domingo, 17 de enero de 2016

Producción y demagogia

"Producir más" suena muy bonito pero ¿es acertado?

La toma de decisiones políticas debe estar precedida por una evaluación, lo más completa posible, del escenario donde surge la problemática que pretende subsanarse. La lectura correcta de la circunstancia permitirá que las medidas a implementar puedan atacar el origen de los fenómenos que se pretenden revertir porque, de lo contrario, se tomarán acciones que no modificarán la realidad adversa que se está experimentando.

El diagnóstico y análisis de la situación se realiza con información de primera mano como estadísticas, evaluaciones cuantitativas y cualitativas, verificación de indicadores de gestión, etc. En Venezuela, la toma de decisiones acertadas a nivel económico tiene como principal obstáculo que no existen medidores acertados que verifiquen desde sus entrañas los procesos productivos y de importación que se llevan en el país

A pesar de estar en pleno siglo XXI, la tecnología y optimización de procesos no ha llegado a un Estado consecuente con los intereses de la burguesía. Se pueden tener aproximaciones o proyecciones pero las instituciones involucradas, no conocen qué se produce, quién produce, cuánto produce, con qué frecuencia produce, a qué costo produce, a dónde distribuye la producción, etc. Como muestra de esta aseveración, todos sabemos que las instituciones involucradas en el otorgamiento de dólares proferenciales han facilitado miles de millones en divisas a empresas de maletín para importaciones ficticias. Cero control y verificación en uno de los sectores de la economía más sensible y que incide en lo que se produzca o no en nuestro suelo.

Igual pasa con el parque industrial existente. No se tiene una lectura certera de la realidad porque no existe músculo institucional que haga una revisión palmo a palmo de todas las fábricas en el país. Se confía en lo que dice o declara el empresario, pero esto no desemboca en una auditoría exhaustiva para constatar su veracidad. Habrá casos excepcionales, pero esto no es el común denominador. 

Hoy la medida es “aumentar la producción” y surgen lógicamente las preguntas ¿una mayor producción subsanará las colas, el desabastecimiento y la especulación? ¿Qué estudio muestra que el problema es la baja producción y no que se roban lo producido y que las mafias desangran al Estado? ¿Trabajaremos nuevamente ayudando al mismo sector privado que nos apuñala?

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