lunes, 21 de abril de 2014

¿Guarimba perpetua?

Bien vestida, bien alimentada, tez europea, rozagante, guarimbeando.

No cabe duda que los jóvenes y no tan jóvenes que se involucran en los actos subversivos y violentos que seguimos viendo en pequeños y distantes focos de la geografía nacional, a excepción de los que se siguen repitiendo en el municipio Chacao, no tienen programa político ni estrategia de acción en pro de la toma del poder o algo que se le parezca.

Su accionar responde más a la testarudez y necedad que a un plan programático de acciones estudiadas y ejecutadas con el propósito de trastornar por completo la institucionalidad democrática del país y requebrajar el Estado de Derecho, para ellos levantarse como el “nuevo liderazgo” que guiará a nuestra nación a un futuro mejor.

Ellos fungen como “electrón libre” que no responde al interés de nadie, ellos una y otra vez enfatizan son independientes, que no oyen a la MUD, etc. Dime de qué te vanagloreas y te diré de qué careces, reza un conocido refrán de la cultura popular venezolana. Es que hay cosas que son evidentes y la gente lo sabe, para guarimbear se necesita dinero, alguien debe financiar eso porque mantener esa actividad amerita recursos de diversa índole, logística y demás elementos.

La guarimba busca generalizar un conflicto ficticio, una situación de “vida o muerte” que no es tal y lo que ha logrado, hasta los momentos, es su banalización por la gran mayoría del país. Es decir, para muchos es algo normal pasar por la calle rumbo al trabajo y que se vean los destrozos de la noche anterior intactos en la vía pública. Además de que el ciudadano se ha adaptado a esta cotidianidad guarimbera, la cantidad de “afectados” realmente no llega al 0.5% de la población total del país. La lectura que hace el ciudadano de a pie es que todo es parte del capricho de unos pocos, de los ricos.

Lamentablemente para los líderes de oposición que cayan ante estas acciones, esto ha segmentado la protesta y genera crispación sólo en un reducido sector de la realidad nacional. Del otro lado, día a día se cristaliza más el rechazo a estas acciones irracionales y violentas que tienen como eje la protesta y no la propuesta.

La guarimba continuará, intermitentemente, distanciadamente y esporádicamente perturbando los mismos focos, quizá rotando de localidad. Su propósito es simplemente proyectar un malestar social que pueda capitalizar la MUD, pero a fin de cuentas no es más que un malestar burgués y eso lo sabe el pueblo.

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