miércoles, 22 de febrero de 2012

“Yo voto por la Muerte”

Una candidata por la que Rafael Poleo votaría con plena seguridad

Ayer con susto ví la alocución que el Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, dió a todo el país desde Barinas. Con susto porque en el instante que inició a revelar los resultados de sus últimos exámenes de chequeo para despistar el nuevo surgimiento del cáncer que padece me imaginé lo peor, pero no fue así. Reveló que una lesión cerca de 2 cm había sido localizada en el mismo sitio del tumor que le fuera extirpado a mediados de 2011 y que, lógicamente se sometería a una nueva intervención quirúrgica. Lo ví con fuerza, sinceridad con determinación y coraje, mismos razgos característicos que años atrás han estado presentes en sus abiertas y honestas alocuciones al pueblo. Sus palabras me tranquilizaron y sé que a la mayoría de los venezolanos también, pero como nada es perfecto sé que a muchos les regocijó y agradó el tubazo. Sobre ellos quiero reflexionar en este momento.

Alguien que desea la muerte de su contrincante traspasa la barrera de la ética y la moral política. Quien se regocija con el deterioro de la salud de un rival sólo da a entender que no tiene respeto por la vida y que el fin de lograr la victoria sobre su oponente justifica la materialización de cualquier circunstancia para conseguirlo. No hay humanidad, no existe compasión, no existe el respeto como iguales. El contendor es alguien merecedor de los peores tratos, de los peores pensamientos, inclusive se llega a sugerir y decretar que un “demonio” de esa categoría no tiene derechos humanos.

La burla y ensalzar la cultura de la muerte no se hizo esperar con anterioridad y posterior a las declaraciones del máximo líder de Venezuela. La necrofilia periodística junto con la militancia necrofílica nuevamente demostraron carecer de humanidad y respeto. Aplastar a Chávez justifica todo, aunque ese todo eche por tierra lo pacíficos, humanos, demócratas y tolerantes que son. Supongo que se babean imaginándolo como a Gadafi: con su cadáver siendo expuesto en el Tolón o San Ignacio mientras la sociedad civil y la gente “decente” pasa escupiéndole como muestra de la “justicia divina” que a todos nos llega. Éstos son los que no quieren confrontación. Éstos leones disfrazados de corderos son los que prometen cero retaliación y convivencia “pacífica” entre todos. Éstos bufones demócratas son lo que pretenden “unir” al país.

Cada uno de los seguidores de la oposición debe reflexionar sobre esto y darse cuenta que si una sonrisa emana de su rostro al conocer del deterioro de la salud no de Hugo, sino de cualquier ser humano en el planeta, hay algo torcido internamente que debe corregirse. Todos somos seres humanos de carne y hueso, ¿o es que acaso la ambición por el Poder da permiso de categorizar a quienes merecen o no respeto como seres humanos?

No me quiero imaginar lo que sentirá Henrique Capriles. Quizá esté embriagado de la alegría por la noticia o tal vez se haya dado cuenta que los que votarán por él no lo hacen por lo que él signifique como líder. Los opositores votarían por lo que fuera con tal de sacar a Chávez. Votarían, aunque les parezca asombroso, por la misma muerte de ser necesario.

1 comentario:

  1. A los necrófilos les puedo decir desde ya que se van a quedar con las ganas de celebrar por Capriles Ratonski.
    Porque Chavez está y estará sano y para el 07 de Oct, sabran lo que es una avalancha de votos en favor del Comandante.

    ResponderEliminar