viernes, 24 de enero de 2014

¿País de delincuentes?

Los raspacupos se babean con esta foto
Acabo de leer un artículo de una ciudadana venezolana, que para colmo se supone es chavista, en un portal “revolucionario” en el cual admite con orgullo que ella sí es una raspa cupo y brinda una argumentación larga y tendida con la cual pretende justificar su condenable acción. El eje de su explicación radica en que al Estado no le interesa lo que el usuario haga con las divisas luego de que son asignadas porque, al final, ya este “no cuenta con ellas”. Termina resumiendo que su acción no afecta a la economía.
No voy a caer en análisis económicos, números y demás tecnicismos primordialmente porque creo que el problema acá es de valores. La señora claramente carece del valor de la honestidad porque toma ventaja de la buena fé del Estado quien le otorga dólares baratos para que pueda viajar y distraerse en el exterior sin afectar su bolsillo. Con los dólares asignados para su viaje hace un negocio que le ofrecen las mafias de divisas, es decir, desvirtúa por completo la finalidad del beneficio que le da su país.
Esa lógica aplica igual para quienes logran adquirir una vivienda de la Gran Misión Vivienda Venezuela y buscan de las mil y una formas venderla. Los que desvían alimentos de Mercal hacia grandes restaurantes de la burguesía aplican el mismo razonamiento. No hay escrúpulos. El beneficio individual y personal está por encima de todo lo demás. Ella se escuda diciendo que quienes desangran la economía no son los raspa cupos viajeros, sino los que reciben dólares para importación y no importan nada. Eso es igual a decir “yo robo poquito, ¿por qué no condenan al que roba bastante?”
Tanto el que recibe dólares para importación y no importa nada, como el que usa su cupo viajero para “rasparlo” son delincuentes porque le hacen un fraude a la nación. Yo conozco a familiares y amigos que una y otra vez han viajado al exterior practicando el mismo modus operandi y seguramente usted también conoce o, quizá, es uno de ellos. La cuestión está en reconocer que lo hecho estuvo mal y no enorgullecerse de ello.
Así como los alcohólicos anónimos deben admitir son alcohólicos para tomar medidas al respecto, en la medida que como ciudadanos venezolanos no reconozcamos nuestras fallas y conductas erradas, no podremos avanzar y aportar nuestro grano de arena para tener una patria digna. ¿Te gustaría que el dinero que le das a tu hijo para la merienda, lo agarre y lo gaste comprando cigarros? La honestidad es un valor indispensable en la vida republicana.

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