jueves, 25 de marzo de 2021

Algoritmo sucio

 


Estamos cansados de escuchar una y otra vez opiniones, metodologías, talleres, cursos e información súper especializada que trata de "descifrar" los algoritmos de las redes sociales y la forma como éstas plataformas digitales privilegian algunos contenidos más que otros. Lo que nadie dice es que los algoritmos están diseñados por seres humanos en función de las órdenes impartidas por sus jefes, los dueños de corporaciones mil millonarias.

Dictaduras corporativas donde
el genocidio de la verdad y el adoctrinamiento de las masas son instrucciones plasmadas en un memorándum que debe respetarse y ejecutarse sin protestas por las unidades ejecutoras dentro del organigrama de las empresas privadas que dominan lo público.

Los dueños intocables de las redes sociales trastocan la sociedad a su antojo, decidiendo la manera en que fluctúa la información para impactar la conducta de muchos. La ética brilla por su ausencia en compañías que no aceptan cuestionamientos y
la cibernética aplicada a la Internet les permite controlar las reacciones de sistemas políticos, sociales y económicos a través de terapias de shock basadas en datos y bytes tendencios.


No existe legislación ni organismo multilateral que se dedique a normar y regular el funcionamiento de las redes sociales a nivel mundial. A fin de cuentas


todos en el planeta nos exponemos a instancias sin regulación, medios forajidos que tienen un compromiso nulo con la verdad pero están dispuestos a colaborar en la caotización cognitiva de las masas.

Mucha información fluye y poca certeza queda derramando la duda sobre una sociedad que no tiene tiempo para investigar ni corroborar nada. Las redes sociales apelan a la emoción transformando cada vez más a sus usuarios en primates tecnológicos. Los contenidos basura abundan y se multiplican cada segundo gustando a millones de internautas desprevenidos que nos dejamos distraer por cualquier cosa que dispare una dosis mínima de dopamina en nuestro organismo: el placer es suplantado por el saber.

¿Qué policía puede llegar a una nube? Ninguno con plena seguridad pero para el mundo
real la "nube" es un lugar virtual muy seguro en el que todos debemos confiar ciegamente. Esa nube blanca que está en el cielo en realidad nadie puede verla y carece de credibilidad porque está al alcance de ninguno. La nube sirve de recipiente de nuestra esencia transformada en perfiles de consumo, útiles para el que pueda comprar información de otros. Al final nadie vigila a quienes aseguran no vigilarte mientras surge un mensaje emergente en tu celular vendiendo un producto similar a lo que comentabas con una amiga durante la última llamada telefónica. Nos espían y utilizan ¿Hasta cuándo?

 

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