lunes, 30 de marzo de 2015

¿Por qué firmar?

Niños asesinados en Siria ¿quieres que esto pase en Venezuela?

Hablaba con una amiga sobre política y caímos en el tema internacional. Ella es funcionaria del Estado como desde hace un quinquenio y siempre me ha manifestado su repulsión por la política diciéndome que es “muy sucia” y que “todo lo contamina”. Ella no es opositora. Comenzamos a hablar sobre la orden ejecutiva de Obama y le comenté que ya yo había firmado. Le pregunté si ella lo había hecho y de inmediato me dijo que “no” con tono decidido.

Me argumentó que no había leído el decreto y, por lo tanto, no iba a firmar sobre algo que desconocía. Evidentemente, a ella le resbala o le da igual la orden presidencial de unidad nacional para que todos los venezolanos estampemos nuestra rúbrica en el documento que rechaza la injerencia imperial respecto a nuestros asuntos. Luego, esbozó que había leído “por encimita” el decreto y que toda la reacción del gobierno le parecía una “exageración” a nivel mediático. Apeló diciendo que no conocía a los funcionarios venezolanos mencionados en el texto y que ella no iba a salir defendiéndolos, que en todo caso Estados Unidos era libre de decidir a quien darle ingreso o no a su país, así como confiscar bienes y cerrar cuentas bancarias. La parte en que se declara a Venezuela como una “amenaza” a ella le parece irrelevante.

El Decreto de Obama, para que todos lo entiendan, es como si en el sector donde usted vive hubiese un residente armado hasta los dientes que se llama EE.UU. y ese hampón, que apela más a la aplicación de la fuerza bruta antes que al diálogo inteligente, saca un comunicado en su urbanización o edificio diciendo que en su hogar, en su casa, viven malandros, que usted maltrata a sus hijos, y que toda la vivienda es una amenaza. Ese papel lo pega por todas partes y condiciona a todos los vecinos a no saludarlo siquiera, a no prestarle ayuda y a apartarse de usted.

El residente hampón, ya ha aplicado varias veces esa metodología de declarar a algún vecino como “una amenaza” para después meterse en su casa, violar a las mujeres, asesinar a los niños, destruir toda la vivienda y poner en la puerta un cartel que dice “Esta Casa ahora la pertenece a EEUU”. Eso ha pasado una y otra vez, sobre todo, cuando los mismos residentes de las viviendas ultrajadas no han manifestado con unidad y firmeza su rechazo a las pretensiones del vecino mafioso.

A todos aquellos que no han firmado aún les pregunto: para que entiendan el carácter depredador y asesino de EE.UU. ¿qué tiene que pasar? ¿es necesario que una bomba estalle en tu casa matando a tu familia para que despiertes? La frase clave es “¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!”, que no se nos olvide.

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