¿Mafias de la Leche hacen guiso con la producción? |
El tema
de las empresas públicas o propiedad del Estado sigue siendo
extremadamente curioso. Hace aproximadamente siete años se
nacionalizó Lácteos Los Andes, medida que Chávez implementó por
el “desabastecimiento provocado de productos alimenticios de la
cesta básica, en particular de leche fluida”, según coloca la
empresa en su portal de Internet. Allí también afirman que disponen
de 32 plantas operativas y 38 distribuidoras, 6 empresas de
transporte y logística más 45 mil puntos de venta públicos y
privados. Reiteran que desde 2013 son una empresa de “gestión
obrera de vanguardia” porque está dirigida y administrada por sus
trabajadores.
El punto
es que creo que el nombre de la empresa describe con precisión lo
que se considera como publicidad engañosa, porque he ido a
Bicentenarios, Mercales y PDVALes y desde hace tiempo, mucho tiempo,
no he vuelto a encontrar leche líquida, queso o crema de leche de la
referida compañía. Esos productos se supone los genera la empresa
según anuncian en su página web. Lo que vemos es una empresa de
lácteos que lo que menos elabora son productos derivados de la
leche. Eso sí, jugos hay como arroz picado.
Arepera Venezuela es otra empresa con una inversión mil millonaria, quebrada por una gerencia ineficiente que muy poco vela por el interés de la patria o por hacer rentable esta iniciativa “socialista”. Dos ejemplos: en el terminal de La Bandera había un local de este tipo pero fue colocado en un rincón, apartado y escondido a la vista de los pasajeros que transitan por el terminal, obviamente lo quebraron porque ya el local no existe; en la autopista José Antonio Páez, llegando a Agua Blanca, Estado Portuguesa, hay una Arepera Venezuela por la que siempre paso y en dos años transitando por allí sólo la he visto abierta tres veces.
Arepera Venezuela es otra empresa con una inversión mil millonaria, quebrada por una gerencia ineficiente que muy poco vela por el interés de la patria o por hacer rentable esta iniciativa “socialista”. Dos ejemplos: en el terminal de La Bandera había un local de este tipo pero fue colocado en un rincón, apartado y escondido a la vista de los pasajeros que transitan por el terminal, obviamente lo quebraron porque ya el local no existe; en la autopista José Antonio Páez, llegando a Agua Blanca, Estado Portuguesa, hay una Arepera Venezuela por la que siempre paso y en dos años transitando por allí sólo la he visto abierta tres veces.
Cacao
Venezuela luce igual. Colocados en centros comerciales, escondidos,
con acceso intrincado como para que nadie los vea y quiebren. Dos
ejemplos: Centro Comercial Manuelita Sáenz, en Sabana Grande, hay
que ser un maestro en laberintos para poder llegar al local que,
curiosamente, tiene problemas de abastecimiento y con frecuencia
carece del excelente chocolate Cimarrón; Centro Comercial Los
Próceres, IPSFA en Caracas, ubican Cacao y Café Venezuela en el
último piso, bien apartado y lejos de la vista de los visitantes que
ni se enteran estos comercios existen. Eso sí, en el mismo piso hay
cuatro bancos full cuyos clientes recurren a tomarse un cafecito en
un expendio instalado al lado de los bancos y que ofrece a precios
especulativos café, chocolates, tortas y demás.
Estados Unidos nos amenaza, pero la amenaza más grande es interna por quienes quiebran a la revolución desde dentro.
Estados Unidos nos amenaza, pero la amenaza más grande es interna por quienes quiebran a la revolución desde dentro.
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