena y lo inocuo de las argumentaciones de sus participantes.

Escuálidos apátridas, profetas del desastre con una línea editorial depresiva e instigadora de la desilusión, desesperanza, desmotivación, derrota implícita de nuestra selección, cero alegría en pantalla, cero esperanza, nada de logros ni avances, enmudecer a la Venezuela batalladora que obtiene logros que la reivindican como nación en el mundo es el fin último de la oposición. Por eso pierden poder de convocatoria, por eso nadie los sigue como antes, por eso van pa´lo abajo.

Un país luchador, que exige respeto, que es ejemplo de gallardía y de un creciente Nacionalismo ante los logros deportivos es lo menos que quiere la oposición. Una población y ciudadanía que conozca sus raíces y que realce lo propio antes que los intereses foráneos es lo que más le choca a la oposición apátrida proyankee. Un Pueblo identificado con su Patria se está consolidando en Venezuela, y en este año Bicentenario hemos sido testigos de ello.

Por eso, Viva la Vinotinto! Vivan TODOS nuestros Deportistas! Viva Pastor Maldonado! Viva Albert Subirats! Viva la Revolución Bolivariana y el impulso dado al Deporte Nacional!