¿Usted robaría pañales para su bebé recién nacido? |
Un
estallido social surge cuando la tolerancia del pueblo ante la
adversidad llega a su límite. La adversidad, es asumida por la masa
como el cúmulo de obstáculos que perturban su cotidianidad e
impiden un normal transcurrir en el escenario individual y colectivo.
La cotidianidad de todos está marcada por la calidad de vida y la
manera como satisfacemos o no nuestras necesidades básicas. Si se
hace imposible satisfacer nuestras necesidades elementales nos
sentimos frustrados, y el hecho de considerar esta circunstancia como
producto de la injusticia, venga de donde venga, provoca tensión a
lo interno del individuo. Si la situación de injusticia se repite y
llega a amenazar la subsistencia de las personas, se origina como
reacción la agresión al sistema trasgrediendo las normas. La masa,
enardecida, se rebela y estalla en la búsqueda de satisfacer su sed
de justicia.
El
Caracazo, acontecimiento doloroso vivido en Venezuela para el año
1989, fue un estallido social contra la burguesía a raíz del
paquete económico aplicado por Carlos Andrés Pérez, quien fungió
como títere del Fondo Monetario Internacional al comienzo de su
mandato. En resumen, el pueblo salió a las calles a protestar por
las medidas y en su búsqueda de justicia apeló a tomar con sus
propias manos, fuera de la ley, aquellos bienes inalcanzables que le
permitirían cubrir sus necesidades insatisfechas. La agresión
colectiva contra los comercios se materializó y vivimos los saqueos.
El gobierno fascista, masacró al pueblo en las calles para
“restablecer” el orden.
Hoy
muchos subestiman la idea de que en Venezuela pueda haber un
estallido social, señalando que de llegar a ocurrir sería contra la
burguesía porque el pueblo “está consciente de quién es el
enemigo”, chantaje discursivo al que se apela para meterle miedo a
las élites económicas y tratar de exonerar a las autoridades en su
corresponsabilidad por la adversidad e injusticia que se vive
diariamente a nivel del comercio.
El poder
económico poco a poco aplica un paquete del Fondo Monetario
Internacional de manera indirecta. Los precios de todos los productos
suben sin nada que los detenga y es algo que todos vivimos, es una
situación que afecta nuestra cotidianidad, nuestras perspectivas
sobre el país y la confianza que podamos tener en el sistema
político vigente.
Hoy lo
pensamos dos veces a la hora de gastar dinero en algo. Hoy un simple
litro de leche pudiese costar casi el doble que hace cuatro meses (ver
imagen más abajo). Hoy en Caracas, un café grande en una panadería
muestra un precio que fluctúa entre 45 y 120 bolívares. Hoy un
caucho para un vehículo puede llegar a costar 12 sueldos mínimos.
Hoy un kilo de lentejas puede conseguirse al doble del precio que un
kilo del mejor corte de carne de res. Hoy un cartón de huevos se
puede conseguir en Bs 1.200, cuando en enero de 2015 no pasaba de 150
bolívares.
Las
elecciones parlamentarias son en tres meses y es obvio que el
estrangulamiento del bolsillo del pueblo arreciará. Las autoridades
parecen apostar a que esta realidad se acentúe para tener asidero en
el argumento de la Guerra Económica y mostrar que da respuesta a
través de la venta de productos regulados en sus cadenas de
abastecimiento. Según esta lógica, el pueblo agradecido votará
masivamente a favor de los candidatos chavistas.
Ahora
bien, supongamos que es el 2 de diciembre y usted llega a una
panadería, pide un Pan de Jamón y cuando está en la caja le dicen
que el precio es de 3.500 bolívares y en el bolsillo sólo lleva
1.500 y no dispone de más plata ¿qué hace usted? ¿cómo se
sentiría? ¿qué pensaría? ¿cómo reaccionaría?
85% de aumento en 4 meses |
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